La semana pasada hablamos de la pieza fundacional del movimiento de la bossa nova, Chega de Saudade, y comentamos que la traducción al español, Basta de nostalgia, es sólo una aproximación, pues el término saudade no tiene equivalente en español.

En su novela La ignorancia, Milan Kundera dice: “En griego, ‘regreso’ se dice nostos. Algos significa ‘sufrimiento’. La nostalgia es, pues, el sufrimiento causado por el deseo incumplido de regresar. La mayoría de los europeos puede emplear para esta noción fundamental una palabra de origen griego (nostalgia) y, además, otras palabras con raíces en la lengua nacional: en español decimos ‘añoranza’; en portugués, saudade. En cada lengua estas palabras poseen un matiz semántico distinto”.

La enciclopedia virtual Wikipedia presenta las diversas hipótesis sobre la etimología del término portugués y catalán:

“No existe un consenso amplio entre los diferentes autores sobre el origen de la palabra saudade.
La hipótesis que explica su origen a partir de la voz latina solitate, soledad, es defendida por numerosos autores desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días. Esta hipótesis está muy extendida, pero poco fundamentada. A modo de ejemplo, la hipótesis evolutiva expuesta por A. Cortesao en 1900 (Solitate > suïdade > soadade > suadade > saüdade) se considera hoy totalmente inverosímil.

«(…) Carolina Michaëlis de Vasconcellos defendía en 1922 el origen de la palabra saudade en el plural femenino latino solitatem, en un ensayo que sobrepasaba con mucho el simple análisis etimológico, adentrándose en lo literario. C. Bastos trataba en 1914 las relaciones entre las diferentes formas de la palabra saudade en gallego y portugués. José Luis Varela advierte sobre la imposibilidad de un origen en solitatem. Según Joaquim de Carvalho, la palabra deriva del adjetivo y adverbio latino solu, que liga el significado de saudade al de soidade. Karl Vossler menciona alusiones a la voz árabe saudá, que significa hipocondría, melancolía, desánimo, mal de corazón. También habla de la influencia de la palabra suave, del latín suavis, por el empleo que hicieron de ella los provenzales y los humanistas”.

A fuerza de leer y escuchar la a los portugueses y los brasileños, acaba uno por entender el contexto en que utilizan el término pero es difícil de explicar, para hacerlo prefiero acudir a otras plumas. Pablo Neruda pregunta y Miguel Falabella responde:

Saudade

Pablo Neruda

Saudade —¿Qué será?… yo no sé… lo he buscado
en unos diccionarios empolvados y antiguos
y en otros libros que no me han dado el significado
de esta dulce palabra de perfiles ambiguos.

Dicen que azules son las montañas como ella,
que en ella se oscurecen los amores lejanos,
y un noble y buen amigo mío (y de las estrellas)
la nombra en un temblor de trenzas y de manos.

Y hoy en Eça de Queiroz sin mirar la adivino,
su secreto se evade, su dulzura me obsede
como una mariposa de cuerpo extraño y fino
siempre lejos —¡tan lejos!— de mis tranquilas redes.

Saudade… Oiga, vecino, ¿sabe el significado
de esta palabra blanca que como un pez se evade?
No… Y me tiembla en la boca su temblor delicado…
Saudade…

Saudade

Miguel Falabella

Agarrarse el dedo con una puerta duele.
Golpearse la cara contra el piso, duele.
Torcerse el tobillo, duele.
Una bofetada, un puntapié, duelen.
Duele golpearse la cabeza con el borde de la mesa,
duele morderse la lengua,
las caries y las piedras en los riñones también duelen.

Pero lo que más duele es la saudade.
Saudade de un hermano que vive lejos.
Saudade de una cascada de la infancia.
Saudade del gusto de una fruta que no se encuentra más.
Saudade del papá que murió, del amigo imaginario que nunca existió…

Saudade de una ciudad.
Saudade de nosotros mismos, cuando vemos que el tiempo no nos perdona. Duelen todas estas saudades.
Pero la saudade que más duele es la saudade de quien se ama.
Saudade de la piel, del olor, de los besos. Saudade de la presencia, y hasta de la ausencia consentida.
Tú podías quedarte en la sala, y ella en el cuarto, sin verse, pero sabiéndose ahí.
Tú podías ir para el dentista y ella para la facultad, pero se sabían allí.
Tú podías pasar el día sin verla, ella el día sin verte, pero sabían del día de mañana.
Pero cuando el amor de uno acaba, o se torna menor, al otro le sobra una saudade que nadie sabe cómo detener.
Saudade es básicamente no saber. No saber más si ella continúa sufriendo en ambientes fríos.
No saber si él continúa sin afeitarse por causa de aquella alergia.
No saber si ella todavía usa aquella mini.
No saber si él fue a la consulta con el médico como prometió.
No saber si ella se alimentó bien últimamente por causa de esa manía de estar siempre ocupada.
Si él estuvo yendo a las clases de inglés, si aprendió a entrar en la Internet y encontrar la página del Diario Oficial.
Si ella aprendió a estacionar entre dos coches.
Si él continúa prefiriendo la cerveza oscura. Si ella continúa prefiriendo jugo de naranja.
Si él continua sonriendo con aquellos ojitos apretados…
Si ella sigue bailando de aquella forma enloquecedora… Si él continua cantando tan bien.
Si ella continua detestando Mc Donald’s.
Si él continua amando. Si ella sigue llorando hasta en las comidas. ¡Saudade realmente es no saber!

No saber qué hacer con los días que son más largos, no saber cómo encontrar tareas que detengan el pensamiento,
no saber cómo frenar las lágrimas al escuchar esa música, no saber cómo vencer el dolor de un silencio…

Saudade es no querer saber si ella está con otro, y al mismo tiempo querer. Es no saber si él está feliz, y al mismo tiempo preguntar a todos los amigos por eso…

Es no querer saber si él está más flaco, si ella está más linda.
Saudade es nunca más saber de quien se ama, y mismo así doler.

Saudade es esto que sentí mientras estaba escribiendo y lo que tú, probablemente, estés sintiendo ahora después de leer…
«En alguna otra vida, debemos haber hecho algo muy grave para sentir tanta saudade…»

 

*        *        *

Saudade acaso sea lo que sienten los brasileños cuando evocan el jogo bonito. Saudade de Garrincha, saudade de Pelé, saudade de Jairzinho, saudade de Carlos Alberto y su gol del presidente, saudade de la risa interminable de Ronaldinho.


https://www.youtube.com/watch?v=OQuNaD_N158

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