-Tengo mujer, hueso, estoy en Europa; cabrón, me está yendo a toda madre
Se dijo José Miguel cuando llegó a Europa; después de haber estado en Alemania y en Suiza donde se casó en un castillo medieval, ataviado con plumas, e inició su carrera de pintor, decidió regresar a México
Time Is On My Side
Nos fuimos a Europa. El primer lugar al que fuimos fue un pueblo que se llama Lübeck, en el norte de Alemania. Ahí había un barco anclado en el río que era un bar y ahí era el hueso.
-Tengo mujer, hueso, estoy en Europa; cabrón, me está yendo a toda madre, -pensé.
Yo era el bajista, el inglés tocaba el sax, Dizzy la trompeta, Brin el sax y María cantaba. Tocábamos Blood Sweat and Tears, Chicago, Tower of Power, todas esas bandas de rock.
Ahí estuvimos tocando y sucedieron cosas raras, el dueño del bar en un era un cuate que había ganado la Cruz Gamada, había sido capitán de un submarino y estaba muy orgulloso de haber sido nazi.
De ahí fuimos a tocar a Trier, un lugar también en Alemania donde había una base norteamericana. Tocábamos en una casa, ahí fue donde conocí el primer travesti en mi vida, era un güerote como dos metros, buenísimo, pero con una cara muy rara. En la noche llegaban unos soldados negros a bailar y llegaban chicas muy jóvenes, de 13, 14, 15 años y estaban felices porque los negros bailaban padrísimo. Nosotros tocábamos lo mejor que podíamos, no hacíamos un mal papel; yo cantaba algunas rolas de Chicago.
Después llegó un grupo de Los Ángeles que se llamaba Iron Horse, total que los dos éramos Iron, y tenían la cara de que nos iban a superar porque cantaban y tocaban onda negra. Pero no pudieron porque le echamos mucho los kilos y sonó muy bien y no pudieron decir, esos pinches güeritos no la hicieron, no, la hicimos gacha.
Una noche, después de que toda la gente se fue, empezamos a sentir algo muy extraño, realmente extraño, nos volteamos a mirar todos y dijimos, algo está pasando aquí ¿no sientes lo mismo? Era un frío gacho, que calaba los huesos. Alguien llegó y se sentó y nos platicó que ahí asesinaron a 1000 o 2000 judíos.
-Ah jijo, con razón sentíamos tan raro.
A partir de ahí hubo problemas con María porque traía muy dañada su voz, no sé si por la mala técnica o porqué, pero ya tenía mucho tiempo cantando. Después de esa temporada teníamos un receso y cada quién se fue por su lado y quedamos de encontrarnos en Suiza.
Las nieves de Suiza/ platearon mi sien
Fuimos a Zúrich a ver a la mamá de María que era una psicoterapeuta especializada en todo lo que se relaciona con la voz: personas tartamudas, gente que no sabe hablar pero que no tiene nada físico, no habla porque tiene problemas. Ella conocía muy bien todo lo que tiene que ver con la voz porque, además, había sido cantante de ópera. Se llamaba Frau Ana Lindner, era una doctora muy capaz, había estado con Freud
Se dio cuenta cómo estaba María y le dijo:
-Tú no puedes cantar ahorita, tienes que tomar unas vacaciones
-¿De cuánto?
-Como de un mes o mes y medio
-Pero es que nosotros tenemos trabajo y nos están esperando
-Pues habla con ellos
Fuimos, hablamos con ellos y se enojaron:
-¿Qué vamos a hacer?, ya vendimos el grupo así, con la cantante
Total que nos enteramos que íbamos a acompañar un show de strep tease y dije:
-No, cabrón, venir a Europa a acompañar strep tease, pues no estamos tan jodidos
Y María dijo:
-No, pero ¿y mis vacaciones?
Total que ahí tronó el grupo y dije, ¿qué voy a hacer? Sí, ahorramos una lanita en las tocadas, pero se iba a acabar
Y la señora, muy buena onda, como que me agarró cariño (ya sabes, mexican courius); nos dijo que nos fuéramos a vivir a Gossau, un pueblo al norte de Suiza, donde vivía la familia de María; sus hermanas, sus hermanos y su papá. Los papás se separaron y la mamá se fue a vivir a Zúrich y ahí puso su consultorio.
Total que nos fuimos a vivir con la familia a Gossau donde, como en todos los pueblos de Suiza, todo está bien, todo está a todo dar, todo está organizado pero te aburres mucho porque no hay nada y cuando viene el frío es peor, nada más estás adentro del departamento, sólo sales a comprar algunas cosas, riquísimas por cierto. Las tiendas están muy bien pertrechadas, todo está perfecto y muy limpio, pero yo me preguntaba qué iba a pasar.
María dijo:
-Yo voy a descansar
-Pero algo hay que hacer, ¿no?, yo estoy aquí de gorrón, me están manteniendo
No había bronca, yo era pareja de María aunque no nos habíamos casado.
Empezamos a ensayar, yo había ido como bajista pero comencé con la guitarra, así que la agarré y le eché todas las ganas del mundo, empecé a sacar rolas. La señora dijo:
-Están cantando blues, ¿por qué no cantan cosas mexicanas?
Pero María no hablaba español; hablaba suizo, alemán e inglés. Yo hablaba español y un poco de inglés; nos comunicábamos en inglés.
Después nos casamos a la usanza medieval, yo me puse un traje de mosquetero llenos de plumas con el que parecía garza y ella se vistió de cortesana. La señora nos rentó un castillo e hicimos una fiesta, ella pagó todo y después nos invitó a la Aminone, que es un lugar en la parte francesa de Suiza con unos Alpes maravillosos, donde tenía un departamento. Estuvimos ahí como 20 días viendo nevar y chupando. Tengo muy buenos recuerdos de eso.
Al regresar, la familia se había cambiado a un pueblo que se llama Wil y nos fuimos para allá pero se vino una historia muy difícil, tipo Kafka.
La señora tenía una paciente que cuando fue a nuestra boda era mujer pero después se cambió el sexo y ya era Manuel. La señora se divorció del papá, se casó con él y de repente ya era el señor de la casa. Está muy moderna esta madre, pensé.
María se puso un poco intrigosa, empezó a decirle:
-Cuidado con mi mamá, que es muy caprichosa y es tal y tal cosa
Cuando la mamá se enteró de que María estaba haciendo chismes se enojó y dijo:
-Aparte de que te estoy manteniendo me estás jodiendo, pues mucho gusto, gracias y hasta luego
Entonces nos tuvimos que salir de la casa y nos fuimos a vivir a otro lugar. Seguimos ensayando, grabamos una cinta con lo que tocábamos, la mandamos a varios hoteles y nos contrató uno que se llama Nova Park, era un hotel muy grande, muy bueno, en Davós. Íbamos a tocar en un restaurante pero el entreteiner me dijo:
-No, tú vas a tocar solo en el restaurante porque tocas muy bien la guitarra y después, en otro espacio, vas a cantar con tu mujer
Así fue. Nos fuimos a hurgar por otros espacios y vimos en la planta alta a los Swingle Singers y otros grupos comerciales muy buenos.
Nos pagaron bien pero de ahí para el real nos empezó a costar muchísimo trabajo conseguir chamba en Suiza, entonces dijimos hay que irnos a Alemania. La mamá había sugerido que cantáramos cosas mexicanas y yo tenía esa idea, pero María no daba el ancho porque tenía acento y no sonaba a que era mexicana, además era pelirroja, nada más no. No tuvimos la idea, que hubiera sido buena, de hacer una combinación.
A partir de eso y de que no había chamba me dio una pequeña crisis, se me juntaron muchas cosas y entonces María dijo:
-Bueno, mientras que conseguimos o no chamba de tocar yo me voy a trabajar, necesitamos lana. Las leyes suizas son muy exactas, tú entraste como músico y no puedes trabajar de otra cosa; entonces yo trabajo ahorita y tú aguantas en la casa, aprendes alemán y a ver qué inventas
Y así fue; ella se fue a trabajar en una tienda y yo me puse a limpiar la casa, a arreglar, ordenar, hacer ejercicio, pero ya traía la onda que tenía que arreglar esa pequeña crisis. Entonces agarré el lápiz y me salí a dibujar; no había nada feo, veías una casita, un arbolito y todo estaba bonito, entonces me metí duro y fui mejorando.
Cuando María me vio pintado dijo vamos a comprar pinturas.
Hice una exposición en un lugar que se llamaba el Hof y vendí algunos cuadros.
Con lo que ella había ahorrado y con lo que juntamos de los cuadros nos dimos unas vacaciones en Italia y después decidimos regresarnos a México.
Ya las luces, a lo lejos,/ van marcando mi retorno
Cuando regresamos la cosa cambió porque no llegamos a tocar al Sheraton. Llegamos a la casa de mi familia donde no había más familia porque mi mamá se murió y mi papá se volvió a casar. La casa se había dividido; en la planta alta vivía mi hermano mayor y en la baja mi hermano Javier, el músico.
Cuando llegamos mi papá dijo que teníamos que compartir con mi hermano, lo cual no estuvo muy bien, no hubo química, María no quería estar ahí porque mi hermano tenía sus costumbres, traía una chava en la noche o cosas así. Él trabajaba en el Teatro Lírico acompañando variedad, yo alguna vez lo suplí.
María y yo empezamos a tener algunas diferencias; ella no quería estar ahí y yo estaba buscando la manera de tener una entrada más segura, ya no quería apostarle tanto la música. Cuando, después de pintar, vi que podía hacerlo bien, decidí dedicarme al diseño. Empecé mi carrera de diseñador, pero por la calle, no académica. Me metí a un despacho de diseño que se llamaba Área Internacional, trabajábamos para una editorial que se llamaba Larios. Yo era el ilustrador y hacía dibujos para libros de texto y de todo tipo. Ese fue un trabajo que duró como dos o tres años.
Apaga la pinche luz/ fue lo último que dijo antes de partir a Veracruz
Llegó David, mi hijo más grande y María dijo:
-No quiero que mi hijo viva en México, me quiero ir a otro lado
Yo tenía unos amigos en Coatepec que me dijeron que viniera a ver cómo estaba la onda.
Me vine, anduve buscando, hablé con Manolo Zepeda (entonces director del Departamento de Difusión Cultural de la UV) y me dijo que sí, que iba a haber una apertura en la universidad, pero que me aguantara, que todavía no. Después me dijo sí, que ya se iba a dar. Nunca me preguntó si era diseñador profesional. Sólo dijo que necesitaban diseñadores, yo le enseñé lo que sabía hacer y dijo adelante.
Me vine con María y con David pensando en que ya iba a entrar. Fuimos a ver los alrededores y a María le gustó Xico; traíamos un vocho y dije pues vámonos a vivir a Xico. Eso fue en 1982, algo así.
Cuando Manolo me dijo que no dije ay, güey, ¿cómo le voy a hacer?, ya renté una casa.
Yo andaba con el coche para arriba y para abajo porque tenía que buscar chamba.
Traía arrastrando una chamba de México; una ilustración para un libro de inglés. Después me metí a trabajar al Diario de Xalapa, como publicista, y también me metí a Enseñanza Media a hacer unos carteles y otras cosas, y unos amigos me invitaron a colaborar en el Telebachillerato.
Para entonces María y yo ya no estábamos muy contentos, ni ella conmigo, ni yo con ella; más bien ella no tanto conmigo porque me dijo:
-Tú me prometiste que íbamos a seguir cantando
-Pero es que con un hijo y en México, tú viviste un boom, venías de Europa y conseguiste chamba y aun así el grupo tuvo un proceso y después se fueron a un lugar no tan bueno como el Sheraton, entonces, de ahí para adelante íbamos a tener que luchar para encontrar chamba aquí.
Pero ella no lo entendía y lo sentía como traición mía:
-Entonces eres una persona común y corriente, de levantarte temprano e ir a trabajar
-Posiblemente, pero pues ¿quién trae la lana y quién paga los pañales y los biberones del niño?, perdón, pero la chamba es la chamba
Tuvimos diferencias por eso y por otras cosas que tienen que ver con los colores de las parejas, ella estaba un poco desilusionada de mí pero, a pesar de eso, llegó Gabriel, mi otro hijo.
Después me invitaron a tocar en el Hotel Xalapa en las noches, eso fue lo que le colmó el plato:
-No tocas conmigo pero sí vas a acompañar variedad en el bar
-Yo lo hice porque necesitaba el dinero, y no te llevo a cantar porque no estamos haciendo nada, no estamos proponiendo nada.
Pero sí, ahora pienso que fue una especie de temor mío a seguir incursionando en la música como algo que fuera medular para mí, porque necesitaba tener más seguridad y como siempre dibujé a la par que tocaba me dije, voy a hacer carrera como diseñador, no voy a dejar la guitarra, pero necesito afianzarme en algo.
Después de los trabajitos de free lance de por acá y por allá, entré a la universidad. Llegó una mano que dijo los del lado izquierdo se quedan, los del lado derecho se van y yo estaba del lado izquierdo. Empecé desde abajo, en una empresa en la que no me pagaban con un cheque de la universidad, sino que era un plan de pagos distinto. Y desde abajo porque el director de diseño me puso a limpiar el departamento
-A ver, limpia ahí
-Yo también soy diseñador
Pero, bueno, en egos no vamos a parar, hay muchos. Después se fue conformando el departamento, pero en ese momento María se empezó a ir poco a poco.
Cuando nos separamos yo seguía tocando en el Hotel Xalapa pero me di cuenta de que ya no podía seguir ahí porque tenía dos hijos y los debía atender y no podía ausentarme en las noches.
(CONTINUARÁ)
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