En esta parte final de la charla, Jakub Dedina hace una serie de reflexiones en torno al trombón.

Trombón que se duerme se lo lleva la corriente

Yo me estoy poniendo pilas porque el trombón está un poco rezagado a nivel universal, en un grupo de jazz necesitas batería, bajo y piano, si se puede, un saxofón, si ya tienes saxofón, una trompeta y hasta el último un trombón. Esto tiene su razón, las mismas notas tocadas por el saxofón y el trombón suenan distinto, el saxofón suena a jazz y el trombón tiene un sonido muy suave, muy dulce, muy parecido a la voz humana y suena muy bien en las baladas.
La época dorada del trombón fue la de las big band: Glenn Miller, Tommy Dorsey. El trombón era el sonido del swing y cuando empezó el be bop, el hard bop, ya muy pocos trombonistas pudieron lograr integrarse a esos movimientos donde el sax tiene una ventaja técnica porque toca muchísimas notas, el saxofonista sopla, mueve los dedos y ahí está, yo soplo, muevo y sale un glissando, además, el sonido del saxofón es fuerte, el trombón puede tocar fuerte pero el trombonista se cansa rápido, por eso el sonido, por ejemplo, de salsa es rasposo, porque es extremo, tocas a puro volumen y eso te castiga a la hora de querer técnica y cosas más difíciles.
Por eso el trombón está un poquito rezagado, pero yo busco unas maneras de integrar a mis alumnos, hice un método básico para aprender improvisación y técnicas de trombón. También hice unos cuartetos con mis alumnos, cada semestre trato de incorporarlos, hacer un grupo de trombonistas, esas son mis luchas.

El respeto al solo ajeno ya no es el jazz

Ojalá los músicos puedan componer con más frecuencia, sabemos que los jazzistas inventan solos al momento, aunque no es así exactamente pero ya tienen un lenguaje y estaría bien que escribieran algo para que no se quedara nada más en un momento. Yo escribo mi música y el proyecto que hice fue tomar las formas musicales más comunes como el blues, por ejemplo, y le puse una melodía, o tomar las canciones famosas como Satin Doll o Take The A Train y sobre la armonía de esas canciones escribir melodías, fue un proyecto educativo para darle a los alumnos un material armónico que pueden estudiar y me resultó muy bien.
La música de jazz evolucionó, yo lo veo muy diferente de cuando estudiaba, en los ochenta, en el conservatorio. Una vez llegó a Praga Chick Corea con su Elektric Band y su Akoustic Band, hizo varios conciertos y esa era la música del momento y ahora es la música de antaño. El festival pasado llegó Michael Dease, un trombonista que toca con una técnica impresionante, es un virtuoso y tiene un gran talento, a los 18 años ganó competencias y él es alumno de maestros que son de mi edad (risas).
En los años ochenta, fomentaban que hicieras lo tuyo, que no copiaras los solos de los demás, ahora, si dices que no copien los solos de los demás es una herejía porque es una técnica, está comprobadísimo que si tú aprendes un solo de alguien, te sirve para tu desarrollo, son técnicas que los jazzistas de ahora tienen para sonar.

Trombón y promoción

El año pasado participé en la Semana Nacional del Trombón, un festival que se hace cada año en Naolinco, es una semana de master class y música clásica para trombonistas, y vi que hay mucho interés entre los trombonistas clásicos por aprender la música de jazz. Creo que la separación de la música clásica y el jazz era antes, hasta me decían por ahí: no toques jazz, es música del demonio (risas), pero ya no es así.
Yo siento que los músicos clásicos a lo mejor no tienen que improvisar, pero pueden conocer el lenguaje, si les pones música de big band, en teoría deberían poder descifrarlo y tocar bien el swing, entonces, al festival del año pasado llevé esos cuartetos y fue un éxito, había como 60 u 80 estudiantes de trombón, formé como 10 cuartetos y cada grupo tocó una canción diferente.
Estuvo bastante divertido, invité a unos maestros de JazzUV, participaron el maestro Paquito [Francisco Cruz] en el piano y el maestro [Carlos] Zambrano en el bajo, y esos muchachos tocaron jazz, algunos hasta improvisaron, hasta un niño de nueve años improvisó.
Fue un éxito, estuve muy contento de que estaban emocionados por esta música, yo siento que aprendieron mucho. Espero que el próximo año me inviten otra vez y que pueda promocionar la música y también promocionar la escuela, porque necesitamos más alumnos.
En la última audición de JazzUV, por primera vez llegaron bastantes alumnos a trombón y eso es bueno, pero siento que hay que reclutar más, hacer más promoción, eso es un poco complicado porque la Universidad no lo está haciendo. Creo que es importante hacer conciertos didácticos para niños, porque eso que tocas hoy, a lo mejor para un niño de 10 años o menos es una experiencia y a los 16 ya le va a gustar y va a querer estudiarlo. Hay que trabajar más pero es complicado porque la Universidad no tiene ningún mecanismo para eso, se hacen conciertos didácticos pero para universitarios, no para niños.

Trombón que pitas con amor

En el siglo XVI, en el renacimiento, antes del barroco ya estaba el trombón, el instrumento se usaba desde antes pero tenemos poca información. El diseño del trombón es sencillo porque nada más es una vara que afina, ese concepto ya existía desde hace mucho tiempo, luego usaron toda la familia de trombones para acompañar a los cantantes de los coros de las iglesias católicas que usaban cuatro voces: soprano, alto, tenor y bajo, entonces, esas mismas tesituras hay para trombón. Hasta el día de hoy tocamos algunas obras así, por ejemplo las misas de Mozart, es la música más divertida para el trombón porque tocamos en unísono: con el trombón tenor toca con los tenores, el trombón bajo toca con los bajos y el trombón alto con los altos, el trombón soprano ya no está en el uso porque las distancias son tan chiquitas que era muy difícil de afinar.
Hay una familia de trombones pero los que se usan el día de hoy son el trombón tenor —es el que más se usa— y el trombón bajo también se usa pero ahora con la tecnología de las válvulas, antes era afinado en «sol» o «fa», entonces, como no llegabas a las posiciones lejanas, había una palanca que tenías que jalar para llegar y era muy tosco, ahora, el trombón bajo realmente es tesitura de trombón tenor nada más que es más grande y tiene dos válvulas, con una reafinas a «fa» y con la otra a «re». El trombón alto está en «mi bemol», es un trombón más chiquito, a veces lo usamos en la Sinfónica para las obras del clasicismo y de la música temprana.
El saxofón es muy reciente, yo veo a mis compañeros saxofonistas que son expertos de be bop y hard bop —que es la época donde más se desempeña el saxofón—, pero en esa época el trombón ya tenía 500 años funcionando (risas).
Es un instrumento maravilloso pero también tiene lo suyo porque la boquilla circular es muy difícil para producir sonido porque lo que vibra son los labios, entonces, los trombonistas tenemos que estudiar notas largas todos los días, yo, en la música clásica, donde la calidad del sonido es tan importante, estuve 15 años estudiando notas largas antes de poder entrar a la orquesta, mientras en instrumentos como el piano, tocas la tecla y ya está el sonido, entonces los pianistas tienen mucha ventaja, especialmente los de jazz, porque se ponen a estudiar escalas y técnicas y arpegios y acordes mientras nosotros estamos con notas largas.
Le digo a mis alumnos de JazzUV que a lo mejor no somos tan ágiles como el saxofón o el piano o la guitarra, pero podemos conseguir trabajo, trato de que ellos vean que el trombón se puede utilizar en la música clásica, en la banda, en la big band, en la salsa, donde quieras.

PRIMERA PARTE: Gringo checo jarocho, trovador de veras
SEGUNDA PARTE: En la escena del manantial de arena


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