Hace poco más de una semana, el pasado 23 de junio, un diario de circulación nacional que se especializa en economía y finanzas difundió una entrevista con el cónsul de México en Barcelona, Fidel Herrera Beltrán, ex gobernador de Veracruz, quien lamentó que su sucesor en el poder ejecutivo de la entidad, Javier Duarte de Ochoa, no haya cumplido las expectativas al frente de la administración estatal.

Diez días después, Duarte de Ochoa retomó el tema y señaló que el propio exgobernador le había llamado para asegurar que sus palabras “fueron sacadas de contexto”.

Diversos portales, como Formato7 por ejemplo, consignaron las palabras de Duarte: “él (Fidel Herrera) me habló por teléfono… aseguró que sus declaraciones fueron sacadas de contexto…  Fidel dijo que él estaba sorprendido” de que se hubiera logrado tanto, que se hicieran cosas que él nunca hubiera pensado y logrado hacer como gobernador, subrayó el actual ejecutivo.

En efecto, podríamos decir que en este caso, el alumno superó con mucho a su maestro.

Fidel Herrera dejó deudas por 17 mil millones de pesos, cifra que en su tiempo fue considerada como muy alta por analistas financieros; sin embargo, también habría que apuntar que durante esa administración se construyeron puentes como nunca antes en Veracruz; algunos ni siquiera hacían falta porque no llevaban a ninguna parte, como el que fue levantado cerca de la comunidad de El Salmoral, municipio de La Antigua. En cambio, Javier Duarte triplicó la deuda con instituciones bancarias; economistas como Hilario Barcelata apuntan que el monto de los pasivos del gobierno de la entidad podría llegar a 170 mil millones de pesos, con el agravante de que no se observa obra pública estatal.

En inseguridad, las estadísticas durante la presente administración dejan de calle al anterior gobierno. De 2005 a 2010, Veracruz registró 53 secuestros; esa cifra fue superada únicamente en el primer año de Javier Duarte, 2011, cuando hubo 60 denuncias. En cinco años y medio, son más de 550 casos.

En pobreza: El Coneval, establece que en 2010, cuando Herrera Beltrán dejó el gobierno estatal, en Veracruz el 58 por ciento de la población era pobre; la pobreza extrema llegaba a 18.1 por ciento; en total, 4 millones 454 mil veracruzanos se encontraban en esa condición. Cuatro años después, la medición del mismo organismo señaló que la pobreza se mantiene igual, 18 por ciento, con más personas pobres, 4 millones 634 mil, porque la población también aumenta.

Así, la lista de los puntos en que el alumno superó al maestro, en el caso veracruzano, puede extenderse a prácticamente todas las dependencias y, por supuesto, todos los indicadores sociales y económicos de la entidad.

En la carrera por dejar al estado destrozado y en quiebra, parece que Javier Duarte llevaba prisa y rápido rebasó a su maestro.

Graco Ramírez en Xalapa

Llamó la atención ayer, entre la clase política local, la declaración del gobernador perredista de Morelos, Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, al referirse a la cortesía política del alcalde xalapeño, Américo Zúñiga Martínez, quien lo recibió primero afablemente en un encuentro que sostuvo con 300 empresarios y luego en el Cabildo, donde le entregó un reconocimiento, al lado de regidores de todas las fuerzas políticas locales.

Graco dijo que en Xalapa se construye una nueva forma de hacer política, no sólo por la sana convivencia en la pluralidad; sobre todo porque se gobierna escuchando y haciendo lo que piden los ciudadanos: resultados, transparencia y buen gobierno.

Comentó que antes de llegar a tierras veracruzanas, le habló al gobernador electo, Miguel Ángel Yunes, porque sabía de la crispación política que se vive en la entidad y tenía reservas sobre la manera en que sería recibido.

Fue el propio mandatario electo el que le dijo que no se preocupara, y le comentó que Américo Zúñiga es un político de amplia trayectoria, de honestidad y conducta intachable, cuya imparcialidad está a toda prueba.

Quiero congratularme, añadió Graco, de estar con un alcalde de origen político diferente al mío y con regidores de diferentes expresiones, porque esto me indica que México está cambiando y que estamos empezando a construir la tolerancia y la posibilidad de dialogar sobre lo que estamos de acuerdo.

El gobernador morelense explicó que no importa quién sale electo o quien no, lo importante es el interés de trabajar por la democracia. “Estoy convencido de que las diferencias de siglas son relativas, frente a la magnitud de los problemas del país, porque requerimos un gobierno fuerte, que sume a las mejores mujeres y hombres, a la gente que dé confianza a los ciudadanos a quienes van a servir”.

¿Filtraciones en Segob?

En la dependencia que encabeza Flavino Ríos Alvarado nos dicen que se está abriendo una caja de Pandora. Se habla de actos que se ubican en un contexto de deslealtad.

En los pasillos de Palacio de Gobierno se comenta que de la oficina administrativa que dirige Clara Suárez Arzani habría salido un grueso expediente hacia Boca del Río; documentos con detalles del organigrama, la estructura interna y externa, la nómina oficial y extraoficial, los proveedores y acreedores, absolutamente todo lo que el próximo equipo de la dependencia tendría que saber. Ni hablar, la lealtad es oro en estos tiempos. Lo peor es que el Secretario de Gobierno seguramente ni enterado está.