La noche del pasado jueves 30 de octubre, Jorge Saldaña dejó de existir en un hospital de la ciudad de México. La noticia regó su tristeza entre el gremio de sus iguales: los periodistas y la gente de la televisión mexicana, que tanto le quedaron debiendo a este hombre emblemático que se atrevió a hacer cosas que revolucionaron la manera de imaginar, generar y producir programas para la gran audiencia.
También hubo pena y lágrimas de parte de muchísimos integrantes de su vasto público: el de viejos que lo siguió fielmente a lo largo de su extensa carrera, el de adultos que buscaban su forma inteligente y honesta de hacer televisión, y el de jóvenes que aprendían con él que no todo está perdido en nuestro país, que aún teníamos una esperanza porque había hombres como Saldaña, que decían la verdad y proponían lo mejor de sí mismos para salvar la nación.
Ya ido nuestro gran banderillense, nos queda en adelante estudiar sus actuaciones, revisar su obra, preciar su legado. Lo que se conserva en archivo de las cinco o seis décadas de su etapa productiva, es un verdadero monumento a la buena televisión. No faltarán tampoco quienes quieran repetir su modelo, su ejemplo, su carrera, y se conviertan en los nuevos hombres de fe en México; en los críticos inteligentes y agudos que necesitamos tanto en estos momentos de zozobra nacional.
En el ocaso de su vida, Saldaña regresó a su tierra para ser profeta y durante varios años iluminó el Canal 4 de RTV con sendos programas que repetían el formato de Sopa de Letras y de Nostalgia, sus producciones más famosas. Con él participaban grandes artistas e intelectuales veracruzanos. Recuerdo a Manuel Munguía, al escritor magnífico Armando Ortiz, a la maestra Olivia Domínguez, y a muchos más que fueron pasando por esos sabrosos programas sabatinos.
Muchos veracruzanos acudían cada fin de semana a la televisión local para disfrutar y formarse de la mano del gran conductor que fue nuestro paisano.
Para quienes no tuvieron la oportunidad de conocerlo y para quienes gozaron de su talento, el próximo fin de semana podrán ver nuevamente el programa en su memoria que trasmitió el canal 4+ de RTV el domingo pasado. Y también durante todo el mes de diciembre esa misma emisora estará pasando una muestra de los mejores programas que Saldaña hizo para la televisión oficial de Veracruz durante los últimos diez años, en que pudimos gozar, en vivo y a todo color, los frutos de su oficio innegable.
Se ha ido Jorge Saldaña. Con él también se van toda una época y toda una concepción personalísima de hacer televisión. Se extrañará en adelante su voz inconfundible, su talento para difundir cultura, su misma capacidad para la polémica.
Descanse en paz, pero que no descansen nunca los que pueden seguir manteniendo vivo su legado, que fue hacer televisión de calidad para crear conciencia.
Mucha falta nos hace.
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