Magdalena Hernández Alarcón, secretaria Académica de la Universidad Veracruzana (UV), afirmó que para la población mexicana hispanohablante lenguas autóctonas como el totonaco y el náhuatl resultan extranjeras y que no cuentan con ningún incentivo para su aprendizaje.  

“El país no puede abordar la problemática de las lenguas extranjeras sin reflexionar sobre los problemas que enfrentan las lenguas originarias”, declaró. 

Hernández Alarcón impartió el 16 de mayo en el Auditorio “Jesús Morales Fernández” de la Unidad de Humanidades, la conferencia magistral “La política lingüística y el aprendizaje de lenguas en la educación superior en México”, dentro del IV Foro Internacional de Lenguas Maternas por el Mundo realizado los días 16 y 17 de mayo por la Universidad Veracruzana Intercultural y la Facultad de Idiomas. 

La Secretaria Académica mencionó que México es uno de los primeros países en el mundo en aplicar una política lingüística conjunto de ideas, leyes regulaciones y prácticas que se dirigen a producir cambios en los comportamientos lingüísticos de una sociedad. 

Relató que el país es y continúa siendo un territorio multilingüe, en el que al menos el nueve por ciento de su población habla un lenguaje indígena. 

Comentó que si bien la política lingüística de México reconoce el carácter multicultural de la nación, las lenguas autóctonas son relegadas a un segundo término, a pesar de que se promueve el bilingüismo.  

Explicó que cuando el estado determina difundir una lengua, existe una valoración lingüística fundada en la justificación de facilitar, entre otros aspectos, el comercio, la política y la educación, lo que origina que se excluyan muchos lenguajes. 

Aprender una lengua que no es la materna tiene un costo que el Estado no considera, ya que la comunicación en el territorio está asegurada con el idioma oficial”, enunció. 

Hernández Alarcón aseguró que las políticas lingüísticas siempre han estado al amparo de las educativas, y que debido a esto cuando las instituciones de educación de todos niveles toman la decisión de enseñar alguna lengua extranjera, las cuestiones políticas y económicas se convierten en factores determinantes para elegir el idioma. 

“Al hacer esto las instituciones educativas se vuelven coercitivas, e influyen en la elección de las personas que desean aprender otro lenguaje”, aseveró.  

Enfatizó que contar con una política y una planeación lingüística para el aprendizaje de idiomas, es una acción que debe considerarse sobre todo en los países de una extensión geográfica amplia, con alta densidad de población y con lenguas originarias en su interior. 

“De no tomar esta acción, las medidas orientadas al aprendizaje de lenguajes podrían no ser exitosas”, concluyó. 

La conferencia fue moderada por Miguel Figueroa-Saavedra Ruiz, del Instituto de Investigaciones en Educación.