El 9 de julio, el Instituto Nacional Electoral reconoció que los solicitantes del nuevo partido, con el acrónimo de Morena, cumplieron con los requisitos que la ley exige para que se le tenga como uno más de los partidos que podrán participar en los procesos electorales; la resolución se tomó por unanimidad y con felicitaciones y reconocimientos de los consejeros del instituto y de los representantes de los partidos. No hubo una sola voz que se opusiera al reconocimiento y sí, en cambio, muchas expresiones positivas de bienvenida y de reconocimiento al papel que Morena tiene en la vida pública del país.
La importancia del nuevo partido es evidente; en primer lugar, el interés de asistentes y periodistas a esa histórica reunión se centró en Morena y las otras dos agrupaciones políticas que también obtuvieron su reconocimiento pasaron a un segundo plano.
Los participantes saben que Morena es un partido que se distingue en varios puntos; uno de ellos es que sus dirigentes y su fundador principal, Andrés Manuel López Obrador, han manifestado que se mantendrán frente al sistema, no dentro de él, y que no aceptarán arreglos ni con otros partidos ni con el Ejecutivo, por lo que su independencia los mantendrá ajenos a inventos extrainstitucionales, como el Pacto por México.
La única discusión que tuvo lugar en el transcurso de la sesión fue sobre una determinación de Morena, que consta en sus estatutos y que consiste en que un candidato del partido que alcance un cargo público por el sistema de representación proporcional, si quiere volver a ser candidato, tendrá que participar mediante el sistema de mayoría relativa. Y se aceptó como válida esta regla peculiar que es una nota distintiva de Morena, tendiente a evitar que se forme una cúpula que ocupe permanentemente los cargos públicos sin participar en las campañas.
Por lo demás, Morena, antes de contar con registro y con recursos económicos sumamente limitados, tiene una clara presencia pública, un reconocimiento de los medios de comunicación; y los medios electrónicos, si por lo general le hacen el vacío, en ocasiones no tienen más remedio que hablar del grupo y de su dirigente principal.
Para obtener su registro Morena logró organizar 32 asambleas constitutivas estatales, consiguió que alrededor de 500 mil personas se afiliaran voluntariamente a la agrupación política que busca un cambio de fondo y que les pide mucho esfuerzo y mucho trabajo para alcanzar sus metas.