En 1997, durante el rectorado de Víctor Arredondo, Rodolfo “Popo” Sánchez fue nombrado director de la Orquesta Universitaria de Música Popular, durante su estancia en ese puesto invitó a muchos músicos y cantantes de prestigio internacional a presentarse con la orquesta. Once años después, en el año 2008, de manera inopinada fue destituido de su cargo:
-El rector (Raúl Arias Lovillo) me descalificó, me denostó, dijo que «algunos amigos» me habían hecho algunos «halagos»
A partir de entonces ha sido marginado del ambiente jazzístico de esta ciudad a pesar de ser homenajeado e invitado a participar en conciertos en muchos lados del país:
– Total que yo tengo acción en todas partes, menos aquí. ¿Lo entiendes tú?, yo tampoco pero las cosas son así.
Cerca del jazz porque yo/ nací en el Mediterráneo…
Después pasaron muchas cosas: estuve tocando con mi grupo de jazz en el Estudio 54, con Jaime Almeida. Durante algunos años le dirigí sus conciertos a Guadalupe Pineda, viajamos mucho. Conocí y compartí con muchos músicos, Henry Mancini, Sara Vaughan, grabé un disco con Franck Pourcel que se llama Franck Pourcel en México.
Me estaban invitando, de la Universidad Veracruzana, para la dirección de la Orquesta Universitaria de Música Popular que en ese tiempo tenía un director interino, pero al mismo tiempo un hijo de Pedro
Vargas, Alejandro, me invitó a dar una asesoría a la Orquesta del Reino de Marruecos y me fui. Estuve unos días en Casablanca, luego en Rabat, la capital, y después en Marrakech donde fui a pasar el fin de año del 94. Dirigí la Orquesta del Reino de Marruecos cuando estaba el rey Hasán II, fue muy bonito, llegaron músicos en Nueva York, me reencontré con músicos de Brasil que conocí en México. Me enteré del levantamiento en Chiapas a través de la televisión alemana, me llegaron imágenes de lo que estaba ocurriendo y no me gustó nada, me preocupé mucho porque temía que eso se extendiera y decidí anticipar mi regreso. Aquí se decía que eran unos revoltosos, pero a través de las noticias de allá supe que ocurrió algo peor de lo que se decía aquí.
Noche de luna en Xalapa
Me regresé a México y me vine a esta ciudad de Xalapa donde estuve como director huésped de la Orquesta Universitaria de Música Popular, hice dos o tres conciertos uno de ellos en el Parque Juárez; era rector el doctor Emilio Gidi Villarreal, me recibió maravillosamente. Esto fue por septiembre de 1996, en el 97 me llamaron para invitarme a tomar la dirección.
Y ahí vengo; de plano decliné lo de Marruecos porque después de un mes me di cuenta de que allá no era el paraíso. Llegando acá me dieron el nombramiento, ya estaba de rector Víctor Arredondo, me apoyó mucho, todo el tiempo que estuvo me la pasé muy bien, se equipó la orquesta.
Cuando llegué a la orquesta y los oí por primera vez le dije:
-Estoy seguro de tres cosas: estoy seguro de que me voy a morir, estoy seguro de que debo pagar mis impuestos y estoy seguro de que ustedes pueden hacer mucho mejor las cosas de como las están haciendo ahorita porque tienen capacidad, son muy buenos músicos, pero tenemos que exigirnos más
Parece que les cayó el veinte, a algunos no, como suele suceder en todas partes. Yo reconozco que soy exigente, pero empiezo por mí, casi nunca estoy conforme con lo que hago y sé que siempre se pueden hacer mejor las cosas.
Estuve durante los dos periodos de Arredondo, después entró Raúl Arias Lovillo. En un principio también tuvimos buena relación. Cuando llegué a su despacho me dijo:
-No me digas doctor, soy Raúl
-Muy bien, yo soy Rodolfo
Una piedra en el camino/ me enseñó que mi destino/ era jazzear y jazzear
Todo iba muy bien, pero cuestiones políticas muy ajenas a mí empezaron a enrarecer el ambiente.
Las autoridades universitarias dejaron de asistir a nuestros conciertos. Traje a muchos artistas: Armando Manzanero, Guadalupe Pineda, Ricardo Montaner, Fredy Noriega, Gualberto Castro, Yekina Pavón, Eugenia León, Iraida Noriega, María Conchita Alonso, Alberto Ángel «el Cuervo», Víctor Mendoza, toda esa gente y no hubo presencia de las autoridades universitarias, ¿por qué?, no lo sé.
En el año 2008 la orquesta estaba en su nivel artístico más alto y un día de septiembre me citaron a rectoría y, en un cubículo muy pequeño, me dijeron:
-Por orden del rector queda usted destituido
-¿Por qué?
-Porque la nueva disposición es que los directores de grupos ya no van a permanecer más de cuatro años
-¿Perdón?, yo conozco directores que tienen más de treinta años dirigiendo su grupo y siguen ahí, además ¿por qué no me lo dice él personalmente?
-Pues él tiene toda la facultad de decidir y yo soy el portavoz
Me pareció un pretexto torpe. No me acuerdo del nombre de esa persona y más vale.
Pero no fue todo, después citaron a toda la comunidad artística a una junta en el Salón de Juntas de rectoría, todo mundo estaba extrañado:
-¿Por qué?, ¿de qué se trata?
Cuando cambian a un director de la sinfónica, que es el grupo más importante, no hacen tanto ruido pero en este caso llamaron a todos a esa junta, que más que eso fue una encerrona. Algunos músicos se negaron a asistir y los sancionaron. No sé cómo se enteraron algunos periodistas y acudieron pero no los dejaron pasar, les mintieron, les dijeron que solo se trataba de una junta.
Cuando llegué estaba todo el alto mando de la universidad, ya habían armado el «tamal», como solemos decir.
Primero me cedieron la palabra. Yo hice un discurso muy prudente, dije que estaba completamente satisfecho de lo logrado por la orquesta que había dirigido durante once años con la que recorrimos todas las regiones del estado y con la que tuve oportunidad de hacer conciertos con gente tan importante como la que te mencioné. También mencioné que se dejaba un buen fondo económico porque la orquesta generó muchos ingresos.
Por esas fechas me habían hecho varios reconocimientos:
Me hicieron un homenaje en la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México, fue algo totalmente inmerecido, lo digo con toda honestidad. Hicieron un acto solemne que no deja de sorprenderme hasta la fecha, me emocionó mucho porque se hicieron honores a la bandera y una banda sinfónica interpretó el himno nacional.
Yo me quedé muy sorprendido, no me esperaba tanto; hay fotos y documentos que sustentan todo esto.
En el Sindicato de Músicos del D.F. me dieron el premio Mario Ruiz Armengol, que es el mayor reconocimiento que otorgan.
Me hicieron un homenaje en una asociación que se llama Los iniciadores de la televisión.
Me hicieron un homenaje en la Comisión del Deporte y me colocaron en el Salón de la Fama.
En fin, tuve una serie de reconocimientos. Todo eso fue unos días antes de que me llamaran para ese numerito en rectoría, por eso me sorprendió más, porque si tú eres gerente de una empresa y alguno de tus empleados obtiene esos reconocimientos, es para bien de tu empresa.
Pero el rector me descalificó, me denostó, dijo que «algunos amigos» me habían hecho algunos «halagos», haciendo referencia a los homenajes.
Mucha gente me pregunta ahora por qué no tengo participación en festivales ni en conciertos estando en Xalapa. Lo que tú sabes de eso, es lo mismo sé yo: nada. A mí me invitan a todas partes, me acaban de hacer un homenaje en la ciudad de Guadalajara, en el Teatro Degollado que es una joya, llevaron la Big Band Jazz de México
Primero di unas clínicas a músicos, durante una semana, en el Hospicio Cabañas y luego fue el homenaje dentro de un festival internacional en el que se presentaron músicos como Gary Burton. Fue muy emotivo, el teatro estuvo lleno; presenté música mía y, por supuesto, de Agustín Lara, presenté un arreglo de Granada y otras cosas. Enviaron una invitación a las autoridades de la Universidad Veracruzana, pero no hubo respuesta.
Acabo de estar en Cancún, me invitaron al centenario de Mario Ruiz Armengol, me presenté con una camerata. Mario Ruiz Armengol es un veracruzano ilustre y es uno de los pilares de la música no solamente de Veracruz, sino de nuestro país junto con Gabilondo Soler y Agustín Lara. No me consta, pero la familia de Mario Ruiz me dijo que envió una invitación a las autoridades universitarias para que asistieran a ese homenaje y no hubo ni respuesta, ni presencia.
Total que yo tengo acción en todas partes, menos aquí. ¿Lo entiendes tú?, yo tampoco pero las cosas son así.
He hecho propuestas para hacer algún grupo con jóvenes que yo oriente. Ahorita las finanzas no están en los mejores tiempos y estoy seguro de que se pueden generar ingresos; no he tenido respuesta. Tampoco lo entiendo sin embargo pues, así son las cosas y más vale no darle más vueltas.
Ahorita estoy dando clases en un taller de música popular que dirige el maestro Roberto Oropeza, en las oficinas de Difusión Artística que están en la calle de Juárez. El proyecto es dar clases de saxofón y también de arreglismo, no han concurrido muchos alumnos, pero estoy muy contento porque la música es mi vida.
Que no se mal interpreten las cosas, la Universidad Veracruzana es una gran institución, es mi casa y yo estoy profundamente agradecido con ella.
Y para terminar quiero decirte que estaré, por el resto de mi vida, al servicio de SU MAJESTAD, LA MÚSICA