Ayer, el violinista xalapeño David Capilla nos habló de la trayectoria de su hermano Erasmo, hoy nos habla de su propia formación, de su experiencia en la docencia y de sus proyectos.
También nos platica del desarrollo de los homenajes luctuosos que se han brindado a Erasmo y nos invita a los conciertos que, con ese motivo, realizarán él y el pianista israelí Itzhak Solsky en estos días.
Capilla sumergida en su baño de tejas
Mi caso fue diferente al de la mayoría de personas porque soy el séptimo hijo de una familia de músicos, mis seis hermanos son músicos clásicos, igual que mi papá, mi abuelo y unos tíos. Aunque mi papá es el que nos inculcó mucho la música, su familia no era de músicos como la de mi mamá; ella era violinista y un tío suyo, pianista, su época fue la de los inicios del jazz, le gustaban mucho el swing y el blues.
En mi familia la música es una tradición y en un ambiente así es muy fácil involucrar a un niño, ahora mismo mi hija más pequeña, que tiene 4 años, no soltaba el violín, quería mostrar a la abuelita y a todos que ya empieza a tocar unas notas. Trae el violín como un juguete más, ya le rompió una clavija y, bueno, es normal porque los niños de esa edad no tienen mucho cuidado y aunque es un instrumento de verdad, hay que lidiar con eso, no importa si llegan a romperlo por eso se les entrega un instrumento valioso hasta cierta edad en que ya saben cuidarlo. Mi hija mayor, que tiene siete años, ya toca más, estudiamos diario. Esto que te estoy comentando a mí me pasó igual, cuando era niño tocar un instrumento era normal, no era algo que tenía que inculcarse.
Claro que no quiere decir que las personas que no tengan ese tipo de ambiente no puedan ser buenos músicos, hay gente que sale con mucho talento, no necesariamente dentro de una familia de músicos.
Ser de una familia de músicos sí requiere un esfuerzo, no digo que mayor, pero sí diferente que el resto de las personas porque siempre el pariente se está esperando algo de ti. Erasmo era 12 años mayor que yo y cuando yo tenía cuatro y estaba empezando con el violín, él estaba ganando su primer concurso. Un año o año y medio después ganó otro concurso, entonces sí, si cuando estás tocando tus primeras notas ya sabes que un familiar tuyo tiene un nivel altísimo a nivel internacional, sí hay un poquito de desafío, pero sobre todo es una inspiración.
Ese fue mi inicio; yo quería estudiar el cello y en mi casa había uno pero me quedaba un poco grande, entonces me dijeron que me esperara y que comenzara con el violín y nunca lo abandoné porque ya tenía un tramo recorrido y cambiarme al cello, que aunque es instrumento de cuerdas es diferente, era volver a empezar y ya no quise, aunque siempre me ha gustado porque se parece mucho a la voz humana.
De ida y vuelta
Después entré al CIMI, fui como la tercera o cuarta generación, y cuando salí entré a la Facultad de Música, siendo muy pequeño. La creación del CIMI fue muy trascendente para la comunidad musical porque muchos niños pasaban de ahí a la facultad.
Estuve en la Facultad de Música hasta los 16 años y me fui a Europa antes de terminar la carrera. Allá empecé la licenciatura en una ciudad al oeste de Holanda que se llama Tilburg, estuve en el Conservatorio de Brabante, después estuve en Bruselas y regresé a Xalapa porque aquí estaba dando clases Erasmo. Escuché a sus alumnos, me encantó cómo estaban tocando y lo que se estaba haciendo con la Orquesta Sinfónica Juvenil y dije no, pues qué hago aquí, si estuve en México y me gustaron mucho sus clases y aquí ando penando por un sándwich como estudihambre; además estaba enfermo de úlcera. Dije voy a probar un año, si me gusta me quedo, si no, me regreso a Europa a continuar la licenciatura. Me gustó mucho el proyecto con el que estaba trabajando Erasmo y me quedé. Terminé la Facultad de Música cuando tenía 24 o 25 años, estuve un tiempo aquí y después me fui de nuevo a Bélgica e hice la maestría en el Conservatorio de Bruselas.
Como profesional he tocado mucho de concertino en varias orquestas del país y de Europa. He tomado algunos cursos de dirección pero no me ha entrado la espina por dirigir, a lo mejor algún día lo haga, no sé, no digo de esa agua no he de beber.
Otra herencia, la docencia
Otra influencia muy fuerte de Erasmo, es la docencia, él era muy buen profesor de violín. Ahora doy clases en el Centro Mexicano de Posgrado, en Puebla; es la única escuela en todo el país donde hay maestría en ejecución de violín, hay varias maestrías en música, en la UNAM y en otros lugares, pero la de la escuela en donde doy clases es la única especializada en violín.
No pude hacer más concursos internacionales porque la mayoría están en Estados Unidos o en Europa, allá es mucho más fácil moverse. Un proyecto que tengo en mente es llevar a concursar a muchachos de aquí, porque la participación de mexicanos en concursos internacionales de violín es casi nula, sólo una persona está participando, por cierto que está haciendo muy buen papel, está quedando entre los finalistas. Es un muchacho del DF, se llama Alfredo, no recuerdo su apellido, también es hijo de músicos.
En Europa existen violinistas que tienen carrera como profesores internacionales y llevan a los muchachos a los mejores concursos. Un maestro súper famoso lleva a su alumno, otro maestro famoso lleva al suyo y es como en las olimpiadas, se ven en las finales y se pone muy bueno eso (risas).
Eso no hay en México, por eso mi proyecto de vida es formar muchachos con carrera de solistas. Aquí tenemos proyectos como Esperanza Azteca y algunos proyectos sociales para acercar a los niños a la música y alejarlos de las drogas, de la delincuencia, de las mafias etc. Hay proyectos de la SEP en Guadalajara que tienen muy buena calidad. Existen becas del FONCA-Conacyt para hacer posgrados, maestrías o doctorados. Todo eso es a nivel académico, pero que alguien tenga un doctorado no quiere decir que vaya a tocar o que esté preparado para un concurso internacional, no tiene nada que ver.
En México, afortunadamente, tenemos algunos buenos violinistas, pero son muy pocos, los puedo nombrar: Manuel Ramos, Cuauhtémoc Rivera, Adrián Justus, Francisco Ladrón de Guevara, Alfredo (no recuerdo el apellido) y se me están acabando los nombres, para un país tan grande debería de no parar de decir nombres.
Cuando se lleva a los amigos en el alma…
El homenaje a Erasmo en su primer año luctuoso fue un acontecimiento único, no lo he visto en ninguna parte. Se hizo un concierto en la Sala Nezahuacóytl de la Ciudad de México en el que participaron, si mal no recuerdo, 110 músicos, todos voluntarios y muchos ya no lograron entrar. Había gente de la Orquesta Sinfónica Nacional, de la OFUNAM, del Politécnico y, bueno, me van a faltar nombres porque fueron músicos de todas las orquestas del Distrito Federal. Una cosa que también me pareció curiosa es que creo que el 98% eran mexicanos. Fue un acto de reconocimiento muy solidario. Había otras familias de músicos, estaban los Cortés, muy buenos músicos; los Ramos, dentro de los cuales está Manuel Ramos, excelente violinista. De solista tocó Cuauhtémoc Rivera, uno de los mejores violinistas de México. El director fue el maestro Eduardo Diazmuñoz que también es una personalidad, una de las mejores batutas del país; ahora está viviendo en Australia. Fue un acontecimiento muy conmovedor. Mi hermano Cándido, que aparte de flautista es pintor, hizo un cuadro al mismo tiempo que tocaban la música. Unos días después vinimos aquí e hicimos dos conciertos en el Teatro del Estado, también con músicos voluntarios y con amigos de Erasmo. Esa fue la experiencia del primer año.
Los dos siguientes años no se hizo nada, porque tampoco queríamos estar molestando a los músicos.
Hace dos años sucedió algo curioso: yo estaba en Bélgica y venía a dar un recital en la Sala Carlos Chávez; mi hermano Rafael también tenía un recital en esa sala, pero ni él sabía que yo venía, ni yo sabía que él iba a tocar. Eran estas fechas y la señora que organizaba esos recitales le dijo a mi hermano:
-Oye, ¿por qué no se juntan?, son pocos días de diferencia entre los dos.
MI hermano me llamó y me dijo:
-Oye, ¿vas a venir a tocar?
-Sí
-Me sugieren que juntemos el concierto y le hagamos algo a Erasmo
Entonces nos juntamos e hicimos ese homenaje.
Hermano dame tu piano/ vamos juntos a tocar…
Itzhak Solsky es un extraordinario pianista nacido en Israel. Él nunca conoció a Erasmo, pero tienen muchos amigos en común, entre ellos otro pianista que vivía en Bruselas, también de Israel, que se llamaba Benjamin Rawitz, justamente la semana pasada se cumplieron siete u ocho años de su muerte, que fue muy trágica porque lo asesinaron.
Mi hermano Cándido conoció a Itzhak Solsky por otros amigos músicos y lo invitó a vivir en su casa, en Bélgica, y empezamos a tocar mucho allá; él me invitó a tocar muchas veces y el año pasado lo invité a tocar conmigo en Bellas Artes, hicimos varios conciertos. Tiene una calidad como pianista impresionante, impresionante, es un genio del piano.
El año pasado lo invité a participar en una serie de recitales que le hicimos a Erasmo como homenaje aquí, en Xalapa; él accedió con mucho gusto y desde entonces no hemos dejado de tocar. En diciembre hicimos unos conciertos en Bélgica, yo creo que son de los conciertos más emotivos que hemos tenido en los últimos tiempos, el público se puso de pie y eso en Bruselas no es nada fácil, fue una muy grata experiencia.
Encore a quien honor merece
Este año volví a invitarlo al homenaje a Erasmo. Vamos a dar varios conciertos y en ninguno vamos a repetir el programa, en todos será diferente.
En el Hotel Clara Luna, que está en Ávila Camacho, vamos a dar un concierto de encores, son pequeñas piezas, algunas cantábiles y otras virtuosas; este tipo de programa estuvo muy de moda en los años 20-30 del Siglo XX, era para mostrar el virtuosismo de los violinistas y pianistas. Por lo general, cuando se hace concierto de ancores se hace para un solo instrumento y el pianista nada más acompaña al violinista, en este caso los dos seremos protagonistas. Es algo que casi no se hace, hasta ahora no lo he visto, este será un concierto diferente. Otra cosa interesante es que será interactivo; habrá una carta de piezas y el público podrá pedir la que quieran que interpretemos, así que no sabemos exactamente qué vamos a tocar.
También vamos a tocar un concierto organizado por la universidad; ahí el programa es ad hoc a lo universitario, es un programa de obras completas, por ejemplo una sonata de César Franck, una fantasía de Schubert y cada una dura media hora, entonces va dirigido a otro tipo de público. Yo siento que los dos programas son importantes porque uno va al público universitario, estudiantes, profesores o melómanos, y el otro programa es para la gente que quiere refrescarse un poco con la música clásica; a mí me encanta tocar este tipo de programas. No quiere decir que los melómanos no escuchen este tipo de obras porque dentro de ellas hay unas muy interesantes que, aunque son mucho más en el sentido del virtuosismo, no carecen de calidad intelectual.
Se nos han ido otros músicos importantes como el maestro Mateo Oliva, Eugenio Toussaint, Daniel Catán, y en los conciertos que hemos hecho después de eso, recordamos a estos músicos también porque creemos que es muy importante el reconocimiento a toda esta gente que se nos está yendo, y también hay que cultivar para hacer crecer nuevas generaciones, por lo menos con esa calidad.
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Los conciertos de Encores en Xalapa se realizarán en el Hotel Clara Luna, que está ubicado en Ávila Camacho # 42 (frente al Parque Bicentenario), el jueves 4 y el sábado 6 de septiembre, ambos a las 20:00 horas.
En puebla se presentará el domingo 7 de Septiembre a las 17:00 horas en la Sala Sinfónica del Complejo Cultural Universitario de la BUAP, ubicado en el Boulevard Vía Atlixcáyotl 2299. Este concierto será a beneficio de la Comunidad Terapéutica Flor y Canto A.C., que es una asociación, sin fines de lucro, que se dedica al tratamiento residencial para la rehabilitación de adictos a sustancias psicoactivas.
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