{Hora libre}
Si días antes algunos diputados locales conminaban al gobernador Javier Duarte de Ochoa a que enviara pronto la iniciativa de Ley General de Educación para que hubiera tiempo de analizarla antes de que se venciera el término del 12 de marzo para armonizar la legislación local a la reforma educativa federal, ayer prácticamente quedaron estupefactos.
La rapidez con que se hizo el trámite fue meteórica. Apenas el domingo pasado, funcionarios del Gobierno del Estado estaban citados a las 9:00 horas en las oficinas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para analizar conjuntamente el texto de la nueva ley estatal, y el lunes ya estaba en manos de la diputada presidenta, Anilú Ingram Ballines.
Menos de 24 horas después, el martes antes de las 11 de la mañana, la nueva Ley de Educación había sido aprobada por 46 votos a favor, dos en contra y una abstención: 49 diputados en total ante la ausencia justificada del diputado priista José Ramón Gutiérrez de Velasco.
El denominado albazo carnestolendo había sido cumplido en una sesión extraordinaria, sin que el documento pasara por análisis y dictaminación de la comisión de Educación y Cultura que preside la priista Octavia Ortega Arteaga. Como nunca antes (y, tal vez, nunca después), los diputados locales acudieron al pleno legislativo a horas en que normalmente van despertando.
Antes que ellos, empleados de la SEV, dirigentes magisteriales encabezados por los líderes de las secciones 32 y 56 del SNTE, Juan Nicolás Callejas Roldán y Manuel Arellano; autoridades educativas encabezadas por el secretario de Educación Adolfo Mota Hernández; reporteros, fotógrafos y camarógrafos había colmado el salón de sesiones.
Un nada discreto operativo de seguridad, con que se implantaron filtros para contener el acceso al recinto legislativo y para enfrentar la posible presencia masiva de profesores del Movimiento Magisterial Popular de Veracruz, convirtió al edificio de la calle Encanto en un verdadero búnker que, pese a todo, fue infiltrado por varios maestros disidentes. Las pancartas y los gritos contra los diputados y su dirigente, el ‘líder moral’ del SNTE, Juan Nicolás Callejas Arroyo, dieron la nota discordante en una fiesta de la más pura democracia priista.
Al mediodía, la nueva ley estaba lista para ser promulgada y publicada en la Gaceta Oficial del gobierno de Veracruz.
Ocho días antes del plazo fatal
En efecto, Veracruz cumplió con el mandato del gobierno del presidente Enrique peña Nieto. Hasta el 28 de febrero, tres estados se le habían adelantado: primero fue el congreso de Quintana Roo; le siguieron los de Michoacán y Jalisco, todos ellos gobernados por el PRI.
El plazo fatal del 12 de marzo para que todos los estados hayan armonizado sus legislaciones locales fue establecido en el artículo tercero transitorio de la reforma a la Ley General de Educación, publicada el 11 de septiembre de 2013 en el Diario Oficial de la Federación, según el cual, a partir de la entrada en vigor del decreto, “las entidades federativas tendrán un plazo de seis meses para adecuar su legislación respectiva a lo previsto por dicho ordenamiento”.
Puebla y Campeche estaban en la misma sintonía que Veracruz, de manera que en estos días también habrán armonizado su legislación. De manera que 24 entidades más tienen solo ocho días para dar este paso, a excepción del Distrito Federal en que quien debe aprobarla es el Congreso de la Unión.
Aprobada por abrumadora mayoría
Llamó la atención la abrumadora mayoría con que se aprobó la nueva ley educativa. Casi el 94 por ciento de los diputados presentes votaron por la afirmativa, mientras que el 4% votó en contra, y la abstención apenas significó el 2 por ciento.
Independientemente de las reflexiones que maestros, actores políticos y periodistas hagamos en los siguientes días sobre el contenido de la iniciativa enviada por el gobernador Javier Duarte de Ochoa, y que hoy es ya la nueva Ley de Educación, lo cierto es que recibió el beneplácito de casi todos los diputados locales.
Si bien hubo señalamientos por la rapidez con que se buscó (y logró) realizar el trámite, lo cierto es que los diputados del PAN, PRI, Nueva Alianza, PVEM y AVE, estuvieron a favor, así como los diputados del PRD Ana María Condado Escamilla y Jesús Alberto Velázquez Flores, lo que da idea del intenso trabajo de cabildeo que permitió su venia y, según parece, la incorporación de sus propuestas.
El extraviado Mota
Cantinfleando como es su costumbre cuando quiere despistar u ocultar su ignorancia, el titular de la SEV, Adolfo Mota Hernández (a quien le corresponderá nombrar al director y a los consejeros del Instituto Veracruzano para el Desarrollo Profesional y la Evaluación Educativa), respecto a la sesión legislativa y sus resultados, dio cátedra:
“Creo que el debate que hoy hemos observado le da la oportunidad (a Veracruz) de observarse como una entidad federativa que se reconoce a sí misma como pluricultural, multiétnica, con muchos avances en lo que hace al tema de la evaluación, pero además en la formación profesional”.
Pues de cuál fumó a tan temprana hora, qué barbaridad. ¿Cuál debate? ¿A qué invocar la multiculturalidad y plurietnicidad de Veracruz?
Cuando los reporteros le preguntaron sobre el número de maestros dados de baja a raíz de su participación en marchas y plantones, abandonando sus tareas educativas, el joven secretario dejó a todos con los ojos cuadrados:
-Es variable –dijo. Matemáticas puras o puras mafufadas. Para desgracia de Veracruz, el personaje de marras no está incluido en la lista de cambios en el gabinete, según ha reconocido el gobernador Javier Duarte.
¿Por qué no se incluyó en la nueva ley educativa que los próximos aspirantes a secretarios de educación sean sometidos a evaluaciones y exámenes por oposición, que es lo que se aplicará a directores y supervisores escolares, para evitar a desvelados como el coatepecano?