Fue mi colaborador, yo lo corrí por la falta de resultados y ahora que es dirigente estatal del PRI, un partido que no existe, que se dedique a pintar bardas. De esta forma se refiere el exgobernador Javier Duarte de Ochoa al mamarracho presidente del CDE del PRI, Marlon Ramírez Marín, impuesto en ese cargo por Miguel Ángel Yunes Linares ante la mirada pasiva y nuevamente complaciente de los pocos priistas honestos que quedan en ese instituto político, el más dañado por los problemas de corrupción en que se han metido los últimos gobernantes, Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa. Marlon Ramírez Marín es un porteño oportunista, mentiroso y traidor. A fuerza de ponerse de tapete, primero ante Fidel Herrera Beltrán y luego con Javier Duarte, consiguió que lo nombraran Subsecretario de Gobierno, y desde ese encargo Duarte, le entregó los procesos electorales del distrito que presumía controlar, Veracruz Puerto, a Miguel Ángel Yunes Linares. Cuando Javier Duarte se enteró, con pruebas que le entregaron, de las traiciones de Marlon, lo llamó a la Casa Veracruz solo para mentarle la madre y correrlo de su gobierno por traidor. A Marlon no le quedó de otra que levantar sus pertenencias e irse a refugiar al estero, donde le dan cobijo pues se trata de un incondicional de los Yunes. Ahora que el corrupto exgobernador Javier Duarte está dando entrevistas a los medios de comunicación, encuerando a los políticos que lo rodearon, pero sobre todo a los que lo traicionaron, el primero en salir es el actual presidente del CDE del PRI, Marlon Ramírez Marín, y la diputada federal Anilú Ingram de Chong. Tiempos más complicados para estos voraces políticos se avecinan.