Antes de presentar su segunda y definitiva renuncia como secretario de Salud, Juan Antonio Nemi Dib hizo una amplia denuncia pública en la que expuso las razones de los paros y manifestaciones que de repente intensificaron en su contra los integrantes de la Sección 26 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud.

Con el estilo claro y directo que le caracteriza, Nemi habló de una vasta red de corrupción en la que no sólo acusó robo de gasolina y tráfico de plazas laborales sino también ocultamiento de medicamentos para exhibir un supuesto desabasto en las farmacias del sector público estatal, así como el uso indebido de la infraestructura por parte del personal, lo que motivó que presentara más de 90 denuncias, algunas de tipo penal y otras administrativas ante las contralorías internas.

El exfuncionario refirió, por ejemplo, que en las oficinas de la Jurisdicción Sanitaria de Orizaba hay 84 aviadores, y que el verdadero dueño del sindicato no es la dirigente de la Sección 26 Ángela Soto Maldonado sino su hermano Martín Soto, que ni siquiera trabaja en la Secretaría y el cual posee, además de concesiones de taxi, empresas constructoras que en el pasado recibían contratos multimillonarios de obra pública.

Nemi aseguró también que los cuatro dirigentes sindicales de la región de Orizaba se roban los viáticos, pues dijo poseer hasta números de cuenta donde realizan esos depósitos. Además afirmó que el dirigente sindical de Córdoba, Margarito Ramos, ha utilizado documentos falsos para homologar y recodificar a trabajadores, y que igualmente puede comprobar el ausentismo de los hijos del líder sindical de esa misma zona.

Del hospital de Oluta, en el sur del estado, dijo que la mitad del cuerpo de gobierno del centro hospitalario se debe a parentescos consanguíneos, sentimentales, políticos y no políticos del dirigente sindical. A la lideresa sindical de Cosamaloapan le atribuyó haber endosado un cheque de fondos federales ¡para pagar la fiesta de quince años de su hija! Y al dirigente sindical de Poza Rica lo involucró en la falsificación de viáticos y en el robo de miles de litros de gasolina, mientras que al líder de Xalapa le imputó el uso de documentos falsos para el cobro de viáticos, incluso a nombre de personas fallecidas.

Afirmó tener declaraciones de trabajadores a quienes les hacen firmar por los llamados “gastos de camino” pero les mochan la mitad del dinero. Y en el caso del nuevo hospital de Boca del Río, Nemi denunció que la dirigente Ángela Soto quería quedarse con 400 contratos. El exsecretario de Salud dijo que se enteró de este asunto porque empezó a recibir denuncias de que estaban vendiendo las plazas hasta en cien mil pesos, lo que al oponerse les echó abajo un negociazo que habría sido de 20 hasta 40 millones de pesos. “Proporcionalmente ese es el odio y el encono que tiene”, dijo Nemi de la lideresa Soto Maldonado, quien todavía en la última sesión de la Junta de Gobierno, el pasado viernes 26 de septiembre, felicitó al director de Infraestructura por su “excelente” trabajo y aprobó por unanimidad todos los acuerdos, y unos días después emprendió una campaña y movilización de agremiados ¡para manifestarse en contra!

Ese mismo día, reveló el ex funcionario, Ángela Soto le pidió verlo el lunes 29 de septiembre para que le financiara una comida de más de dos mil trabajadores con su dirigente nacional, lo que él no aceptó porque consideró ilegal desviar recursos destinados a la salud de los veracruzanos para patrocinar este tipo de eventos sindicales.

Lo dicho por Toño Nemi fue en parte corroborado por una carta difundida por trabajadores de base de la Jurisdicción Sanitaria No. II, de Tuxpan. En ella refieren que en el SNTSA “impera la corrupción, hay venta de plazas”, y que tan sólo en la Sección 26 Subsección 7, dirigida por la L.E. Infra Morelos Mejía, se puede ver “lo podrido” que está este sindicato, ya que a su hijo Hugo César Hernández Morelos le consiguió Base de Enfermería luego de un contrato de seis meses, mientras que a la doctora Laura Coral Quiroz Cifuentes, hija de Raúl Quiroz, otro dirigente sindical, también le dieron una Base como Médico General pese a que sólo laboró poco más de 8 meses por contrato, cuando hay médicos, enfermeras (os), promotores y personal administrativo con más de 7 años de antigüedad laboral.

Y terminan exponiendo que “medicamentos hay suficientes, pero el Sindicato se está encargando de frenar esta distribución para hacer quedar mal al Secretario de Salud”.

Pero pese a la gravedad de los señalamientos, este viernes 3, al darle posesión al doctor Fernando Benítez Obeso como secretario de Salud, el gobernador Javier Duarte no hizo ninguna referencia a este espinoso tema. Mencionó los avances que su administración ha logrado en este sector, en la cobertura universal a los servicios de salud en beneficio de 5.5 millones de veracruzanos y garantizando también la seguridad laboral a los trabajadores con el programa de basificación. “Así, el Sector Salud es una muestra clara de la continua planeación, programación y evaluación de los servicios que hoy se brindan en el estado, pero sobre todo de un Veracruz que se gobierna de manera ordenada”, subrayó.

Al buen entendedor, pocas palabras. Y así parece haberle interpretado también el flamante secretario Benítez Obeso, quien entrevistado este sábado 4 evadió abundar sobre las irregularidades que señaló su antecesor, aunque dejó entrever que habrá una revisión para “que todos estemos tranquilos”, pero anticipó que su relación con los sindicatos será cordial y de diálogo. ¡Salud!