De no ser porque los ojos del país están centrados en Veracruz por los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que este viernes se inauguran formalmente, la frase de una oficial secretaria de la agencia del Ministerio Público del Puerto, en que fue denunciado el robo de una embarcación al equipo mexicano de canotaje, podría pasar al anecdotario mexicano con mucha gracia: “Ni tenía motor”.

Como si dependiera de eso para dar valor a un bien hurtado, la actitud no viene sino a corroborar dos cosas: el desdén de las autoridades ministeriales para un caso tan simbólico como reprobable, y la inutilidad de los protocolos de seguridad que se han implantado para evitar eso y otras cosas, no solo a las delegaciones extranjeras sino a la propia.

En efecto, los directivos de la Federación Mexicana de Remo presentaron la denuncia por el robo de una embarcación, ocurrida en las playas de El Conchal en el transcurso de la tarde del miércoles, a donde los deportistas mexicanos habían acudido a entrenar, y justo cuando se había dispensado al resto del estado de la vigilancia de la denominada Fuerza Civil, ocurre este hecho vergonzoso.

Los Juegos Centroamericanos que hoy finalmente dan inicio con una ceremonia en el Estadio Luis ‘Pirata’ Fuente parecen estar marcados por las protestas estudiantiles que exigen el esclarecimiento cabal de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, un hecho ocurrido a cientos de kilómetros de nuestro solar pero, contra los que muchos piensan y escriben, muy cercano a nuestra realidad, porque tanto los normalistas como los estudiantes locales forman parte de un país donde campea la impunidad.

El martes en Tuxpan, este miércoles en Xalapa y ayer jueves en el Puerto de Veracruz, el paseo de la antorcha olímpica recibió muestras de verdadero repudio y en Xalapa, simbólicamente, hasta en dos ocasiones fue apagada con baldes de agua. Que de esta situación ninguna culpa tienen los deportistas que arriban a nuestra entidad es algo que debemos considerar todos y evitar afectarlos tanto en sus desplazamientos y lugares de concentración como en sus participaciones en la justa.

Quienes la han portado han debido sufrir estas manifestaciones que no solo muestran una molestia por lo que ocurre en Guerrero sino también por la situación que vive Veracruz, donde la inseguridad se manifiesta palmo a palmo en su territorio.

Norte de Veracruz, de miedo

La inseguridad en Veracruz no es una consigna política, tampoco una anécdota ruidosa para desprestigiar al gobierno de Javier Duarte de Ochoa que, dicho sea de paso, no necesita mayor propaganda. Eso lo sabemos los veracruzanos y, al parecer, también el gobierno estatal; de otra manera no habrían distraído a cientos de elementos policíacos para proteger al evento en Tuxpan, Veracruz, Boca del Río, Xalapa, Coatepec, Córdoba y Coatzacoalcos, con la incorporación incluso de la recién formada Fuerza Civil.

Y también lo saben en otros países, cuyos cuerpos diplomáticos han sido precisos en advertir a sus connacionales de los riesgos que representa viajar por la entidad. Primero fue la Embajada de los Estados Unidos, y ahora la de España.

No es que los españoles estén siendo aconsejados para no visitar nuestra entidad. Lo que sí se señala en la página electrónica de la Embajada de España es tomar precauciones en el norte y noreste del estado de Veracruz, las zonas colindantes con los estados de Tamaulipas y San Luís Potosí (Huasteca). Y lo hacen de la siguiente manera:

“En los desplazamientos terrestres, rurales o urbanos, es posible encontrarse controles de carretera, generalmente del Ejército. Se recomienda a los ciudadanos españoles prestar la máxima colaboración a las autoridades del retén, contestando todas las preguntas que se les formulen y manifestando claramente su condición de ciudadanos españoles. Por desgracia, también pueden hallarse retenes de grupos criminales en carreteras, particularmente en el norte del país. En tales circunstancias, hay que actuar con mucha prudencia, no huir ni acelerar y detenerse si se es requerido para ello. Las probabilidades de seguir camino indemne son mayores al mostrar cooperación”.

Como se ve, no se trata de una recomendación exclusiva para Veracruz y tampoco para todo su territorio. Lo cierto es que el norte del estado es la parte más desprotegida, pese a que se han construido instalaciones para el Ejército. Allá es a donde debiera enviarse a la Fuerza Civil, en lugar de andar entorpeciendo el tráfico en Xalapa. Apenas hace unos días se supo del descubrimiento de fosas clandestinas y, como siempre ha sucedido con estos hechos, se han negado persistentemente, lo que no ayuda en nada, ni siquiera para evitar el miedo.

Como he comentado en este espacio, aunque apenas comienza, muchos veracruzanos estarían esperando que termine el compromiso deportivo internacional para que todo regrese a sus cauces normales, para que los elementos policiacos se dediquen efectivamente a contener a la delincuencia organizada y para que la Procuraduría General de Justicia (que no fue efectiva para atender a la delegación mexicana de canotaje, por cierto) pueda emprender las acciones pertinentes para investigar los homicidios escondidos bajo tumbas sin nombre y a los culpables.

¿Y el comunicador que se Pavonea?

Juan Octavio Pavón ha tenido una meteórica carrera burocrática dentro de los medios electrónicos públicos de la entidad. Su incorporación como director de Radio Televisión de Veracruz (RTV) ha cambiado radicalmente el perfil de la radio y la televisión de los veracruzanos (perdón, de los centroamericanos), lo que ha significado la pérdida de casi todo contenido cultural a favor del endemoniado rating.

Lo suyo es la mercadotecnia, el showbisnes, el billete. Por eso fue el convocado para que diera rienda suelta a sus impulsos y lograra los acuerdos más convenientes para que los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014 proyectaran a la entidad en la mayoría de los países de América Latina donde estuvieran interesados en esta justa que otorga boletos olímpicos y panamericanos.

Pero, ¿qué pasó? ¿Qué oscuras negociaciones y triangulaciones están poniendo en riesgo la transmisión de los juegos más allá de nuestras fronteras y, en una de esas, hasta dentro del país? ¿Qué motivos han llevado a poner en entredicho los contratos con dos cadenas identificadas claramente con Carlos Slim: Claro Sports y ESPN?

Pues resulta, le cuento, que los directivos de estas dos empresas están que trinan con el comité organizador porque también cedió la transmisión a una compañía norteamericana que, dos días antes de iniciados los mejores juegos de la historia, no quiere brindar los derechos de transmisión fuera del país. Y la carreta está atorada a unas cuantas horas de que se inauguren, por lo que no podrán lanzar su señal a sus suscriptores fuera de México ni de la ceremonia inaugural ni de las competencias y tampoco de la clausura.

Según declaraciones de ejecutivos de ESPN y Claro Sports, el Gobierno del Estado (y aquí entra nuestro héroe de las comunicaciones electrónicas estatales) cedió los derechos a un tercero que no quiere compartirla, al menos si se trata de proyectarla a América Latina. Ofreció el uso del satélite 806 a estas empresas, que no está disponible comercialmente.

Desde hace dos días llegaron al puerto para iniciar señales de prueba vía satélite y entregar receptores y códigos para la apertura de la señal, pero por mero se infartan cuando conocieron las nuevas reglas de la empresa norteamericana, de manera que la estadística de que los JCC llegarían a 150 millones de televidentes en América Latina y, con ello, la promoción turística, tendrá que descartarse de los boletines de prensa.

Algo tendrá que salir a decir el Gobierno del Estado y, en particular, su genio de las finanzas mediáticas, Juan Octavio Pavón. Para vergüenzas no paramos.

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