En un último estudio publicado en JAMA Neurology, un grupo investigadores informa de cómo el sueño, en concreto la somnolencia diurna, puede ser un indicador temprano del Alzheimer.

El Alzheimer afecta severamente a la memoria, la orientación en el tiempo y el espacio, y no tiene cura. También es la forma más común de demencia.

Prashanthi Vemuri, profesor asociado de radiología en la Clínica Mayo, y sus colegas querían abordar la cuestión de por qué personas con enfermedad de Alzheimer tienden a interrumpir el sueño.

Algo que tiene sentido, pues los estudios biológicos revelaron recientemente que, mientras el cerebro duerme, elimina los depósitos de amiloide, la proteína que se acumula y finalmente estrangula las células nerviosas en la enfermedad de Alzheimer.

Pero no estaba claro si los depósitos de la placa amiloide condujeron a la interrupción del sueño, o si los cambios en los hábitos de sueño contribuyeron a la acumulación de la proteína.

Tras realizar varios escáneres cerebrales para detectar amiloide durante el período de estudio de siete años en personas mayores con alzheimer, descubrieron que las personas que informaron de somnolencia diurna excesiva al inicio del estudio tenían mayor probabilidad de mostrar aumentos en el contenido de amiloide en sus cerebros.

Si bien el estudio hizo todo lo posible para intentar rastrear cómo los niveles de amiloide en el cerebro cambian con el tiempo en personas con y sin somnolencia diurna, aún no proporciona una respuesta definitiva sobre si las interrupciones del sueño contribuyen a la acumulación de amiloide o si surgen problemas de sueño ello propicia que amiloide comience a acumularse.

Con todo, los hallazgos refuerzan la importancia de dormir bien y tener buenos hábitos de sueño para mantener el cerebro saludable. Sobre todo si se constata que el sueño es una forma de retrasar o incluso prevenir el Alzheimer.

 

Xataca Ciencia / Sergio Parra