Muy temprano, la mañana del domingo llegó un mensaje a mi teléfono celular. Era el padre Nabor, un amigo cercano y querido de nuestra familia, quien me compartía la noticia que una hora antes había dado a conocer la agencia Notimex: México tendrá un nuevo Cardenal en la persona de Sergio Obeso Rivera.

Su entusiasmo era evidente. El padre es un hombre de fe que ha hecho un extraordinario trabajo y que ha ganado un lugar en la grey católica del estado. Su comunidad le quiere y le respeta. Por eso, cuando leí sus breves líneas, de inmediato compartí una sincera felicitación porque entendí lo que eso significa para México, y en especial, para Xalapa. “Hoy estamos de fiesta”, me respondió.

De esta forma, Sergio Obeso volverá a Roma una vez más, en esta ocasión para recibir el capelo púrpura al lado de otros 13 nuevos cardenales de todo el mundo, en una ceremonia que encabezará el Papa Francisco el próximo 29 de junio.

Las circunstancias personales del obispo emérito Sergio Obeso –actualmente en retiro luego de que el 10 de abril de 2007, el Papa Benedicto XVI aceptara su renuncia como obispo de Xalapa tras haber sobrepasado el límite de edad jubilatoria obligatoria establecido en 75 años-, hicieron que la noticia fuera una verdadera sorpresa, al menos para quienes no estamos muy enterados de la vida interna de la iglesia. Pero sin duda, será una grandísima y justificada celebración.

La mañana de este domingo, cuando Xalapa no terminaba de amanecer, la misa dominical en Roma ya había concluido y el Papa Francisco había hecho el anuncio sobre el ungimiento del nuevo cardenal mexicano.

Al final de su bendición dominical con la oración del “Regina Coeli” (Reina del Cielo), pronunciada ante miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro del Vaticano, Francisco anunció la lista de quienes formarán parte del cardenalato. Del elenco completo, 11 de ellos son menores de 80 años y por tanto cuentan con derecho a voto en un futuro Cónclave, cita la información de la agencia de noticias.

Los tres restantes, según precisó el propio pontífice, recibirán la distinción porque “se distinguieron por su servicio a la Iglesia”. Entre ellos mencionó al mexicano Sergio Obeso, de 86 años. Esto quiere decir que por su edad no tendría participación en la elección de un nuevo Papa, pero que se integra a la más alta jerarquía de la iglesia católica en el Vaticano.

Los 14 nuevos purpurados recibirán su distinción durante el quinto Consistorio Cardenalicio del pontificado de Jorge Mario Bergoglio, que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro el día de la fiesta de los santos apóstoles Pedro y Pablo, como dijimos, en cosa de un mes.

Sergio Obeso significa muchas cosas para la iglesia católica en México, y particularmente en Xalapa, a la que ha dedicado su vida entera. Representó toda una época no sólo desde el punto de vista religioso, sino que acompañó a la imagen de esa ciudad tradicional, solidaria y apacible en la que muchas generaciones crecimos hasta el siglo pasado.

Entre otras cosas, el obispo emérito y próximo cardenal fue uno de los artífices de la canonización del primer santo obispo latinoamericano, San Rafael Guízar y Valencia, que fue elevado al honor de los altares por el Papa Benedicto XVI el 15 de octubre de 2006. Ese fue uno de sus grandes legados, aunque su obra no es menor. Su retiro para dar lugar a la asunción del actual obispo Hipólito Reyes Larios fue muy sentido; sin embargo, siguió muy cerca de su grey.

Siendo una buena noticia para la iglesia católica en México, ayer se propia agencia Notimex difundió profusamente una breve historia de vida de Sergio Obeso que compartimos:

Sergio Obeso nació en Xalapa el 31 de octubre de 1931; el clérigo mexicano ingresó en el seminario el 23 de enero de 1944. Tras sus estudios de humanidades, se trasladó a Roma donde cursó filosofía y teología en la Pontificia Universidad Gregoriana. Ordenado sacerdote en la “ciudad eterna” el 31 de octubre de 1954, pocos meses después regresó a México donde prestó diversos servicios en el Seminario de Xalapa hasta 1971, desde prefecto de filosofía hasta director espiritual y rector.

El 30 de abril de 1971, el entonces Papa Pablo VI lo designó obispo de Papantla, donde permaneció apenas dos años y ocho meses hasta que, en enero de 1974, el mismo pontífice lo nombra obispo coadjutor de la Arquidiócesis de Xalapa con derecho a sucesión. El 12 de marzo de 1979 asumió ese puesto, en sustitución de Emilio Abascal Salmerón. Rápidamente se convirtió en un protagonista de la Iglesia mexicana, siendo elegido presidente de la Conferencia del Episcopado para el período 1983-1985 y reelecto de 1985 a 1988.

Más allá de la fe religiosa de los veracruzanos, Sergio Obeso representa uno de los personajes más emblemáticos y universales en la historia de nuestro estado. Por eso, su designación como Cardenal es una bendición que debemos compartir.

Las del estribo…

  1. Sólo al OPLE veracruzano se le puede ocurrir organizar en viernes por la noche el debate entre los candidatos al Gobierno del Estado. Pareciera que la consigna es que se entere la menor cantidad posible de electores; cualquiera que tenga un conocimiento mínimo de medios sabe que la información que se genera viernes por la noche es nota muerta, porque no hay noticieros ni interés de las audiencias. Ahí la llevan.
  2.  La perversa ignorancia siempre es osada. Cuando el infame dirigente de Morena en Veracruz, Manuel Huerta acusa al Tribunal Electoral del Veracruz se entrometerse en el acuerdo de coalición Morena-PES-PT, al ordenar cambios de candidatos en tres distritos, es tanto como acusar a la SEP se entrometerse en el modelo educativo del país. Las instituciones sólo funcionan si protegen sus intereses