El arco y la lira
Hace seis años, en agosto de 2008 murió en Xalapa, su ciudad natal, uno de los violinistas mexicanos más importantes del siglo XX y principios del XXI: Erasmo Capilla.
Su padre, que era violinista de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, fue quien le dio las primeras lecciones de música; posteriormente estudió en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana. A la edad de 14 años ganó el Concurso Nacional de Violín para la Juventud Mexicana, posteriormente se trasladó a Bélgica para continuar su formación, ahí obtuvo el grado de Doctor en Música por la Chapelle Musicale Reine Elisabeth, de Bruselas.
Realizó estudios de dirección orquestal con Sylvain Cambreling.
Erasmo es el único artista mexicano que ha ganado tres importantes concursos europeos, con carácter internacional: Isidro Gyenes (España, 1982), Luis Coleman (España, 1984) y Karol Szymanowski (Bélgica, 1987).
En 1987 fue nombrado solista del año por la Unión Mexicana de Cronistas de Música y Teatro. En 1993 representó a México en el Festival Europalia, donde dio recitales al lado del pianista Daniel Blumenthal. Por iniciativa suya vino a Xalapa el virtuoso violinista húngaro Roby Lakatos, uno de los mejores del mundo, al lado de quien actuó como solista y director. El año 2007 participó como director de la Orquesta della Svizzera Italiana, en el Festival Martha Argerich de Lugano, Suiza, con participación de la misma maestra.
Con motivo de su sexto aniversario luctuoso, su hermano David, también violinista, ofrecerá una serie de conciertos. Platiqué con él.
Violines y más violines/ violines del carrizal…
Hasta ahora, Erasmo es el violinista mexicano que tiene más concursos internacionales ganados. En otros instrumentos también tenemos grandes exponentes; en guitarra, en canto ahora se está dando mucho, pero en violín no hemos tenido tantas estrellas; afortunadamente los hay y curiosamente muchos de ellos han sido de origen veracruzano, ese es un dato muy interesante. Anteriores a Erasmo fueron: Hermilo Novelo, un gran violinista de los años setenta que nació en el Puerto de Veracruz, estudió en Juilliard School y grabó con varias orquestas en la Unión Soviética.
Después hubo otro gran violista que se llamaba Manuel Suárez, su apogeo fue entre los años setenta y ochenta, era de Orizaba o de Córdoba, no recuerdo. Y entre los más recientes, Francisco Ladrón de Guevara, un muchacho muy joven, también nacido en Xalapa.
Erasmo fue un niño prodigio; tocaba violín y piano desde muy chico y lo importante es que desarrolló su talento. Lizt que decía que el genio también se hace, no sólo nace y en realidad sí, hay estudios que demuestran que si los niños prodigio no son estimulados desde la infancia, si no cultivan y desarrollan su genialidad, ésta desaparece a los 20 o 22 años.
Además de ser un gran violinista, era director de orquesta y profesor de violín.
Del pizzicato al pizarrón
Formó muchos alumnos con un gran nivel en muy poco tiempo, varios de ellos estudiaron posgrados fuera del país, algunos ya no han regresado. No formó solamente mexicanos, de muchos lugares vinieron a estudiar con él; tuvo alumnos peruanos, cubanos, rusos, alemanes, belgas, franceses, españoles, japoneses. Además daba cursos fuera de México. Empezó su carrera como docente de forma privada, después dio clases en la Facultad de Música (UV) y en la SEP, en los inicios del actual ISMEV. La docencia fue una etapa muy importante para él.
Del arco a la batuta
Como director también hizo cosas muy importantes: recientemente salió un disco en la disquera alemana Deutsche Grammophon, es el sello con más prestigio en la música clásica. En ese disco dirige a una de las más grande pianistas de la historia de la música, la argentina Martha Argerich.
Los logros de Erasmo fueron muy relevantes y aportó mucho a la música, creo que hace falta más gente así en este país.
A donde las arañas tejen sus redes
También tenía un espíritu altruista. Esto es más íntimo, nunca lo he dicho una entrevista, pero Erasmo ayudaba a las personas para que se rehabilitaran de las adicciones, a varios les pagaba el seguro médico.
Jugaba futbol, era su hobby; jugaba en la universidad, aquí en Xalapa, y en Coahuila. Jugaba en el Ferrocarrilero pero también se iba, como se dice en el lenguaje coloquial, a “cascarear” en el futbol llanero. No era tan delicado para cuidarse, a veces se vendaba las manos para protegerlas, pero andaba jugando casi entre las rocas; ahí conocía gente de bajos recursos y a algunos les pagaba el médico, era muy querido por eso. Jugaba en barrios como el que está atrás de Coapexpan, donde la gente no sabía quién era. Una vez salió en el periódico un artículo sobre su equipo de futbol, porque habían sido campeones; salía en la foto del equipo y al reverso estaba él, en un artículo en el que estaba su reseña curricular, entonces la gente que vendía refrescos y todo eso por ahí, se sorprendió porque no sabían quién era 
hasta que vieron el periódico y a la siguiente vez que lo vieron le preguntaron:
-Oye, ¿por qué no nos habías dicho?
-Aquí eso no significa nada, aquí venimos a jugar futbol; si se me va el balón o hago un autogol, todo mundo me va a abuchear.
-Pero es para que fueras muy creído
-No, pues eso no tiene nada que ver
Yo quiero tener un millón de amigos/ y así más fuerte poder tocar…
Era una persona muy sencilla, que podía hablar con quien fuera. No recuerdo qué escritor dijo que le parecía importante hablar con distintos tipos de personas, no importando su rango intelectual; eso es súper importante para un artista, porque tenemos que ver todo, tenemos que entender a la gente, a la sociedad, no podemos cerrarnos a sólo hablar con un tipo de personas. Erasmo también pensaba que hablar con todo mundo necesariamente nos va a dejar algo, por lo menos en experiencia.
(CONTINUARÁ)