Cada día que pasa, la situación de Veracruz se vuelve más crítica. Miles de trabajadores del sector Salud salieron este miércoles a bloquear calles y carreteras para exigir el pago de sus salarios y prestaciones, dejando los hospitales y centros de salud bajo el mínimo cuidado, apenas para atender a hospitalizados. La nueva titular de la Sefiplan debió hacer verdaderos actos de magia para, al menos, cumplir con los salarios, dejando para después las prestaciones.

Miles de historias personales, microscópicas, se contaron de personas gravemente afectadas. ¿Debemos culpar al personal médico, de enfermería, administrativo, vectores e, incluso, becarios, de la imposibilidad de miles de veracruzanos para recibir atención de salud no solo básica sino incluso de emergencia? De ninguna manera; nadie vive del aire solamente. ¿Debemos echarles en cara las horas perdidas en traslados por las ciudades o entre ellas, porque las vías estaban cerradas? Tampoco.

Ayer se calculaba que más de 340 mil acciones de salud, entre consultas médicas, intervenciones quirúrgicas menores, tratamientos y demás, se tuvieron que cancelar en toda la entidad, lo que da idea de la magnitud de la afectación. La inoperancia de las dirigencias sindicales para atender los reclamos de sus agremiados hizo que la situación se desbordara y afectara a millones de personas que no tienen vela en el entierro.

En la ciudad de México piensan que el próximo gobierno panista es el que ha echado a andar estas movilizaciones para presionar al gobierno federal a acudir al rescate de las finanzas públicas de Veracruz, profundamente dañadas por el latrocinio realizado de Javier Duarte, que fue solapado por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

No parece que esa sea la razón del levantamiento popular que ha congregado a trabajadores de los sectores educativo y de salud, los más esquilmados por Duarte y compañía, en las calles y carreteras. Los disturbios sociales parecen crecer y pueden incorporar a otros miles de trabajadores porque el dinero no cae en la Secretaría de Finanzas y Planeación y no hay operadores políticos que permitan negociar con sindicalizados y hacerles ver que se harán los pagos de algunos conceptos, como salarios, pero que deberán esperar los de prestaciones.

Crisis humanitaria

La sola pregunta hecha por Carlos Loret de Mola en su noticiario de este miércoles al gobernador electo Miguel Ángel Yunes Linares en este sentido suena a vulgaridad.

Quienes vivimos en Veracruz sabemos los orígenes de este malestar largamente contenido, y las autoridades ministeriales federales deberán husmear minuciosamente las cuentas de las secretarías de Salud y de Educación para detectar cómo, dónde y cuándo se desviaron cantidades indignantes de dinero hacia cuentas bancarias personales.

Como el mismo Gobernador electo lo planteó en el noticiario Despierta con Carlos Loret, en Televisa, no solo se trata del pago de salarios, prestaciones y becas a los trabajadores del sector Salud de Veracruz; es que hace ya muchos meses que los hospitales y centros de salud no cuentan con recursos para atender a los pacientes. “Los hospitales están recibiendo solo a enfermos en urgencias, ya no reciben enfermos para hospitalización y consulta; hay una crisis humanitaria en Veracruz”.

Y, en efecto, el saqueo sufrido por el sector Salud ha sido largo y vergonzoso. La Comisión de Salud y Asistencia del Congreso local está pensando en citar a dos exsecretarios de Salud y al actual, a quien interrogarán durante su presentación por el último informe de gobierno, para explicar la situación que prevalece en el sistema de salud de Veracruz, afectado por funcionarios ladrones, líderes sindicales corruptos y un exgobernador que dispuso de los fondos federales y estatales destinados a esos servicios, dejando a los veracruzanos en lo que Yunes Linares ha denominado una crisis humanitaria.

Quien ya ha respondido es el actual secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad Pública (CESP), Juan Antonio Nemi Dib, Secretario de Salud del 12 de marzo de 2013 al 2 de octubre de 2014, quien ha mostrado su disposición a acudir para dar información que puede ser de mucha utilidad para explicar la situación que prevalece en el sistema de salud. “Celebro mucho su propuesta, pues permitirá que sea debidamente dimensionada la grave situación institucional y los graves problemas estructurales del sector y deslindar las responsabilidades que correspondan”, dijo el funcionario en su respuesta.

La semana pasada, Nemi Dib volvió a ser noticia nacional porque durante su gestión denunció la existencia de empresas fantasmas que estaban minando los recursos financieros enviados por el gobierno federal para salud, lo que motivó que Javier Duarte le pidiera su renuncia, tras paros laborales ordenados por la actual diputada local Ángela Soto Maldonado, de la que hablo más adelante, y cuyos simpatizantes tomaron la Secretaría de Finanzas y Planeación.

Los importantes desvíos de recursos que se hicieron en todo el sexenio impidieron incluso que se llevaran a cabo las labores de combate a vectores como el Aedes Aegypti, que provocan dengue, chikunguña y zika, tanto por falta de dinero para el pago del personal de Vectores como para la adquisición del químico que se usa para la nebulizaciones en zonas críticas.

El resultado es que Veracruz ocupa el primer lugar en casos de zika a nivel nacional. En septiembre pasado se reportaban 680 casos (191 de ellos en mujeres embarazadas), rebasando a Guerrero, que contaba 666. También en chikunguña, Veracruz estaba a la cabeza: 138 casos confirmados, seguido por Tamaulipas (57 casos). En dengue ocupaba el segundo lugar con 1 mil 280 casos, solo superado por Guerrero (1 mil 926). Según la Dirección General de Epidemiología de la SSA federal, en Guerrero, Veracruz, Jalisco, Chiapas y Michoacán se concentraba el 60 por ciento de los casos confirmados en el país, aunque la mayoría eran en nuestro territorio.

El amotinamiento de la burocracia

Por primera vez, el caos se esparció por todo el estado, y no se centró en Xalapa. En prácticamente todas las sedes de las jurisdicciones sanitarias los trabajadores salieron a bloquear calles, carreteras y autopistas, además del cierre de oficinas y centros de atención. Se reportaron movimientos en Coatzacoalcos, Veracruz, Xalapa, Martínez de la Torre, Córdoba y Poza Rica.

Hasta el mediodía de este miércoles, en que el secretario de Salud Fernando Benítez Obeso anunció que se empezaría a pagar la quincena retrasada pero no las prestaciones que se les adeudan, los trabajadores empezaron a desalojar las vías en algunas ciudades. Según el funcionario duartista, todavía se encuentran verificando el monto total que se adeuda, incluyendo todas las prestaciones, así como la fecha de pago.

Pero el sector salud no es el único que se ha levantado en protesta social, de la que seguramente saldrán mal librados los dirigentes sindicales que se han encargado de mantenerlos a raya sin gestionar sus pagos, a cambio de insultantes igualas, como ha sucedido en el caso de las dirigencias formales del magisterio.

Buena parte de los 20 mil trabajadores de Salud empieza a cuestionar la permanencia de la dirigente de la sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSS), la diputada local plurinominal Luisa Ángela Soto Maldonado, que cada año recibe unos 9 millones de pesos provenientes de cuotas sindicales, a cambio de una nula defensa de los derechos de los agremiados.

De estos 20 mil empleados, entre el 50 y 60 por ciento pertenece a la sección 26 del SNTSS, como personal de base, contrato, suplente y confianza, todos los cuales han visto cómo se les ha incumplido en el pago de su salario de la primera quincena de noviembre y otras prestaciones laborales, sin que Soto Maldonado haya movido un dedo para exigir su cumplimiento.

Por si fuera poco, empleados de la Dirección General de Reinserción Social tomaron también este miércoles las instalaciones de la dependencia por no recibir el pago quincenal y el retroactivo pendiente desde hace un mes. Carlos Antonio Mora Zapata, empleado del Cereso  de Pacho Viejo, explicó que al no tener un peso en sus bolsillos por labores ya efectuadas, no asistieron a sus centros de trabajo. Y es que de los mil 527 trabajadores, a mil 200 (que no están sindicalizados) no les depositaron sus quincenas.

Aunque no pararon labores, trabajadores y elementos policiacos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) también estaban que trinaban porque no había recibido el pago de la primera quincena de noviembre, mientras que agremiados del Sindicato Magisterial Veracruzano (SMV) cerraron las oficinas centrales de la Secretaría de Educación (SEV) en demanda del pago de recategorización para más de 300 empleados homologados de educación media superior. Su dirigente Luis Alonso Polo Villalobos declaró a los medios: “Queremos que este gobierno pague todos los adeudos para empezar con la  nueva administración que empieza el próximo 1 de diciembre”.

El oficial mayor de la SEV, Rosendo Pelayo Valdés, dijo a los manifestantes que están a la espera de los recursos federales para el pago de pendientes con el magisterio y otros rubros, ya que no hay solvencia financiera para pagar sus adeudos. Y adelantó que este jueves se reunirán con la titular de Sefiplan, Clementina Guerrero García, para ver de qué manera enfrentar los pendientes.

Las cosas están de terror, no se ve la luz al final del túnel. Ya mañana hablaremos de la entrevista de Miguel Ángel Yunes Linares con Adela Micha, programada para los 11 de la noche; esperamos escuchar algo de lo que piensa hacer ante una situación tan difícil que, por supuesto, ya imaginaba. Por lo pronto aquí la dejo.

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