Mutatis Mutandis

Por Rafael Arias Hernández

A 125 días del final legal, aunque la huida o despedida ya empezó mucho antes. Más y más endeudamiento,  que se reconoce y antes se negaba. Más sospechosos pagos sin sustento.  Aumentan pérdidas y desastres. Sigue catástrofe administrativa, destrucción económica  y debilitamiento institucional. Más ocurrencias, caprichos,  fideicomisos “irrevocables” y bromas de último momento, en buena medida para sufragar o recompensar complicidades, blindar y asegurar la retirada.

Lavandería de la Contraloría, Omisión de vigilancia del Congreso y Órgano de simulación superior (ORFIS),  son “irrevocables” coautores, cómplices y  encubridores, responsables y culpables de lo que pasa. En todo caso, no deben quedar impunes. Justicia, Justicia, ni más ni menos.

A casi 90 días de un nuevo Congreso Estatal, que debe cumplir y hacer cumplir la ley y, sobre todo, exigir responsabilidades  y perseguir delincuentes. ¿Dónde quedaron miles de millones de pesos desaparecidos?

Crecen  pobres, hambrientos, sedientos  e inseguros. La inconformidad aumenta y se manifiesta.
PRI convertido en fantasma. PAN y MORENA en aumento. El gobierno de la alternancia, obligado a anticiparse y entrarle al control de daños.

Del Gober caído,  hacen  fideicoleña.

Crónica de lo que no se desea ni se espera para Veracruz. Tragedia de mil y un historias. Cuento de nunca acabar, con un sistema nacional anticorrupción vulnerable e insuficiente,  que nace retrasado.

Todo parece indicar que hasta el último día de esta administración se sostendrá la estrategia gubernamental que ha predominado, si así se le puede llamar a las improvisaciones, inconsistencias y antojos de momento,  que han ocasionado y ocasionarán por muchos años, retrocesos y enormes pérdidas de recursos y oportunidades, para la sacrificada y sufrida población.

Estupefactos y con recurrente pérdida de capacidad de asombro, los afectados comprueban lo que padecen. Veracruz va del ensayo al error, pero no a la corrección y recuperación. Más bien,  pasa del horror al terror.

A la costumbre de la salida fácil con el imparable e injustificado endeudamiento, se ha pasado al intento de rematar, malbaratar,  entregar o quedarse con el patrimonio, los recursos o las atribuciones gubernamentales;  de concesionar, privatizar, asociar o entregar lo público; y también de distorsionar la ley, inventar dispendiosas salidas, imponer costosas arbitrariedades  y  debilitar o destruir,  estructuras y funciones de las instituciones.

El no-poder legislativo reducido a la simulación, abyección y servilismo. Lamentable partícipe de la destrucción de instituciones y del crecimiento de los daños que prevalecerán por años.

Ensayo, error y horror

Y ahí se va de ensayo en ensayo, y de error en error.

Se celebra e intenta de nuevo, se ensaya y se valora reiniciar, volver a empezar un nuevo ciclo, una nueva oportunidad. Sin percatarse que esto ya se acabó.

No se vive, ni acepta la real realidad.

Y en cuanto a aprender del error, nada. No se ve ni se siente que los presuntos responsables y prófugos potenciales,  asimilen  lo sucedido y padecido. Peor, en cuanto a la imprescindible corrección del error, que por lo regular no se hace, porque se deja que los problemas crezcan y compliquen, hasta que aplasten o se agoten.

En todo caso ni se corrige ni se aprende, además de repetir errores, prevalece la simulación y prolifera el descaro de negar la realidad, en términos de daños, pérdidas y sacrificios ocasionados. Incluso  hasta se llega al cinismo de imponer  mentiras, fantasías y ocurrencias como información o verdad oficial

Si la ociosidad es la madre de todos los vicios; y la ignorancia es la madre de la felicidad. La simulación es beneficiaria de la ineptitud y la corrupción, siamesa de la impunidad.

En las instituciones, están las soluciones

Para enfrentar y lograr la recuperación importan preparación, responsabilidad, capacidad y efectividad de las personas; pero también urge fortalecer la eficiencia y confianza institucional.

Luis Rubio, cita la experiencia de Jean-Claude Paye, en su momento oficial de la OECD,  quien sostiene que en la política de transformación integral y rápida, no todo son aspectos y decisiones estrictamente económicas y financieras. Y que, para ser exitosa, una estrategia debía incluir  construcción y fortalecimiento  de instituciones sólidas y apropiadas… “sin instituciones buenas y fuertes, todo lo que lograrás será abrirle la puerta a la mafia”.

De muchas formas el entorno de violencia y crimen, se hace presente y, lo más preocupante, se sistematiza o vuelve costumbre, ocasionando la pérdida de legitimidad de instituciones, más y más debilitadas, para no funcionar o hacerlo mal, ocasionando desconfianza y rechazo.

En particular cuando abundan y no se corrigen, ni persiguen arbitrariedades y escandalosos saqueos, cubiertos con alteraciones fiscalizadoras  a modo y arreglos contables y legales. Irresponsabilidad y cinismo, que han arruinado administración oficial, quebrantado finanzas públicas, y causado mayores crisis, debilitamiento y quiebra de dependencias gubernamentales. Mucho con la complicidad,  apoyo y encubrimiento de diputados y fiscalizadores.
Lamentable sostener y soportar a políticos y gobernantes, de conocida ineptitud y prepotencia, ineficiencia y delincuencia. Evaluación permanente del desempeño y revocación de mandato.

Imposible ocultar y soslayar que en muchas formas, innumerables servidores públicos, se han convertido en destacados causantes y promotores de resistencia y desobediencia civil, de justificadas inconformidad y protesta sociales, en aumento.

Estructuras gubernamentales afectadas por improvisación, incapacidad, servilismo, abyección, simulación, encubrimiento, complicidad, corrupción, burocratismo, torpeza, impreparación, ignorancia…y más.

“La lección es clara: si queremos cambiar la realidad – según Luis  Rubio-, tenemos que construir instituciones incluyentes, es decir, transparentes como funcionamiento básico de gobierno…Douglas North, premio Nobel de economía, escribió que se requieren reglas formales (leyes) pero que estas son insuficientes: igual de importantes son las restricciones informales (normas de comportamiento, decencia, códigos de conducta) y, sobre todo, la efectividad de los mecanismos que las hacen cumplir. Cuando el gobierno es débil, parcial y disfuncional, su capacidad para cumplir su parte es mínima en tanto que la capacidad y la disposición de la sociedad de hacer la suya (oprobio público, expulsión de instituciones privadas, etc.) es limitada toda vez que no existe un espíritu comunitario…Construir un régimen de legalidad y confianza tiene enormes costos, pero los beneficios son inmensos”. (Reforma.131215)

Prioritario, el fortalecimiento institucional.
*AcademicoIIESESUV@nullRafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez