Por Bernardo Gutiérrez Parra

Si al mitin panista-perredista del domingo anterior en Xalapa asistió la plana mayor de ambos partidos; a la toma de protesta del nuevo dirigente estatal del PRI Amadeo Flores Espinosa, fueron casi puros reservistas.

Mientras en el primer evento estuvo la crema y nata del panismo y perredismo nacional, estatal y municipal, en la ceremonia del PRI la cosa estuvo bastantito desangelada ya que no acudieron ni el jerarca nacional, Manlio Fabio Beltrones, ni la Secretaria General, Carolina Monroy, ni las vacas sagradas que salen de su sarcófago en ocasiones solemnes para dar muestras de unidad.

Quienes sí asistieron fueron el presidente saliente, Alberto Silva Ramos, la senadora Erika Ayala, el candidato del partido Héctor Yunes y su principal aliado José Yunes Zorrilla.

El nombramiento de don Amadeo estuvo tan deslucido que no contó ni con la presencia del “primer priista del estado” y fue encabezado por el secretario de Acción Electoral del PRI, Arturo Zamora Jiménez, quien tomó la protesta a Flores Espinosa.

El hecho de que no haya asistido Javier Duarte mandó al cesto de la basura el discurso de Alberto Silva que en noviembre pasado señaló: “Duarte de Ochoa es un factor de unidad en el PRI, el cual ha contribuido a que el tricolor obtuviera un cúmulo de victorias que seguramente se repetirán el próximo año”.

El “próximo año” es éste y Javier Duarte, que nunca ha sido factor de unidad en el tricolor, contribuyó con este desaire a corroborar el hecho.

Hay quienes aseguran que está a la espera de que el candidato acuda a solicitarle ayuda, ayuda que por supuesto no será gratuita.

Si esto es cierto, qué mal están aconsejando al señor gobernador.

En este momento Javier Duarte no está en posición de ofrecer ayuda, sino de solicitarla y si tantito me apuras lector, de suplicarla. Si persiste en su actitud de no soltarle ni un clavo a la campaña del candidato en tanto no se sienten a platicar, Yunes Landa buscará esa ayuda por otra parte y para eso tiene cuatro cartas fuertes: Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray y Manlio Fabio Beltrones.

A los cuatro les aterra que el PRI pueda perder un bastión tan importante como Veracruz y echarán su resto.

A estas alturas del partido y así como está el marcador ¿qué cartas fuertes puede tener el gobernador como para ofrecer ayuda, apoyo o soporte a Héctor y todavía cobrar el favor?

Duarte no está en posición de negociar nada porque ni ha sido el gobernador más triunfador en la historia de la entidad, ni fue quien ganó más diputaciones federales en el pasado proceso electoral. Ambos triunfos se los debe el PRI al anterior gobernador y actual cónsul de México en Barcelona.

Pretender ocultar esa obviedad es simplemente una torpeza.

Pero tras el destape de dos Yunes, el cónsul ha de estar pensando en cómo defenderse y para lo que menos tendrá cabeza es para ayudar a su ex colaborador.

Si JDO se hace el remolón y sigue dándose a desear, puede ocurrirle una tragedia.

Durante el mitin panista-perredista en la Plaza Lerdo, el candidato de esa coalición, Miguel Ángel Yunes Linares, soltó un discurso incendiario y dijo lo que los veracruzanos quieren escuchar: que meterá a la cárcel a los corruptos que han destrozado y saqueado a Veracruz.

Insisto, si Javier Duarte sigue empeñado en que Héctor le vaya a suplicar apoyo, que se siente a esperar. Y si el domingo 5 de junio el resultado no es favorable al PRI y gana Miguel Ángel…entonces… uuuta… que Dios lo ampare…

…Seguramente sus asesores le aconsejarán que busque un país que no tenga tratado de extradición con México, y que le haga como Mario Villanueva, que mandó al diablo la gubernatura de Quintana Roo días antes de terminar su mandato, y para cuando perdió el fuero y lo buscaron los agentes de la PGR ya les llevaba ventaja.

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