En una sociedad que se reconozca como verdaderamente democrática, los ciudadanos tienen la libertad de elegir al mejor perfil para que desempeñe las funciones de gobierno. Y cuando llegan a fallar –como ha sucedido en Estados Unidos, por ejemplo- el sistema tiene sus propios mecanismos de defensa que garantizan que el Estado funcione. En México, nuestra democracia sólo sirve para escoger a nuestro verdugo.

Este domingo concluyó esa simulación absurda que se llama “periodo de pre campaña”, en el que los partidos debían hacer un proceso interno para seleccionar a sus candidatos al gobierno del Estado. En estas semanas, los pre candidatos –que siempre fueron los verdaderos contendientes en este sistema electoral kafkiano y simulador-, no lograron explicar con claridad qué harán respecto de las dos cosas que agobian los veracruzanos: la inseguridad y el combate a la corrupción.

Los mensajes de ayer se ocuparon para intentar sacudirse las sombras que los persiguen: los morenos de ser chapulines improvisados al servicio de AMLO; los azules de representar una monarquía autoritaria y corrupta; y los tricolores de asumir la responsabilidad de los gobiernos que quebraron a Veracruz. “Yo te lo juro que yo no fui…” ha sido el mensaje de cada aspirante.

Una pléyade de candidatos morenistas convocó a conferencia de prensa para compartir su liturgia lopezobradorista; igual que su apóstol, son intolerantes a las preguntas incómodas, a mostrar a la gente su proceder y menos aún, a explicar qué los hace diferentes al resto: la arrogancia y la ignorancia es la misma en todos los partidos.

Rocío Nahle confunde la honestidad con el cinismo. Presumir que habla con la verdad cuando reconoce que la Senaduría le vale un comino y que sólo es un paso en su ascenso al poder “para transformar al país”, es una verdadera apuesta a la ignorancia de los veracruzanos, a la misma que apuestan sus adversarios azules.

Por su parte, el candidato a la gubernatura Cuitláhuac García tampoco sabe el camino de debe recorrer. Esa es tarea de López Obrador; su papel es ser el monaguillo que mueve el incienso. Acusó al gobernador de enriquecerse con el programa social de despensas –a lo que no le falta razón-, pero no ha logrado hilar una idea congruente sobre la solución de los problemas de Veracruz. Si al igual que el Peje piensa que cuando llegue, los corruptos y delincuentes serán conversos, entonces esto será la selva.

El rostro desencajado de Ricardo Ahued lo decía todo; el feroz crítico y opositor del priismo duartista hoy se ha convertido en un dócil feligrés, por más que asegure no ser el alcahuete de nadie, y que si tiene que opinar en contra de Morena, lo hará. Ayer tuvo la oportunidad de hacerlo y sólo se quedó comiendo sapos.

Y mientras, el domingo de carnaval sirvió para que Ricardo Anaya y Miguel Ángel Yunes júnior se fueran de paseo a Coatzacoalcos a cerrar sus pre campañas. Al igual que el Peje, Anaya siente que puede ganar Veracruz y por eso viene tantas veces como le sea posible.

Pero la falta de ideas fue la misma. Al ex dirigente del PAN le vale un comino Veracruz y el clan Yunes, salvo por lo que estos le puedan aportar a su proyecto personal que camina en el desierto de un panismo histórico que lo ha abandonado. Por eso habla en contra del PRI o del Peje, o de quien sea; por eso se refiere a las encuestas que lo ponen en “empate técnico” con López Obrador. Veracruz es problemas de los Yunes, no de él.

Así pasa con el hijo del gobernador. Tampoco hubo ideas sino descalificaciones disparatadas, al puro estilo de la casa. Los morenistas  son charlatanes y merolicos; prometió hacer de Veracruz el mejor lugar para vivir, de la misma forma que lo hizo su papá hace un par de años. Ninguno de los dos sabe cómo lograrlo.

Finalmente, Pepe Yunes sigue apostando al orden y el respeto. Dijo entender la decisión de los priistas que se han vuelto morenos –caso Ahued-, a quienes les extendió la mano. Dijo también que entiende el enojo social contra los priistas, aunque aclaró una vez más que no todos son iguales.

No tengo duda que la mejor trayectoria, el mejor perfil y el carácter más idóneo para gobernar Veracruz lo tiene Pepe Yunes. Sin embargo, las sombras del pasado lo abrazan y eso hace más difícil convencer a la audiencia.

Tomemos un respiro antes de que nos atrape el vértigo maloliente de las campañas políticas; donde prestaremos atención a los ataques y nos haremos los sordos ante las propuestas, aunque simulemos que nos interesan. Al final, la elección es la forma de escoger a quien delegar la culpa y la responsabilidad de nuestras propias aberraciones.

La del estribo…

  1. La investigación que realiza la PGR sobre la protección que brindaban autoridades federales y estatales a la organización criminal de los Zetas, particularmente a su líder, sólo confirma algo que todos sabíamos. Los niveles de violencia son inexplicables sin la protección y complicidad de una parte estratégica de las autoridades en todos sus niveles. Grave un país donde los ciudadanos son la presa de su propio gobierno.
  2. Miguel Ángel Yunes dijo que presentará una demanda en contra de la revista Proceso por la publicación que hizo este domingo sobre una supuesta propiedad que no declaró en su 3 de 3. A este paso, romperá el récord Guiness de denuncias interpuestas en contra de medios de comunicación. No ha ganado una sola, pero las acusaciones hechas en estos medios, le han hecho lo que el viento a Juárez. Así es esto del burlesque.