Los habitantes de Soledad Atzompa, municipio de la sierra de Zongolica gobernado por el perredista Bonifacio Aguilar Linda, pusieron fin este martes por la madrugada al doble bloqueo a vías de comunicación que iniciaron el lunes.
Y lo hicieron gracias a una larga minuta de nuevas promesas del gobierno veracruzano, durante una reunión de más de cinco horas, encabezada por el secretario de Gobierno, Érick Lagos Hernández, a quien ayer criticamos por no haber contenido las protestas con el cumplimiento de anteriores promesas y, en cambio, minimizarlas con la detención de los autobuses en que los pobladores se trasladaban a Xalapa.
Por desgracia, no todo lo que se promete termina cumpliéndose. Y una de las muestras es la reincorporación en la lista de un hospital regional que ya había prometido Fidel Herrera Beltrán, personaje que enseñó a la clase política veracruzana los beneficios de la postergación. Desgraciadamente, llega el día en que los compromisos deben pasar del papel a los hechos, aunque mientras tanto se gana tiempo y la bomba no estalla en las manos en que debería estallar.
Érick Lagos Hernández tuvo que acudir a Fortín a dialogar para desactivar los bloqueos. Tan fácil que hubiera sido atender a los inconformes en la comodidad de su oficina en Palacio de Gobierno, como a él le agrada.
Y se llevó, además, a los secretarios de Infraestructura y Obra Pública (SIOP), de Salud (SS) y de Finanzas y Planeación, Gerardo Buganza Salmerón, Juan Antonio Nemi Dib y Mauricio Audirac Murillo, además del subsecretario de Seguridad Pública, Federico Rivas, y el oficial Mayor de la SEV, Vicente Benítez.
Fueron seis horas de negociaciones y amarres que dieron como resultado una larga lista de compromisos, con fechas, obras y montos que, si no se cumplen, tendrán como corolario manifestaciones más enérgicas de los atzompeños.
El próximo 19 de febrero dará inicio la construcción del hospital dejado en prenda por el Tío Fide. Con una inversión de 33 millones de pesos, 80 por ciento de recursos federales, los trabajos durarían 16 meses (para abril o para mayo de 2016). Además, el gobierno del estado llevará a cabo la obra de drenaje que quedará listo a finales de este año y el pago del adeudo con la CFE por 4.7 millones de pesos por uso de electricidad para bombeo de agua.
Pero un tema que ha puesto a los lugareños con los pelos de punta es el referente a la inseguridad. Solo habría que recordar la organización de grupos de autodefensa que temporalmente fueron desactivados con la promesa del secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, de intensificar la presencia de las fuerzas policiacas para evitar atracos y homicidios que se estaban dando en ese municipio. Promesa que no fue cumplida.
Los habitantes demandaron crear cuatro módulos de vigilancia, que ya había prometido Bermúdez, de los cuales solo se construyeron dos, con techo de lámina y en dimensiones menores a las acordadas. El acuerdo es cambiar los techos y ampliar los espacios, además de construir los dos restantes cuando se localicen los sitios más adecuados. Ahí mismo se entregó equipo de radiocomunicación a los policías, que no se les entregaba desde mayo pasado.
En cuanto a la SEV, el oficial Mayor se comprometió a que el próximo 29 de octubre se entregarán 680 pupitres, 65 computadoras, 30 pizarrones de acrílico, 6 proyectores, mil paquetes de útiles escolares, 4 pantallas de 32 pulgadas y 200 cubetas de pintura.
Ya veremos si esta nueva lista de compromisos se cumple, porque prometer no empobrece.
Peña ya tiene su propio #YoSoy132 en el Poli
Solo es cuestión de que una funcionaria inexperta, como la directora del Instituto Politécnico Nacional, Yoloxóchitl Bustamante, se aviente al ruedo con reformas sin consenso al Reglamento Interno, para que el movimiento estudiantil en México tome una fuerza inusitada y amenace con extenderse a todo el país. Y ha bastado una semana para que las cosas se pongan color de hormiga.
Para colmo, la directora solo ha salido con el garlito de que la aplicación del reglamento se posterga, cuando lo que quieren los estudiantes es su abolición. Ayer, la marcha fue de dimensiones considerables y a la protesta de los politécnicos (a diferencia de la rivalidad en el futbol americano entre burros blancos y pumas) se han unido contingentes de la UNAM y de la Universidad Autónoma Metropolitana. Acá en Veracruz, los estudiantes del Instituto Tecnológico de Orizaba salieron a las calles porteñas a brindar su solidaridad.
Es tan candente el asunto, sobre todo en el marco de la represión a los normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, donde murieron siete personas, que el propio secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ofreció reunirse por la tarde del martes con una comisión de los estudiantes.
El presidente Enrique Peña Nieto tiene su primera confrontación directa con los estudiantes, la parte más activa y sensible de la rebeldía en el país, porque el IPN es una institución manejada directamente por la Secretaría de Educación Pública, y ya observamos entre los estudiantes la demanda de autonomía para el mejor semillero de técnicos creada por el presidente Lázaro Cárdenas, lo que puede prolongar el conflicto por meses.
Por desgracia, a quien tienen que convencer es a la propia Yoloxóchitl, quien sigue montada en su burro blanco de sostener las medidas que han permitido modificar no solo las reglas internas para los estudiantes sino varios planes de estudio, aunque trate de convencer de que la aplicación de las medidas se posponen para 2015.
Peña Nieto, quien tuvo en campaña un desafortunado encuentro con estudiantes de la Universidad Iberoamericana, y fue corrido vergonzosamente por los integrantes del movimiento #YoSoy132, tendría su primera muestra de rebeldía de los estudiantes en su mandato, y es posible que la cosa no termine con la cancelación de los cambios sino que vaya más allá, incluso hasta la demanda de autonomía.
Ya veremos si Osorio Chong logra capotear el vendaval.
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