Hugo Fernández Garza, coordinador de la región norte del Sistema Nacional de Salud, afirmó que el sistema de salud en México vive una gran fragmentación debido a la decisión de involucrar a un gran número de actores dentro del sector público, lo que ha propiciado que el servicio prestado sea ineficiente e inequitativo.

“La salud en México es un servicio que no llega a toda la población, y cuando lo hace es en forma incompleta y con mala calidad”, afirmó.

Fernández Garza impartió el 12 de junio en el Hotel Villa Margaritas la conferencia “Formación de recursos humanos hacia las políticas públicas en salud en el marco del Plan Nacional de Desarrollo”, dentro del 5º Congreso Nacional de Educación en Salud Pública, realizado del 12 al 14 de junio por el Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana (UV) en conjunto con la Asociación Mexicana de Educación en Salud Pública.

El Coordinador explicó que actualmente el sistema de salud en México está dividido en dos sectores; el público se encuentra integrado por la Secretaría de Salud Federal, los 32 servicios de salud estatales, y dependencias gubernamentales como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

Por el otro lado se encuentra el sector privado, conformado por múltiples aseguradoras y hospitales privados, farmacias con módulos de consultorios y prestadores de servicios independientes.

Mencionó que la descentralización del sistema de salud en México ocurrida décadas atrás provocó que en algunos casos quedara abandonado, pese al esfuerzo gigantesco de muchos profesionistas del área como doctores y enfermeras por sacarlo adelante.

“Actualmente existen 32 sistemas estatales de salud separados, con todas las consecuencias que ello implica”, enunció.

Aunado a esto, la falta de coordinación interinstitucional propicia la duplicidad de servicios de salud y el uso deficiente de la infraestructura.

“En diferentes establecimientos de salud, los servicios de urgencias y hospitalización rebasan el 100 por ciento de su capacidad, mientras que otros ubicados en las mismas ciudades tienen una ocupación que no rebasa el 30 por ciento”, ejemplificó.

Fernández Garza declaró que contrastes como éstos son el claro ejemplo de ineficiencia y desarticulación del sistema de salud que tiene el país.

Comentó que esta situación ha beneficiado a prestadores de servicios de salud privados que actualmente sacan provecho de la fragmentación del sistema y la disminución del gasto público en salud, lo que afecta los recursos de la población mexicana.

“Algunas estimaciones hablan de gastos de tres mil 700 pesos por persona al año en el rubro de la salud, monto superior a la cápita del seguro popular”, compartió.

Enfatizó que ello impacta en la economía de muchas personas y que las más afectadas son aquellas de escasos recursos, quienes ante alguna eventualidad en materia de salud deben sacrificar sus bienes, lo que los orilla a que continúen en situación de pobreza.

Mencionó que para revertir esta situación, la Presidencia de la República ha planteado en el Plan Nacional de Desarrollo la federalización de los servicios de salud, con la finalidad de fortalecer a la Secretaría de Salud como autoridad sanitaria, y poder establecer un modelo que propicie la unificación de las diferentes instituciones del rubro, y de esta forma alcanzar una mayor eficiencia en uso de los recursos y una mayor calidad de prestación de servicios a la población.

Declaró que dentro de este plan debe existir un gran instituto que atienda a la población que no cuenta con ningún servicio de salud, la cual ronda entre los 60 y 70 millones de mexicanos.

“Este nuevo modelo tendrá como enfoque principal la atención primaria a la salud y el bienestar de la gente”, concluyó.