El pasado viernes 23, luego de que la Secretaría de Hacienda bajó de 3.9 a 2.7 por ciento la expectativa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), el presidente del CEN del PRI, César Camacho, respaldó a Luis Videgaray, titular de la dependencia.

“Videgaray debe permanecer en su cargo. Videgaray ha demostrado ser un eficaz y un profesional de las finanzas públicas. La situación, por supuesto, no es sencilla, pero la finanzas públicas, en la Secretaría de Hacienda, están en las mejores manos”, argumentó el dirigente priista, quien consideró que los indicadores económicos a la baja son una advertencia para aprobar las reformas pendientes cuanto antes, pues expuso que en el caso de la energética podría aportar 2 puntos porcentuales al PIB hacia el año 2018.

Sin embargo, para legisladores de la oposición, la caída del crecimiento económico es un efecto de la reforma fiscal aprobada en 2013, ya que aducen que el alza de impuestos inhibió la inversión y el consumo.

En un artículo de su autoría publicado ayer en el diario capitalino Reforma, titulado “El desafío de elevar nuestro crecimiento”, Videgaray sostiene que “el débil desempeño de nuestra economía en el primer trimestre de este año se debió a tres factores principalmente: Estados Unidos tuvo un crecimiento prácticamente nulo (0.1% a tasa anual en el primer trimestre cuando el estimado era 1.2%) por las condiciones climatológicas inusualmente extremas que experimentó el pasado invierno. Este hecho –dijo– disminuyó las exportaciones mexicanas a ese país que concentra el 80% del total de la demanda externa. Por su parte, la demanda interna se vio afectada de manera transitoria por la entrada en vigor de algunos impuestos al consumo como los impuestos al carbono (afectando gasolinas y diesel), a las bebidas azucaradas y a los alimentos no básicos con alta densidad calórica. Finalmente, la producción petrolera disminuyó de manera no anticipada 1.3% respecto de la cifra observada el año anterior.”

Según el secretario de Hacienda no hay de qué preocuparse, pues “con excepción de la caída en la producción petrolera, estos factores son transitorios y las cifras recientes confirman que se están disipando, por lo que se espera un mayor crecimiento para lo que resta del año. La economía de Estados Unidos ya está creciendo, lo que se refleja en las exportaciones mexicanas que se incrementaron a un ritmo de 4.5% anual en marzo. En México, se están creando empleos y, en el mes de abril, el número de asegurados en el IMSS aumentó en todos los sectores, lo que no sucedía desde el mes de abril del año pasado. La inflación ha mantenido su tendencia decreciente para colocarse en 3.4% en la primera quincena de mayo, lo que, sin duda, apoyará el crecimiento del consumo en los siguientes meses. Por su parte, el gobierno federal continúa ejerciendo el gasto público de manera acelerada para dar soporte a la actividad económica. Tan solo el gasto en inversión física el primer trimestre fue superior en 45% al del mismo periodo del año pasado.”

Empero aquí seguimos esperando que aterricen las inversiones anunciadas desde hace un año por el Gobierno Federal, entre ellas la de la ampliación del aeropuerto de El Lencero, la de la construcción de la autopista Cardel-Poza Rica y la de la extensión del recinto portuario de la ciudad de Veracruz.

Y aunque considera que el pronóstico de crecimiento para este año a una tasa real de 2.7% “es sin duda insuficiente para enfrentar los retos de nuestro desarrollo”, Videgaray no escatima en ponderar que es aún así es un índice superior al “que se pronostica este año para Estados Unidos, Europa y muchos de los países de América Latina.”

Además refiere que crecer al 2.7% representa “un poco más que el promedio de 2.3% de los últimos 14 años”, periodo que comprende las dos administraciones presidenciales del PAN, “o del promedio de 2.4% de los últimos 33 años”.

Para Videgaray, “esto quiere decir que si bien en las décadas recientes los mexicanos hemos enfrentado con éxito los retos de la apertura económica y de la estabilidad, no hemos todavía vencido el desafío de crecer a las tasas que demanda nuestro desarrollo.” Y resume que “para generar empleos bien remunerados y reducir la pobreza y crear prosperidad, México requiere crecer de manera sostenida en los próximos años y décadas a tasas cercanas al 5% anual”, casi el doble de la pronosticada para este año por la dependencia a su cargo. “Y para ello México debe atreverse a cambiar”, concluye el hombre fuerte del presidente Enrique Peña Nieto.

No obstante, en ese reto a cambiar, Videgaray evadió citar el costo económico y social que a México le siguen representando la corrupción y la impunidad. Y es que el mismo diario que ayer publicó su artículo dio a conocer también que Caminos y Puentes Federales (Capufe) le ha otorgado un contrato millonario a la empresa Integra Ingeniería, S. A. de C. V. que le adeuda más de 101 millones de pesos al Servicio de Administración Tributaria (SAT). Ello pese a que la Secretaría de la Función Pública estableció en 2008 que ninguna dependencia deberá contratar a compañías que incumplan con sus obligaciones fiscales.

Lo sospechoso de este asunto es que el consorcio declarado ganador el 30 de abril está integrado por Cointer Concesiones y Azvi Cointer de México, así como por Impulsora de Servicios Terrestres, filial del consorcio de autotransporte de pasajeros IAMSA, de Roberto Alcántara, primo de Jesús Alcántara Núñez, otro empresario mexiquense a quien Peña Nieto le encargó desde 2005 como gobernador la coordinación de Expresión Mexiquense, una estructura paralela al PRI que Arturo Montiel llamó Fuerza Mexiquense y que para la sucesión presidencial de 2012 se denominó Expresión Política Nacional, la cual, entre 2007 y 2010 apoyó financieramente las campañas de varios candidatos priistas a gobernadores, entre ellos el de Veracruz.