La resolución inapelable de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que anuló la elección interna del PAN en Veracruz y que favorecía al dirigente estatal José de Jesús Mancha Alarcón, fue tan demoledora que prácticamente desquició a los líderes aliados del ex mandatario Miguel Ángel Yunes Linares, quien tras la derrota de su primogénito Miguel Ángel Yunes Márquez y antes de entregarle el poder a Cuitláhuac García, de MORENA, arengó a sus correligionarios que “la lucha sigue” y que “en 2024 lucharemos para que Veracruz tenga un gobernador a la altura de su grandeza”.

Ante la determinación adversa, Pepe Mancha inculpó al gobierno de García Jiménez de estar detrás del fallo del TEPJF, mientras que su cómplice en el Congreso local, el diputado Sergio Hernández, coordinador del grupo legislativo del PAN, se apresuró a excluir ipso facto de la bancada blanquiazul y hasta amagó con expulsar del partido a sus camaradas Nora Jéssica Lagunes Jáuregui y a Enrique Cambranis Torres, políticamente identificados con Joaquín Guzmán Avilés, el ex candidato perdedor que echó abajo la elección panista y que volvería a contender contra Mancha Alarcón, el cual ya no contaría en esta ocasión con los mismos apoyos políticos y financieros del proceso anterior que según sus adversarios le habría facilitado Yunes Linares todavía como gobernador.

Y es que, pese a que el dirigente yunista tenía presuntamente todo el respaldo de la estructura gubernamental, sólo le pudo sacar una ventaja de 429 votos a Guzmán Avilés, una diferencia menor inclusive al número de votos anulados que en total sumaron 581.

Mancha, además, tampoco dispondrá de los contratos millonarios que a través de empresas constructoras y editoriales a nombre de su esposa y de su madre le fueron asignados por Sergio Hernández durante los dos años de la anterior Legislatura en la que el reelecto líder de los diputados del PAN manejó a su antojo como presidente de la Junta de Coordinación Política el presupuesto del Poder Legislativo.

Pero el mismo escenario adverso le pinta también al diputado xalapeño, quien ante el hipotético caso de que Joaquín Guzmán ganara la nueva elección interna, seguramente como presidente del CDE del PAN destituiría a Hernández de la coordinación del grupo legislativo para nombrar en su lugar a su aliado Cambranis, si es que los yunistas no logran expulsar del partido al legislador nativo de Jáltipan.

Pero ante un posible triunfo del ex secretario de Desarrollo Agropecuario y hombre fuerte de Tantoyuca, Sergio no solamente quedaría en riesgo de perder la coordinación del grupo legislativo del PAN sino también la candidatura a la alcaldía de Xalapa, aspiración que aún mantiene viva pese a su aplastante derrota en la elección local de 2017, no obstante el derroche que presumiblemente realizó con recursos públicos del Congreso, pues durante más de un año financió 156 Casas de Enlace en colonias populares y unidades habitacionales de la capital veracruzana, mismas que a principios de junio pasado reactivó al poner en marcha la iniciativa ciudadana “Por Xalapa Todos”, con miras a la sucesión municipal de 2021.

Por cierto, debido al rotundo fracaso anterior, ahora dichos puntos de enlace del diputado Sergio Hernández son coordinados actualmente por su padrastro Martín Espinoza Roldán, quien fue regidor del Ayuntamiento de Xalapa y delegado en el estado de Veracruz de la Secretaría de Gobernación durante el sexenio del ex presidente Felipe Calderón.

DESANGELADO DEBATE PRIISTA

Este miércoles se realizó el primer debate entre los tres aspirantes a la presidencia del CEN del PRI: Ivonne Ortega Pacheco, Alejandro Moreno Cárdenas y la veracruzana Lorena Piñón Rivera, quien, a pesar de haber buscado la candidatura a diputada local por el PAN en 2016, logró colarse en la contienda interna del Revolucionario Institucional.

Pero de acuerdo con la mayoría de las crónicas periodísticas, este inédito evento del ex partidazo se vio desangelado ya que no asistió ningún gobernador priista y, de los 17 ex dirigentes del tricolor que aún sobreviven, solamente llegaron César Camacho y Dulce María Sauri que, por cierto, arribaron con una hora de retraso, por lo que únicamente se chutaron los 30 minutos finales.

Vamos, el encuentro no despertó el interés de la dirigente en funciones Claudia Ruiz Massieu ni del líder de la CTM, Carlos Aceves del Olmo, cuyas sillas quedaron vacías.

El segundo y último debate será el 7 de agosto próximo, cuatro días antes de la elección.

Habrá que ver si esta tercia de aspirantes a liderar a sus correligionarios decide cambiar de estrategia y en vez de recurrir nuevamente a diatribas y puyas personales opta mejor por contrastar sus proyectos e ideas innovadoras para motivar y levantar el ánimo del alicaído priismo.

Pero también está por verse si se atreven a darnos una lección de honestidad y transparencia que tanto requiere su partido por la retahíla de ex gobernantes corruptos que le han fallado, hundiéndolo en el descrédito.

Y es que en esta ocasión ni el gobernador de Campeche con licencia, “Alito” Moreno, ni Piñón Rivera, fueron capaces siquiera de dar a conocer públicamente cuánto llevan gastado en sus campañas.

¿Y así quieren volver a recuperar la confianza del electorado?