La arremetida de los alcaldes del PRD, secundada y ya liderada por los del PAN, no parece tener como principal preocupación que se reintegren los recursos federales desviados por el gobierno de Javier Duarte y originalmente destinados a ellos, aunque la demanda tiene absolutamente todos los argumentos jurídicos y políticos para manifestarse.

En sentido estricto, es más una presión sobre el gobierno federal para que suelte recursos que permitan superar la bancarrota en que está la hacienda pública local (con ello permitir un arribo más terso al gobierno) y, de manera colateral, servir de plataforma política para dos objetivos coyunturales del más alto calibre:

En primer lugar, mostrar a los veracruzanos que tanto el PAN como el PRD son la mejor opción para gobernar los ayuntamientos que serán elegidos en 2017 (en el caso de una hipotética alianza para enfrentar los próximos comicios) y, en seguida, catapultar a Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río, y colocarlo en el riel rumbo a la elección del gobernador que sucederá a su padre en 2018.

Para alimentar la protesta en Palacio de Gobierno. (Foto: Facebook)
Para alimentar la protesta en Palacio de Gobierno. (Foto: Facebook)

Lo importante para ambos partidos, próximamente en el poder aunque ya amos y señores de los escenarios, es generar una permanente atención mediática nacional y local, atraer la simpatía de la población sobre la hipotética defensa de sus intereses y dominar la agenda política.

Pero deben tener cuidado y no pasarse de tueste. Por lo pronto, ya empiezan a generar múltiples molestias e inquietudes en los veracruzanos. Y lo más riesgoso, que la población considere que de ese calibre serán los días durante los dos años del próximo gobierno, habida cuenta del apoyo abierto brindado a los alcaldes protestantes por el gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares (lo que, en la realidad, desde nuestro punto de vista, está descartado).

La llamada a cerrar carreteras y autopistas como forma de presión, luego matizada como toma de casetas de peaje para dejar flujo gratuito de automovilistas (lo que no fue entendido por todos los alcaldes), ha fastidiado a miles de veracruzanos que sienten el riesgo de ser detenidos en cualquier paraje por pobladores desconsiderados acarreados por las autoridades municipales.

Demasiado han tenido habitantes de ciertas ciudades, en particular de Xalapa, por los bloqueos aplicados por el movimiento magisterial y por grupos duartistas como Antorcha Campesina y Partido Cardenista, cuyos dirigentes quieren mostrar músculo ante la inminencia de su exilio siberiano.

Pero lo que más podría afectarles, en lugar de servirles como forma de presión al gobierno federal, es el anunciado cierre de servicios en varios ayuntamientos, cuyos alcaldes se están presentando como víctimas cuyos gobiernos no tienen dinero para brindarlos, pese a que esas partidas están a salvo. Este cierre ya lo han decretado los alcaldes de Sononusco, Jáltipan, Apazapan, San Andrés Tenejapa, Miahuatlán, Tenochtitlan, Filomeno Mata y Río Blanco, entre otros.

La preocupación de los habitantes por no contar con servicios básicos puede debilitar la solidaridad con sus alcaldes y, en última instancia, con el próximo gobierno estatal y hasta con el suspirante a la silla en 2018. Para colmo, varios alcaldes están gastando dinero municipal en su aventura xalapeña, a la que les acompañan agentes municipales y seguidores.

Que no quieren negociar lo ha puesto de relieve el hecho de tomar cada instalación a la que se presentan con las autoridades estatales y a lanzarles consignas y vituperios, lo que ha llevado al arrepentido gobernador Flavino Ríos Alvarado a itinerar celular en mano por múltiples espacios y ya ha anunciado que gobernará desde su casa, con tal de que no invite a los pan-perredistas a reunirse con él en sus tan íntimos espacios porque seguro se los confiscan.

Yunes Márquez comenzó campaña

Lo cierto es que el que se siente como pez en un río menos contaminado que el Jamapa es el alcalde panista de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, quien prácticamente se ha apropiado del movimiento municipalista contra los agobios a que los ha condenado la desmesurada ratería de Javier Duarte.

No soy el único que lo observa. La misma diputada xalapeña de Morena, Daniela Griego Ceballos, señala públicamente a los hijos del próximo gobernador, aunque en especial a Miguel Ángel junior, de estar manipulando el movimiento para posicionarse con miras a 2018.  Contra lo que pudiera considerarse, dijo que la actitud asumida por los alcaldes del PAN y el PRD que tienen tomados Palacio de Gobierno y Casa Veracruz, no abona en nada a resolver la crisis financiera que atraviesa el estado y solo afecta a los ciudadanos.

Y se pregunta: por qué esperaron tanto los alcaldes para actuar contra el gobierno, cuando llevan meses sin recibir sus participaciones federales. “El movimiento se está llevando al extremo (…) parece un acto anticipado de campaña de los hijos de Miguel Ángel que son los voceros de un movimiento (de los alcaldes) que durante los últimos tres años habían estado ausentes”.

La diputada de Morena explicó que el tema se tiene que arreglar directamente con la Federación y nadie les cree que ahora se dicen preocupados por los pobladores, cuando dejaron crecer el problema. “Deberían ser más responsables y encontrar las medidas legales que deben implementar (…) es lamentable y es preocupante (la retención de los fondos),  pero las acciones de los alcaldes no ayudan ni contribuyen en nada”.

Y es que, en efecto, Yunes Márquez ha tomado un papel muy protagónico, incluso mayor que el de su padre, quien este domingo estuvo en la rectoría de la Universidad Veracruzana para recibir el documento inicial de lo que será, tras el análisis en la Legislatura, el Plan Estatal de Desarrollo 2016-2018.

Aprovechando las nuevas tecnologías, en particular la transmisión de videos en vivo a través de la plataforma de la red social Facebook, Miguel Ángel junior se ha proyectado hasta en pasajes que a muchos han hecho recordar los viejos y fatídicos tiempos de Fidel Herrera Beltrán, cuando se descalzaba para caminar por las aguas en momentos de inundación. Yunes Márquez fue muy criticado cuando salió a la calle de Enríquez en pleno aguacero para transmitir su solidaridad con deportistas especiales y para denunciar que eso era consecuencia del saqueo duartista.

Ahora los panistas y perredistas se han convertido en reporteros virtuales y, a través de sus no muy profesionales videos, ya podemos –con el mismo azoro que ellos– hacer recorridos por los espacios de Casa Veracruz, de cuyos lujos se asombran aunque no necesariamente hayan sido instalados por el prófugo.

Flavino y la rifa del tigre

Que no nos venga Flavino Ríos Alvarado con que no sabía cuál era el premio, si cuando le vendieron el boleto sabía que al ganador le darían un tigre sin amaestrar, hambriento a más no poder, sin jaula o cadena para contenerlo y sin un látigo para domeñarlo.

Arrinconado contra las cuerdas, con músculo disminuido y poca agilidad para deshacerse del asedio, Flavino Ríos Alvarado verá pasar los próximos 23 días en el puesto de Gobernador interino como una verdadera maldición en su carrera política y, en una de esas, en su vida personal, porque tanto él como Antonio Gómez Pelegrín, titular de Sefiplan, están siendo quemados en leña verde por ser la personalización del góber prófugo.

De poco le ha servido al oriundo de Minatitlán haber sido ungido en una sesión legislativa trompicada, casi a la medianoche del 12 de octubre, como Gobernador, cumpliendo un sueño postergado que ya no tenía posibilidad de cumplir por la vía de un proceso electoral.

Su paso por la principal oficina del Palacio de Gobierno no es ni será honroso porque, pese a que su designación fue promovida por el exgobernador Miguel Alemán Velasco (y no una imposición de quien con su ayuda saldría de pelada en un helicóptero oficial), es identificado como el operador político del más ladrón de los tantos saqueadores que nos prodigan los partidos políticos (sean priistas, panistas o perredistas), el mismísimo Javier Duarte, convertido ya en una leyenda negra de la política mexicana.

 ¿Tendrá respuesta positiva, real, en metálico, del presidente Enrique Peña Nieto, para desactivar la protesta de los alcaldes veracruzanos, unos posesionados de Palacio y Casa Veracruz, y los otros acudiendo al Senado de la República para pasar la charola y, con ello, terminar mejor el año? Ya veremos el próximo sábado 11, día que ha servido como promesa por parte del ya demonizado Fla.

Comentarios: belin.alvaro@nullgmail.com | www.alvarobelin.com | Twitter: @AlvaroBelinA | https://formato7.com/author/abelin/