Tuxpan es un municipio que ha registrado un importante crecimiento en los años recientes; hay buenos niveles en las cifras del empleo; inversión pública y privada; mejores vías de comunicación, como la autopista que une a ese lugar con la Ciudad de México; y una ampliación portuaria que ha catapultado a ese puerto, el más cercano al Altiplano.

Aun así, sigue registrándose un rezago que aunque no es grave, sí requiere atención gubernamental.

En este lugar, por ejemplo, el grado de escolaridad de la población es de 8.8; lo que indica que el promedio de la gente mayor de 15 años casi concluye la secundaria; no es un mal indicador, sobre todo porque el promedio estatal es de 7.7.

En pobreza también hay números que, en efecto, reflejan un problema: 47 por ciento de la población tuxpeña es pobre (37.5 por ciento en pobreza moderada; y 9.9, en el nivel extremo). Esos niveles, sin embargo, ya la quisiéramos para el resto de la entidad, dado que en todo Veracruz, la pobreza supera el 62 por ciento.

En este municipio, ubicado en el norte veracruzano, 21.5 por ciento de la población no contaba hasta hace poco con drenaje; y 35.3 por ciento tampoco tenía agua entubada de la red pública.

El drenaje pluvial también era un punto en el que había rezago en Tuxpan; y ello contribuía a incrementar los problemas de encharcamientos e inundaciones.

El dato se retoma por la información que dio a conocer el alcalde de este municipio, Raúl Ruiz Díaz: más de 4 mil familias tuxpeñas han sido beneficiadas con la construcción de más de 4 mil 500 metros lineales de drenaje pluvial, gracias a una inversión de 20 millones de pesos.

Son recursos que no se notan mucho, obras que no sirven para el lucimiento de las autoridades, pero que le cambian la vida a las familias que año con año eran afectadas por inundaciones.

De esa manera, poco a poco Tuxpan ha superado rezagos; y hoy su realidad es diferente porque hay inversión, empleo y, a pesar del escenario nacional adverso, también condiciones de seguridad; siguen existiendo problemas y retos, pero los avances, como dice el alcalde, son tangibles y palpables.

A Tuxpan, por cierto, le ocurrió algo parecido a lo que pasó en la entidad al terminar el sexenio que inició Javier Duarte y finalizó Flavino Ríos: la administración que está por concluir llegó al ayuntamiento y no sólo encontró las arcas vacías, sino que también se topó con enormes compromisos: una elevadísima deuda, por ejemplo, que impedía el crecimiento y la ejecución de obra pública.

A ese gobierno municipal le heredaron una cuantiosa deuda; durante muchos años, los ayuntamientos que precedieron al actual ni siquiera cubrieron las cuotas patronales al Instituto Mexicano del Seguro Social, que se acumularon hasta llegar a 353 millones de pesos.

Al ayuntamiento tuxpeño le hubiera sido más fácil dejar correr esos pasivos y nadar, como dicen, de muertito hasta terminar su periodo; así lo hicieron las anteriores tres administraciones; la actual, en cambio, asumió su responsabilidad: redujo el gasto, incrementó sus ingresos propios, pagó las deudas que pudo y con ello liberó recursos para desarrollar un programa de obra que dio prioridad a la atención al rezago.

Todos esos puntos fueron determinantes para que calificadoras como Fitch Ratings mejorara la calificación crediticia de Tuxpan, municipio que vive un buen momento. @luisromero85