Así haya sido –como lo intentó justificar la presidenta de la mesa directiva de la LXIII Legislatura local, Anilú Ingram– una mera “cuestión semántica” y de simples “cambios de verbo”, lo cierto es que las adecuaciones que hace una semana los diputados priistas y sus aliados en el Congreso estatal tuvieron que hacer de última hora a la Ley de Educación del estado para “armonizarla” con la federal y así evitar que el presidente Enrique Peña Nieto presentara ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación un recurso de controversia constitucional contra el gobierno de Veracruz, sólo azuzaron a los grupos más radicales del magisterio de la entidad que este lunes 21 se fueron a manifestar a la ceremonia conmemorativa del centenario de la gesta heroica de 1914 que encabezó el mexiquense en el puerto jarocho, donde obviamente fueron reprimidos por los elementos de seguridad.

Este evento, que por la magnitud de su significado histórico debía tener una gran repercusión política y resonancia mediática nacional, fue empañado sin embargo por la campaña de victimización que de inmediato comenzó a desplegar por las redes sociales este grupo de maestros reprimidos que aprovecharon esta nueva coyuntura para manifestar ante el presidente Peña y el gobernador Javier Duarte de Ochoa su rechazo a la reforma educativa.

Pero, además, este desatino, descuido, capricho o testarudez de diputados y funcionarios priistas del estado por no adecuar rigurosamente desde un principio la ley educativa local con la reforma federal, hizo ver mal también al gobernador Duarte, quien ayer, como orador, destacó ante Peña Nieto que lo sucedido el 21 de abril de 1914 nos recuerda la más grande muestra de patriotismo, solidaridad, lealtad, valor y entrega que dieron cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar y el pueblo veracruzano, por lo que refrendó el compromiso de Veracruz con el Gobierno de la República, pues dijo que hoy la ruta hacia el México justo y próspero convoca a unir esfuerzos y a dar los resultados que la sociedad demanda. “¡Veracruz está con usted, señor Presidente!”, exclamó.

Sobre esta gesta heroica, el mandatario estatal dijo también: “Nos recuerda que nada se nos ha dado fácil. Nos recuerda la determinación de los mexicanos de gran templanza en esas horas de grandeza. Pero sobre todo, subraya el compromiso que tenemos para seguir adelante”. Y tras mencionar que la historia pertenece a quienes tienen el coraje y la determinación para cambiar las cosas cuando de la Nación se trata, Duarte de Ochoa agregó que “todos estamos llamados de nueva cuenta a responder a México, a honrar a quienes en su momento actuaron para lograr las grandes transformaciones y alcanzar un mejor destino”.

El gobernante veracruzano resaltó que hoy, como pocas veces en la historia, nos encontramos ante la gran oportunidad de transformar a México, pues ya están sentadas las bases: “El Presidente Enrique Peña Nieto ha impulsado las reformas estructurales necesarias para que el país sea competitivo, exitoso y tenga un desarrollo sostenido, y con responsabilidad histórica ha actuado pensando en México y en los mexicanos.

“Es tiempo de acelerar el paso en este propósito compartido. Señor Presidente: Veracruz está con Usted en la firme decisión de aprovechar las oportunidades que tenemos frente a nosotros y salir adelante, como ha quedado inscrito en el Primer Ayuntamiento de América, Veracruz, ¡Centinela sin relevo de la Patria!”, concluyó el mandatario estatal, aunque sus diputados, liderados por el viejo cacique de la Sección 32 del SNTE, Juan Nicolás Callejas Arroyo, de último momento tuvieron que corregir y adecuar la desarmonizada ley educativa.

Así haya sido –como lo intentó justificar la legisladora porteña Ingram Vallines– una mera “cuestión semántica” y de simples “cambios de verbo”.

Y es que, de no hacerlo, se habrían expuesto a litigar ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación el juicio de controversia constitucional que estaba por promover el presidente Peña.

Peso centralista

Por si alguna duda quedaba acerca de la antigua Presidencia imperialista que parece estar reencarnando en Enrique Peña Nieto, ayer en la ceremonia conmemorativa del centenario de la Gesta Heroica de Veracruz el mandatario mexicano dio otra contundente muestra de su centralismo avasallador.

Y es que en el presídium el mandatario mexicano fue flanqueado por los secretarios de la Marina Armada de México y de la Defensa Nacional. Y con excepción de Javier Duarte de Ochoa, el gobernador anfitrión, que fue sentado en la tercera silla a la derecha de Peña Nieto, toda la primera fila fue ocupada por los Secretarios de Estado y miembros del gabinete presidencial que acompañaron a su jefe, entre ellos los secretarios de Gobernación, de Hacienda, de Comunicaciones y Transportes, de Turismo, de Relaciones Exteriores, de Educación Pública y el procurador general de la República.

Los otros representantes del gobierno del estado, la del Poder Legislativo, diputada Anilú Ingram, presidenta de la mesa directiva de la LXIII Legislatura local; y el del Poder Judicial, Alberto Sosa Hernández, magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado –quien inclusive asistió al evento pese a estar recién recuperado de una operación quirúrgica que le fue practicada la semana antepasada–, fueron relegados en la segunda hilera, junto a los ayudantes del jefe del Ejecutivo federal y de los titulares de las Fuerzas Armadas.

Y eso que la ceremonia era para recordar la gesta heroica de los veracruzanos.