Ya la muerte se aproxima,
organicemos su fiesta,
que la mesa sea dispuesta,
aquí nada se escatima.
El jolgorio ya está encima,
hagamos preparativos
que resulten exhaustivos
pues al llegar la Calaca
habrá fiesta dionisiaca
entre difuntos y vivos.

Hay llantos que, de llorados,
se van haciendo costumbre;
hay fuegos que, a tanta lumbre,
terminan apaciguados;
hay sueños que, de soñados,
se confunden con vigilia;
la orfandad se hace familia
y hasta la fobia a la muerte,
en noviembre se convierte
en dichosa necrofilia

Deja, Muerte, que te asombre
con las cosas de la vida:
ni la esperanza perdida,
ni los dislates del hombre,
ni tu fama, tu renombre,
ni el enemigo más fuerte
harán que cambie la suerte
de formar parte del mundo
por tu vacío infecundo.
Te asombre la vida, Muerte

Regresa, Muerte, a la vida
permítete revivir
para que puedas morir,
y verás que tu venida
te dejará redimida
de tan indeseable suerte;
haz que morir te liberte
de ese destino fatal.
Deja de ser inmortal,
regresa a la vida, Muerte

Si todos, como pintura,
habremos de irnos borrando,
más vale vivir gozando
con dicha y buenaventura,
porque la vida no dura
mucho más que una pachanga.
Viene la muerte en su panga
y al llegar pondrá en un brete
a los que, en Formato Siete,
leen El jazz bajo la manga

Ya oigo a lo lejos su canto,
reconozco su sonido,
¡México lindo y querido!
en su voz, es un encanto.
Venga risa, fuera el llanto
pues toda la patria, unida,
le dará la bienvenida
a la querida Catrina
que hacia esta tierra camina
para celebrar la vida

 

 

 

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