Poco trabajo le costó al político de Soledad de Doblado, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, conseguir un acercamiento como el que tiene con el casi expresidente de México Enrique Peña Nieto. En la última gira de trabajo que el mexiquense realizó por tierras veracruzanas, para tragedia de los candidatos del PRI estigmatizados por su imagen de corrupción e ineficiencia, se les vio muy cercanos, volaron juntos y solitos hasta las nuevas escolleras del muelle donde llegarán los más fuertes cargamentos de droga y mercancía a México, y seguramente hablaron del tema porque para eso ambos son expertos, luego se dedicaron quince minutos de plática solitaria, discreta, de encerrona perversa para acordar cosas que no quieren que trasciendan a la opinión pública. ¿Qué pudo haber logrado el gobernador de dos años de Veracruz con un casi expresidente de México que ya no tiene la fuerza para tomar decisiones como al inicio de su gobierno?… Nada, y para borrar cualquier suspicacia que pudiera surgir de este encuentro, el candidato del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade Kuribreña, se ha deslindado del hamponazo Enrique Peña Nieto, hoy socio de Miguel Ángel Yunes Linares. Dios los hace, dice el dicho.