Sin lugar a dudas, nuestro estado está en el centro de la atención iberoamericana por los grandes eventos internacionales que se avecinan. Tanto los Juegos Centroamericanos como la Cumbre de Jefes de Estado serán de gran trascendencia para Veracruz.
Por un lado, en los Juegos se espera una amplia participación de las delegaciones de deportistas así como la llegada de miríadas de turistas. En este esfuerzo inaudito para Veracruz, la colaboración del Gobierno del Estado con la federación y los municipios ha sido constante.
Por otro lado, la Cumbre de Jefes de Estado espera reunir por primera vez en México tanto al Rey de España como al de Portugal, y a todos los jefes de Estado de los países iberoamericanos. Será un acontecimiento también único que será engalanado por la belleza natural de nuestros lugares, pero también por la alegría que nos caracteriza y que nos hace ser excelentes e inolvidables anfitriones.
Junto a la labor titánica en la que se han inmiscuido prácticamente todas las áreas del Gobierno del Estado, sin lugar a dudas sobresale también el trabajo que ha realizado la administración del Presidente Municipal jarocho, el licenciado Ramón Poo Gil. La intensa colaboración que ha mantenido tanto con el Comité de los Juegos, como con la Secretaría de Relaciones Exteriores en el tema de la Cumbre, ha requerido un esfuerzo mayúsculo por parte de la comuna veracruzana. Y todo esto, como parte de la alianza estratégica que se ha construido desde el Ayuntamiento con el Gobernador de Veracruz, el doctor Javier Duarte de Ochoa, a quien el joven alcalde considera “el principal aliado de la transformación de Veracruz, como lo es EPN de la transformación de México”.
El éxito de estos eventos de tanta trascendencia (y de los eventos paralelos que se han realizado, como la reciente Cumbre de Ministros de Salud de Iberoamérica, o el próximo Foro Iberoamericano de Ciudades, que tendrá lugar en 2015) es una prueba de que Veracruz está listo para recuperar su crecimiento. Si la sociedad y el gobierno caminan de la mano, en muy poco tiempo seguiremos viendo grandes resultados.
Pero además hay que agregarle al alcalde Poo Gil que su administración ha transcurrido siempre dentro de los cánones de la civilidad política; esa misma de la que adolece la oposición. Propios y extraños han tenido que reconocer que desde su llegada al puesto, el munícipe instauró una forma de gobernar más cercana con la gente y mucho más sensible. Los ciudadanos veracruzanos han visto con beneplácito cómo su autoridad se acerca a ellos, los escucha, los atiende, les da respuestas y/o soluciones.
La meta que se ha impuesto Ramón Poo Gil, es ni más ni menos que transformar la ciudad, ofrecer servicios de calidad y tener siempre una respuesta oportuna a los conflictos o problemas que se vayan presentando.
Ni más, ni menos, para ser el mejor de todos los alcaldes jarochos… de todos.
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