Los pioneros

En 1921 se estrenó en el Teatro Nacional de Praga la obra R.U.R. (Rossum’s Universal Robots), del dramaturgo checo Karel Čapek. Un año después, se estrenó en Nueva York. En el drama, un grupo de científicos que sueña con liberar al ser humano del yugo del trabajo, crea unas máquinas autónomas con apariencia humana que denomina Robots.

Puesta en escena de R.U.R.,  en 1921
Puesta en escena de R.U.R., en 1921

Originalmente los llamó Laboři (del latín labor, trabajo), pero el término no lo convencía del todo; su hermano Josef le sugirió Roboti, nombre derivado de la palabra robota, que en checo significa trabajo o labor, pero tiene la connotación de trabajo duro. En ese momento nació un término que habría de acompañar a un gran número fantasías futuristas, durante el siglo XX.

Casi tres décadas después, Isaac Asimov acuñó el término robótica para definir a la ciencia que estudia los robots. En 1950 publicó la colección de relatos “Yo, Robot”, en donde promulga las Tres Leyes de la Robótica:
1. Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o la segunda Ley.

Los robots llegaron ya…Robot doméstico

Actualmente, los robots son una realidad cotidiana; los hay desde los más domésticos, capaces de alivianar el peso de las labores del hogar; a los industriales, que coadyuvan a la producción en serie; a los más diminutos, los nanorrobots o nanobots, máquinas de dimensiones micromilimétricas que, aunque están en fase experimental, pronto serán capaces de recorrer nuestro torrente sanguíneo, como reporteros de guerra que rendirán a los médicos el recuento de los daños, vía WiFi o, más aún, como paramédicos que aliviarán las más remotas averías de nuestro organismo.

…y llegaron bailando cha cha chá

Máquina Artis de Carlos Corpa
Máquina Artis de Carlos Corpa

Y llegaron al arte. En 1957, el japonés Akira Kanayama realizó el primer robot pintor. Se trataba de un dispositivo analógico operado a control remoto, de oficio pintor; su nombre era Remote-control painting.
En los años 90, el escultor español Carlos Corpa comenzó a introducir mecanismos autónomos a su lenguaje estético; en 1992 presentó la instalación, El Sexo en las Máquinas, en la que cuatro robots humanoides de 2 metros de altura, ejecutaban actos y perversiones sexuales. Hizo varios experimentos más y, en el año 2000, presentó un conjunto de aparatos mecánicos que pintaban cuadros en estilo expresionista abstracto y tocaban música electroacústica; el performance se llamó Machina Artis. Entre otros participantes, estaban la robot pintora Synchro Laveur y los robots músicos Talmus Taiwán, bajista eléctrico, y el Pata, guitarrista flamenco.

Poesía no eres tú

En 2004, en colaboración con Ana María García Serrano, experta en ingeniería lingüística y lenguaje natural, creó a PACO, un poeta discapacitado que vagaba por las plazas públicas, pidiendo limosna y haciendo poemas.
PACO es la sigla de Poeta Automático Callejero Online, un experimento promovido por la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que dirige la profesora Ana María García Serrano.
PACO se movía en una silla de ruedas, porque era mucho más barato que producir un androide bípedo. En su mano derecha sostenía una alcancía; cuando un transeúnte le echaba una moneda, el robot creaba, recitaba e imprimía un poema.

PACO
PACO

PACO se orientaba gracias a un sistema de radares. En su interior había una computadora, un procesador y una impresora; su rostro era una pantalla de cinco pulgadas, en la que aparecían los poemas, que recitaba gracias a un sintetizador de voces.
Hay versiones posteriores de PACO. La última de la que la tengo noticia es de 2009. Más reciente es el Pentametrón, un robot creado por Ranjit Bhatnagar, que será capaz de generar sonetos a partir de tweets elegidos aleatoriamente.
Un poema de PACO dice:
«El zapapico arqueolítico / es antipatriótico, / el clavicémbalo autógrafo es / asistemático, / el zueco aritmético es / áureo, / el vagabundeo acuático es / arquetípico».
«Para mí, lo que hace PACO no es poesía. La obra de arte no son los poemas, sino la interacción de la gente, en la calle, con una máquina que desarrolla una actividad específicamente humana, como es la creación”, señala Corpa. Esta afirmación también es válida para el Pentametrón, con la diferencia de que en este caso, no habrá interacción física; PACO me parece mucho más romántico y simpático.

Presta pa’ la orquesta

La semana pasada hablamos de los proyectos globalizadores que presentaron Herbie Hancock y Bobby McFerrin, en el año 2010(https://formato7.com/2014/04/27/historia-de-los-dos-que-sonaron/); al mismo tiempo, Pat Metheny trabajaba en un proyecto opuesto. Mientras el pianista y el vocalista buscaban la unión de las culturas, a través de la integración de todas las voces, todos los idiomas y todas las expresiones; el guitarrista hacía una propuesta tecnológica en la que, a excepción de él, se prescinde del ser humano: The Orchestrion Project.

Orchestrion del siglo XIX
Orchestrion del siglo XIX

El orchestrion no es ninguna novedad. A principios del siglo XIX se inventaron las pianolas o pianos mecánicos, que consistían en la incorporación de un rollo perforado al mecanismo de un piano, que permitía la reproducción de la música, a través de ciertos elementos mecánicos y neumáticos; como había un movimiento físico de las teclas, parecía cosa de magia. Su evolución fue el orchestrion, una máquina más elaborada, creada hacia mediados del siglo XIX, construida dentro de una vitrina en cuyo interior se colocaba el mecanismo, que normalmente consistía en un cilindro fijo, como los de las cajas musicales, o un rollo. El sonido se producía mediante tubos o instrumentos de percusión como martillos que golpeaban campanas, tambores, triángulos, etc., y algunos tenían un sistema de arcos que frotaban cuerdas.
Cuando era niño, Pat Metheny pasaba los veranos en la casa de sus abuelos; en el sótano tenían una pianola con muchos rollos. Pat pasaba muchas horas escuchándola y la máquina ejerció tal fascinación en él que, muchos años después, ante la tecnología del siglo XXI, habría de recordar aquellas tardes remotas y habría de emprender la fabricación de una orquesta que pudiera ser gobernada por él solo. Durante varios años trabajó, rodeado de un grupo de ingenieros, técnicos e inventores, en el diseño de mecanismos neumáticos y electromagnéticos que le permitieran ejecutar varios instrumentos simultáneamente.
A principios de 2010 se instaló en una iglesia en desuso, la de Saint Luke en Brooklyn, Greenpoint, a donde trasladó una serie de instrumentos eléctricos y electroacústicos: pianos de cola, baterías, bajos, triángulos, panderetas, cascabeles, bongós, un vibráfono, una marimba, y dos gaitas compuestas de varias decenas de botellas de cristal; todos ellos gobernados por su guitarra y por un sistema de pedales. Y el milagro se hizo. Si no viéramos a Pat, nos parecería estar ante una orquesta de fantasmas invisibles.
Al anunciar el proyecto, en julio de 2009, el guitarrista dijo:Pat-Metheny-The-Orchestrion-Project-1
«Desde las nuevas combinaciones de instrumentos y nuevas técnicas de interpretación a los cambios tecnológicos en los instrumentos mismos que se desplegaron en la primera configuración de jazz (la batería, el uso del saxofón, la modificación y adaptación de los instrumentos europeos de música clásica, la guitarra eléctrica, etc.) hasta las presentaciones de grandes bandas (como las big bands), los músicos de jazz han sido a menudo los pioneros en probar cosas nuevas, en busca de nuevos sonidos. Esta búsqueda, junto con la generación de un contenido profundo y conmovedor, ha hecho de la historia del jazz, un viaje fascinante.
“Estoy muy emocionado de compartir este proyecto con todos ustedes. Espero y confío en que será algo verdaderamente único. Lo siento como un progreso, y ha conseguido extraer de mí algunas notas que yo no sabía que estaban allí. Eso siempre es algo bueno».
The Orchestion Project se publicó en 2010. Aunque han pasado cuatro años, sigue siendo sorprendente.

24-PatMetheny-Orchestrion


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