Cosas bastante más graves que hurtos de Frutsis y Pingüinos han sucedido en el Barrio de la Gota, ubicado en pleno centro de Xalapa (entre las calles de Betancourt, Victoria, Guerrero, Altamirano, Azcárate y Bustamente); se han registrado muchos robos, asaltos con violencia y asesinatos. Ante tal situación, los vecinos se han organizado para tomar las medidas de seguridad que ninguna autoridad les proporciona. Más que armarse o comprar alarmas, candados y perros, han iniciado una serie de talleres y actividades artísticas tendientes a reforzar la unidad del barrio. Platiqué con una de las promotoras del proyecto, Cristina Ortiz y con Leticia Valenzuela, actriz que se ha sumado a las actividades de la colonia. Me hablaron de un recorrido artístico que, con motivo del Día de Muertos, se realizará el domingo 2 de noviembre, a partir de las 19:00 horas. El punto de partida será el número 94 de la calle Victoria, entre Betancourt y Guerrero.
Cristina Ortiz
El Barrio de la Gota se llama así porque ahí pasaba un manantial que venía de Xallitic e iba a dar a los Tecajetes y cuando lo entubaron, en los años treinta, había un chorro de donde la gente tomaba agua, se hacían largas colas porque era agua directa del manantial.
Yo nací ahí, en la esquina de Betacourt y Victoria, ahí crecí y luego me fui muchos años a trabajar a otros lados. Regresé hace cuatro años y me encontré con que había mucha inseguridad: asesinaron a un maestro de la Universidad Veracruzana en su casa, ubicada en la calle Altamirano; asesinaron a una señora de la tercera edad que tenía un tienda en la calle Azcárate, levantaron a un señor y a su hija en la calle Guerrero, han asesinado, en total, a seis personas. Ante todo esto, los vecinos hicieron una reunión, a la que no asistí, y acordaron poner un cuartel de policía junto al kinder que está en la calle Guerrero. A muchos vecinos nos nos pareció, entre ellos al esposo de la señora que asesinaron, quien me invitó a la siguiente reunión.
Fuimos y les dije que había otras maneras de inconformarnos; que no debíamos poner un cuartel porque los niños no pueden crecer junto a las armas, junto a la policía.
Se nos ocurrió invitar a artistas para hacer talleres y conocernos, porque los vecinos ya no nos conocemos; ahí vive mucha gente grande y sobre todo mujeres solas de la tercera edad; claro que estaban paralizadas por el miedo, la señora que asesinaron tenía 73 años.
Le hablé a unas amigas que ya tenían formados talleres en los barrios, me apoyaron y lo hicimos fast track. Eso fue un miércoles, y el sábado ya estábamos haciendo el primer taller. Se lo presentamos a los vecinos para que vieran cuál era el objetivo: recuperar nuestra cultura, nuestras raíces, recuperar las calles, generar conciencia sobre el cuidado de nuestro entorno, recuperar nuestros valores de amor, de agradecimiento, de justicia, de igualdad.
La alternativa que encontramos fue volver a tejer los lazos de los vecinos, reestructurar el tejido social.
Nos está apoyando una chica griega que se llama Christiana Moschou, ella está haciendo aquí un doctorado y nos muestra un tipo de teatro comunitario en el que no hay diferencia entre el público y las personas que actúan; esto sirve para reforzar las comunidades.
La maestra Estela Lucio también hizo el favor de apoyarnos con talleres de danza afro. Han asistido señoras, niños y toda la gente participa muy bien; reímos, bailamos, se divierten mucho los niños que se estaban tragando todo el miedo de los padres y las abuelitas.
Al principio la gente preguntaba ¿para qué teatro?, ¿para qué danza?, ¿en qué nos va a ayudar?, yo les respondía que para reír, para conocernos, abrazarnos, saludarnos, y sí, nos ha servido mucho para hacer comunidad.
Ahora vamos a hacer un recorrido por un cuadrante del barrio, con varias paradas; en la primera, Silvestre Jácome va a leer sus poemas, después Lety, que se ha sumado a este proyecto, va a hacer una representación de La Catrina; en otra parada Christiana va a hacer una representación de cómo ven la muerte en Grecia, habrá un grupo de malabaristas y un grupo de música que va a ir tocando y cantando, y vamos a terminar con una función de danza y unos tamales en un gran altar hecho por todos los vecinos.
Leticia Valenzuela
Yo voy a estar en una de las paradas, disfrazada de Catrina; me va a acompañar Karla Loeza, una chica violinista. Comenzará tocando una pieza de principios del siglo XX, que es la época en que José Guadalupe Posada creó esta y otras calaveras. Dará la bienvenida a la celebración y explicará que en México no se celebra la muerte sino a los muertos, es una celebración única en el mundo para festejar que estuvieron vivos, que los conocimos, que los quisimos, y después presentará a la Catrina (que soy yo), dirá los antecedentes, quién la creó, cuándo se creó, para qué se creó. Después la Catrina leerá los versos que hacían en la época, luego la música cambiará y terminará con unas décimas.
Para que se animen a asistir, comparto una de las décimas que dirá La Catrina: