Ayer recibió y hoy estará discutiendo la Legislatura veracruzana la iniciativa de ley enviada por el gobernador Javier Duarte de Ochoa que contiene su reforma política; reforma que se convertirá sin duda en una de las más importantes en la historia del estado.

En la Sala de Banderas y en conferencia de prensa, el Secretario de Gobierno, Erick Lagos Hernández, despachó en 15 puntos la información sobre el contenido de la iniciativa, que se refieren a la adecuación de nuestra ley estatal para que coincida con lo que marca la Constitución Política de la nación, que recientemente tuvo varios cambios y modificaciones, a fin de modernizar nuestros procesos electorales.

Aprovechando el viaje y en pro de la eficiencia, el documento enviado a la representación popular por el Gobernador contempla además la conversión de la Procuraduría del Estado en una Fiscalía General, que funcionaría como órgano autónomo.

Pero vamos a lo que nos interesa: en lo subliminal, la acción de este supermiércoles veracruzano contiene varios mensajes que manda el gobernador Duarte, como es su costumbre, porque es un político que no se queda en lo superficial con sus acciones -lo que algunos no entienden y por eso se quedan en Babia-.

Lo primero es un mentís a quienes insistieron en una mala relación del mandatario estatal con el Presidente de la República y con los cardenales de su gabinete federal. El telefonazo presidencial para felicitarlo por los Juegos, la consideración que le han tenido para la designación de candidatos a diputados, y sobre todo, el aplauso solicitado por Peña Nieto en favor de Duarte de Ochoa al rey y a los presidentes que acudieron a la Cumbre son señales inequívocas de que el veracruzano permanece en la voluntad del mexiquense.

Lo segundo es el golpe de timón que da, con lo que demuestra que, como dice la Constitución veracruzana, el Poder Ejecutivo está depositado en una sola persona, y se llama Javier Duarte de Ochoa.

Y lo tercero es que sigue haciendo navegar su barco en medio de las tempestades. La idea de que las cosas van mal en Veracruz no se sostiene ante el éxito conseguido por la administración duartista en las dos pruebas de fuego de los Juegos y la Cumbre. Y a ello hay que sumar la cuantiosa inversión que está llegando al estado, como dio a conocer puntualmente ayer el titular de la Sedecop, Erik Porres Blesa, uno de los hombres más cercanos en la confianza del Ejecutivo; confianza ganada a pulso, con lealtad, con trabajo y con capacidad.

Javier Duarte se ha vuelto a salir con la suya, y saca adelante uno más de sus proyectos, uno más de ésos que parecían imposibles y logró.

Empecinado, inteligente, político, el joven gobernador está enseñando a muchos que se creían viejos zorros que se puede gobernar y bien, aunque las condiciones sean difíciles y hasta desesperadas.

Y eso se lo está aprendiendo su sucesor…

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