En esta parte final de la conversación, Helio Martín del Campo recuerda su relación con el siempre extrañado Aleph Castañeda y hace un recuento de los varios proyectos en los que participa.

Aleph

Aleph [Castañeda] tocó con Sonex como durante seis meses, en su primera tocada con nosotros estaba muy emocionado y muy nervioso, fuimos al Festival Ollin Kan, en el Bosque de Tlalpan, en el DF y me acuerdo que íbamos en la camioneta y me decía:
-Oye, ¿aquí cómo va?, ¿cómo va esta?, ¿cómo empieza aquella?
-Ya, hombre, tranquilo, es son jarocho (risas)
-No cabrón, ¿cómo que son jarocho?, ustedes están bien pinches locos
-Tú tranquilo, goza, ya te la sabes, relájate

Aleph Castañeda con Sonex (Foto proporcionada por Helio Martín del Campo)

Esa fue una noche muy especial en muchos sentidos porque había muchísima gente en ese festival, había miles de personas y ese día había puros grupos de ska y de rock del DF, iban a tocar Salón Victoria, Los de Abajo, Panteón Rococó, Salario Mínimo, Antidoping, Los Rastrillos y Sonex, éramos el único grupo de son jarocho y decíamos quién sabe qué va a pasar aquí con la broza porque está cabrón esto, todos estábamos tiritando de nervios. Cuando subimos a tocar, Aleph me miraba como diciendo ¿qué onda? y yo lo veía como diciendo estamos igual, carnal, nos vamos a tener que rifar porque si no, nos va a llevar el carajo a todos (risas).
Era de las primeras tocadas grandes de Sonex, había muchísima gente, era de noche y, por las luces, no terminábamos de ver a la gente, todos estaban sentados en el bosque. Subió la persona que presentaba y dijo: ¡Ahora tenemos una sorpresa, aquí está Sonex! y que se levanta toda la gente para pegarse al escenario, pero hasta se aplastaban y todos nos veíamos como diciendo puta, ¿en qué momento pasó esto? Y de estar tan nervioso, Aleph pasó a agarrar el micrófono, porque cantaba coros, y decir: ¡A ver, todos con las manos arriba! y no sé qué tanto decía (risas). Estuvo increíble esa tocada y Aleph terminó feliz.
Estaba feliz de tocar son jarocho, que fue también la música que lo abrazó desde siempre, y de tocarlo con nosotros que éramos contemporáneos y andábamos explorando el jazz y el blues y esas cosas que eran su mero mole. Él fue el bajista all right de mucha gente importante del jazz de México en la década de los 90.
Luego tuvimos una serie de conciertos con él en varios lados, viajó con nosotros a muchos lugares y sigue siendo una persona muy querida por nosotros, tenemos muchos recuerdos de él. Yo tengo muchas fotos en las que estoy con Aleph, grabando en el estudio de Norberto, colaborando con Rafa Campos en otra banda, tocando jazz en La Lola. Aleph era un amigo muy querido.

Del cajón a la producción

Ahorita estoy construyendo mi estudio de grabación, tengo el proyecto de hacerlo en forma para grabar el tercer disco de Sonex, principalmente. Este es un proyecto que tengo desde hace muchos años pero cuesta mucha lana, afortunadamente, después de un montón de años ya empecé a hacerlo. He producido algunas cosas con lo que he ido encontrando de equipo pero ahora ya estoy invirtiendo en equipo más profesional. Ese es mi proyecto a corto plazo y pretendo que dure muchísimos años porque es algo que, a la par de la música, me gusta mucho hacer, grabar y producir, y es algo también muy importante porque ya todos los músicos se graban y hacen sus producciones.

Ariles de trovador, / tanto le canto a la vida, tanto le canto al amor

También he estado haciendo música para cosas de danza y para cosas de teatro, he estado colaborando y produciendo música original para nuevos proyectos, nuevos shows, cosas de ese tipo, y también tocando con quien se deje (risas). De unos años para acá, he tenido muchas invitaciones a tocar con muchos músicos, he tocado mucha música de la India, música de Guinea, he estado tocando mucho con Ramón [Gutiérrez], he estado colaborando en un trío de jazz con Mariano Salem y Rodolfo Domínguez -músicos de JazzUV-, cosas así.
Antes de estar en lo de la música india, estuve en un proyecto que se llama Flaménxico, es un proyecto de canciones mexicanas rancheras como de José Alfredo Jiménez y cosas así pero cantado en flamenco. Es un proyecto muy interesante que ahorita está en standby pero estuvimos grabando. Lo hicimos en Tulum pero con gente de España, hicimos una gira por una buena parte del sur de España, estuvimos en Sevilla, Granada, Málaga, Mojácar, Zahara de los Atunes, Sanlúcar, un montón de lugares del sur.
Actualmente, de repente suena mi teléfono y me dicen oye, te vi no sé dónde y quiero ver si puedes tocar conmigo música tal, y digo pues sí quiero y puedo, y voy a tocar porque, al final, esto es lo que hago y esto es lo que me mantiene feliz, y también es lo que me mantiene, la música es mi modus vivendi, es lo que desayuno, como, ceno y sueño. Y de aquí pa´l real, espero que siga sonando mi teléfono (risas), espero que la gente siga queriendo compartir la música y la magia que tiene, y todo lo que hay detrás de la música que hace que suene bien, que fluya y que a la gente le guste, que la gente se identifique y se sienta feliz o triste.

Sueño de albor y azahar

Estuve viviendo durante casi un año en el Caribe, en Tulum, y también estuve compartiendo con muchos músicos y haciendo muchas cosas muy bonitas, pero al final siempre termino volviendo al lugar que me gusta, que es Xalapa, y que me ha brindado tantas cosas, Xalapa es una ciudad que siempre me recibió de una manera increíble, siempre me siento lo más a gusto aquí, aquí quiero mi casa, aquí quiero mi familia y aquí es el lugar donde encuentro la tranquilidad para crear, para hacer cosas nuevas en la música, aquí me siento más libre, más creativo, más inspirado. El clima, la gente, el caminar en la calle, el aire, todo me parece tan diferente a cualquier otro de todos los lugares en los que he estado y en los que he tenido oportunidad de vivir, dentro y fuera de México.
Así ha sido mi vida en la música, así ha sido mi experiencia en Sonex, en el son jarocho, con los maestros del son jarocho, con los maestros del jazz, del flamenco, de la música africana, de la música latina. Mis maestros han sido, primero, mi familia y después toda la gente que ha compartido conmigo lo mucho o poco que sabe, a veces sin tocar, solamente echándonos el café o compartiendo el desayuno.

PRIMERA PARTE: Rezumba y suena
SEGUNDA PARTE: La canción del cajón



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