Joel Cruz vino a Jáltipan para ayudar ordenando la información y a coordinar con los amigos cercanos una ayuda emergente económica para salvar todo el acervo del Centro de Documentación del Son Jarocho y lo que contiene nuestras casas ante el daño irreversible del edificio por el sismo del 7 de septiembre y los que le siguieron. Mucho quehacer es poner todo en cajas y construir una galera para poner a resguardo todo lo acumulado en un largo andar de trabajo que no sabemos cuando empezó. Trabajamos mucho en sistematizar información sobre esta AC que fundamos hace 20 años, estuvimos atentos a los requerimientos que Natalia Lafourcade y su equipo nos solicitan preparando el concierto que ella dirige en Anaheim, CA,  este 14 de Noviembre, a la cual ha invitado a otros amigos músicos y cineastas a una campaña para lograr hacer de nuevo el Centro de Documentación del Son jarocho de Jáltipan, la casa de Los Cojolites. Un agradecimiento muy grande por la amistad y por el compromiso adquirido de nuestra querida Natalia, quien nos sacó de la tristeza y nos llenó de esperanzas para hacer que renazca de nuevo esta institución dedicada a conservar en todos los sentidos la cultura de nuestros pueblos del sur.

El día 12 al mediodía Joel se regresó a Santiago Tuxtla, a su casa con su esposa y su hijo, había que estar con ellos,  sin saber que viviría la mas larga noche que haya vivido este pueblo hermoso en los últimos años.

La comunicación intermitente que tenemos con Joel no para, pues estamos también acabando el arte de nuestro disco  Rema Rema y estamos coordinados con nuestros productores Greg y Camilo Landau en EU, los últimos detalles del nuevo disco de Los Cojolites que en este noviembre saldrá a la luz pública.

En todo el sur de Veracruz las lluvias torrenciales descargaron todo lo que no hicieron en los meses que debió llover, pues estos tiempos eran los del chipichipi, siempre nublado, las aguas bajaban para dejar las planicies renovadas para la siembra. Ya todo es atípico, igual que nuestra sociedad es la naturaleza, en donde se manifiesta el desorden a la que la hemos conducido. Empecé a mirar que Joel subía videos del río, se empezaba a desbordar, la lluvia intensa cayendo en medio de los luces y rayos estruendosos. Nadie imaginaba que el río subiera tanto, muchos se confiaron, y el río subió y subió. Los troncos inmenso de los arboles arrancados por la furia del agua golpeaban las casas, el agua entraba y salía arrancando puertas y ventanas, arrastrando coches, lo que encontró a su pasó. La gente salió de sus casas apoyados por la misma gente,  se ayudaron como pudieron, se rompieron paredes para rescatar a la familia, no había luz, ni señal alguna, la noche oscura estaba iluminada por los rayos que daban fe de la potencia de la naturaleza y lo indefenso que somos los humanos. A las cinco y media de la mañana pude restablecer una señal de mensajes con un teléfono ATT,  Joel me narraba espantado, “fue horrible Ricardo”. Su casa está en una subida que da al parque central, el agua llegó a su puerta, se refugiaron mas arriba, más abajo las casas quedaron anegadas, muchos perdieron todo y gracias a la población misma, ni una vida se perdió.

En la noche oscura la tierra rugía el 7 de septiembre, parecía que  no terminaría el movimiento, que era demasiado. Nuestros hogares y nuestro Centro de Documentación del Son Jarocho estaban perdidos. La oscuridad estaba iluminada por luces verdes y azules que brillaban a lo lejos emergiendo de las profundidades. Pero la noche más oscura es aquella cuando te das cuanta que,  a pesar de ser considerado en el estatus de Casa de Cultura por el IVEC y todo el trabajo cultural que ha realizado este Centro de Documentación, a nadie importa, no hay autoridad cultural y de todo tipo que le importe nuestra existencia, parece que vivimos una larga noche en donde nadie esta despierto, todos duermen en silencio (si no fuera por los amigos y la familia…). En Santiago lo mismo, no hubo una autoridad que avisara una hora antes, un momento antes del peligro, que ayudará a poner a salvo a la gente atrapada, fue la lógica de la población, el sentido de la supervivencia y la solidaridad ante tus semejantes. Y ahora la solidaridad se manifiesta en el apoyo a las tantas familias que en esa noche perdieron sus casas, sus cosas.

La noche terminó para dar cuenta de los hechos ante la luz del día, todo estaba a la vista, tantas vidas sufriendo,  tanta destrucción.

En el día aparecieron los políticos y los reporteros trasmitiendo en vivo sus palabras…