La extremada violencia que hemos vivido los veracruzanos este fin de semana ha llegado más temprano que la ocurrida el año pasado, cuando se manifestó a menos de cinco días de la jornada electoral federal; pareciera que quienes han estado en ambos casos detrás de los hechos, que difícilmente podemos concebir como circunstanciales, consideran que la elección de este año es mucho más difícil y decisiva; tal vez por ello han comenzado 15 días antes.

Cuando hay una participación más amplia y masiva en las urnas, ya se sabe, se hace posible romper con la barrera del voto duro del PRI; por eso, tanto en 2015 como más decididamente en los presentes comicios, el sector más violento del poder ha soltado a los demonios y los hará danzar con cinismo y crueldad en distintos puntos del estado.

En 2015 ocurrió en Xalapa la golpiza contra jóvenes universitarios y se hicieron estallar artefactos caseros en diversos domicilios de Veracruz y Boca del Río; fueron tres ciudades donde, pese a estos actos vandálicos que no han sido aclarados por un Fiscalía cómplice, el PRI perdió los comicios para diputados federales, a manos del PAN y Morena. Cualquiera podría cuestionar la razón de la violencia si esta, como en la hipótesis que se maneja, estaba encaminada a inhibir la participación ciudadana y, con ello, favorecer el triunfo del PRI; lo que pasa es que independientemente de los resultados obtenidos en esos distritos, la resonancia mediática que representan alcanzó para que el PRI ganara la enorme mayoría de los distritos del estado.

Lo penoso es que, mientras el año pasado no hubo víctimas mortales, en este infernal fin de semana ya hay reporte de un fallecido más, quien no sobrevivió la atención hospitalaria, que se une a los cuatro jóvenes que murieron en la masacre del centro nocturno La Madame, de Xalapa.

Como el año pasado, la violencia se ha cebado en las dos ciudades más importantes en términos políticos, Veracruz y Xalapa, porque un día antes de que ocurrió la masacre en la capital –cuyo número de víctimas mortales podría crecer-, fueron retenidos, amenazados y aterrorizados los feligreses que acudían a una misa en la parroquia de San Rita, en Veracruz, donde además levantaron a una persona. Ahora, el escenario se ha ampliado, porque Orizaba fue testigo de una prolongada balacera que obligó a sus habitantes a resguardarse en sus casas.

¿Qué de estos hechos de violencia aclarará la Fiscalía General de Justicia? Absolutamente ninguno. Lo cierto es que sus efectos el próximo 5 de junio pueden ser la ausencia de votantes, sea por miedo o por considerar que ese acto democrático servirá para maldita la cosa y que todo seguirá igual. Lo preocupante es que habrá más manifestaciones de violencia en los días que faltan, porque la que sigue será la elección más ominosa de la historia.

¿Un debate con nuevo puntero?

Han sido dos los candidatos a Gobernador del Estado que realmente se han preocupado por crear propuestas coherentes de gobierno, y uno más que se ha visto obligado a darle prioridad a la defensa tanto de su supuesta ventaja como de su destrozada reputación.

Por desgracia, de los dos primeros, uno de ellos no tendrá mucha oportunidad de aplicar su extraordinario equipaje de soluciones y propuestas de gobierno por no tener una fuerte estructura partidista, me refiero a Armando Méndez de la Luz, de Movimiento Ciudadano, si bien valdría la pena que quien gane la elección escuche varias de sus valiosas ideas e, incluso, las incluya en su plan de gobierno.

El otro es Héctor Yunes Landa, del PRI, quien en el curso de su campaña ha ido añadiendo nuevas propuestas para cada una de las áreas de gobierno, tanto las que impactan el funcionamiento de la maquinaria gubernamental como las que afectan a los factores de la producción y a los segmentos sociales, así como a los que apuntan a darle ese nuevo cariz que los electores quieren para distinguirlo del gobierno de pesadilla al que puede sustituir.

Miguel Ángel  Yunes Linares, por el contrario, ha debido destinar más su discurso a la muletilla de que lo atacan con la guerra sucia porque él va a ganar, mientras cae estrepitosamente en la intención del voto por ganas acusaciones que no ha logrado echar abajo de manera cercanamente convincente.

Quien parece que le ha ganado el tranco a Yunes Linares  es Cuitláhuac García Jiménez, de Movimiento Regeneración Nacional, Morena, ya colocado según varias encuestas en el segundo lugar; por desgracia, Cuitláhuac se ha valido de la estrategia lopezobradorista de las frases lapidarias, las soluciones tan sencillas como irrealizables que la gente quiere escuchar, sin desvelar un ápice de propuesta estructurada en caso de lograr el triunfo.

Y el segundo debate no ha hecho sino corroborar estos datos.

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