¿Saben ustedes quién opera el mayor porcentaje del Complejo Pajaritos en Coatzacoalcos? Hago la pregunta porque, de manera tajante, las autoridades estatales y federales, mas la mayoría de medios de comunicación (que tienen como fuente dichas autoridades) han manejado la reciente explosión en el complejo mencionado como un asunto de PEMEX, cuando se trata de una instalación que es operada casi en su totalidad por una empresa particular desde hace varios años, gracias a la reforma energética del presidente Peña Nieto, reforma que tanto han reconocido y apoyado en Veracruz desde el gobierno de Javier Duarte; sin haber pensado las consecuencias en materia de derecho laboral y protección civil que podrían haber.

La empresa que opera en gran porcentaje las instalaciones del complejo Pajaritos, es el “socio” dominante de Petróleos Mexicanos; un negociazo de Juan Pablo del Valle, otro de los grandes beneficiarios del gobierno federal. Aquí la historia, que ustedes mismos pueden encontrar en notas de medios nacionales, como la nota de PROCESO que les comparto:

“MÉXICO, D.F.-El 30 de julio, días antes de que el presidente Enrique Peña Nieto diera a conocer su iniciativa de reforma energética, que propone modificar los artículos 27 y 28 constitucionales para abrir la cadena de hidrocarburos a la iniciativa privada, la Secretaría de la Función Pública (SFP) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) un insólito acuerdo:

La desincorporación del régimen de dominio público de la federación de 476 mil 386 de los 990 mil 528 metros cuadrados –casi la mitad– del Complejo Petroquímico Pajaritos, ubicado en el municipio de Coatzacoalcos, Veracruz, “a efecto de que el organismo público descentralizado Pemex Petroquímica lleve a cabo su enajenación a título oneroso”.

Según el acuerdo firmado por el subsecretario de Responsabilidades Administrativas y Contrataciones Públicas, Julián Alfonso Olivas, en ausencia del titular de la SFP, el predio desincorporado consta de tres polígonos –de 342 mil 675, 42 mil 240 y 91mil 471metros cuadrados, respectivamente– e incluye las construcciones e instalaciones que se encuentren en el área enajenada (es decir, la planta Derivados Clorados III, que produce cloruro de vinilo, un insumo básico para la fabricación de policloruro de vinilo o PVC, talleres de mantenimiento, áreas de servicio y ductos)”.

Justo donde se dio la tragedia del pasado 20 de abril, la planta Clorados III, no es operada por PEMEX; esa área no es de dominio público, por lógica es de una empresa privada. Nadie ha señalado a dicha empresa, nadie ha pedido cuentas y mire que las indemnizaciones por muerte en área de trabajo y accidente de trabajo son altísimas, súmele el impacto social. Antes de los dictámenes hay que señalar a esa parte responsable, comprobar las causas del accidente y considerar que esa empresa privada llevó personal y desplazó a muchos trabajadores de la paraestatal petrolera, siendo ellos los de mayor experiencia dentro del complejo, según declaraciones hechas desde hace tiempo por gente que ahí laboró o familiares.

La empresa en cuestión es MEXICHEM, la cual convirtió parte del complejo Pajaritos en lo que hoy se conoce como Petroquímica Mexicana de Vinilo (PVM), en una nota del periódico La Jornada se explica con más detalles el movimiento entre PEMEX y la empresa de Juan Pablo del Valle, la información fue publicada desde el 14 de octubre del 2013 y esas líneas ahora caen como gotas de agua helada:

“Las oficinas y centros de trabajo están ahora dirigidas por el personal que llevó la firma privada y a los trabajadores de la paraestatal los hicieron a un lado, les han anunciado que sólo se quedará una cuarta parte de la plantilla y que los demás serán despedidos. Incluso hay un oficio que la compañía envió al ingeniero Manuel Sánchez Guzmán, director general de Pemex Petroquímica, en el que le indica que con la firma de este acuerdo la paraestatal le ‘‘enajenó’’ los activos que componen las plantas productivas y auxiliares de Pajaritos, y le pide que le vendan además todos los equipos de laboratorio, transporte, refacciones, químicos y todo lo que hay en el almacén del complejo, para la adecuada operación de la empresa.”

Estoy seguro que al haber establecido el acuerdo como sociedad, MEXICHEM se querrá lavar las manos; pero no debe ser así pues según Silvia Ramos, secretaria de relaciones de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros, declaró en el 2013 que “El Consejo de Administración de Pemex incluso permitió que en esta sociedad la firma extranjera tuviera 62 por ciento de participación accionaria, pero además los nuevos directivos llegaron a pedir la renuncia de los ingenieros y técnicos petroleros, porque –señalaron– de los 2 mil 500 que se encontraban laborando, se iban a quedar solo con 770. Pero además está toda la parte laboral, en la que los trabajadores están en la indefinición, amenazados de que tienen que firmar un nuevo contrato, lo que significaría una renuncia voluntaria y perder su contrato colectivo, lo que también es ilegal”, expuso Silvia Ramos.

Hay mucha tela de dónde cortar, lo justo primeramente es que se informe de manera inmediata a los familiares de trabajadores lesionados o fallecidos sobre lo que por derecho laboral les corresponde, luego castigar a los responsables del “accidente” y, de paso, exigir cuentas a MEXICHEM y el gobierno federal sobre las operaciones “en lo oscurito” que sostuvieron, no cabe duda que lo que empieza mal terminará mal y como siempre la sociedad asume las consecuencias.

Por cierto, pongamos ojo al otro magnificente complejo del sur de Veracruz, Etileno XXI, el cual es operado también por una empresa privada, de los socios favoritos del gobierno de Javier Duarte y de Peña Nieto. Esperamos que no se repita la tragedia de Pajaritos, pero ya vimos que donde impera la corrupción, el tráfico de influencias y la avaricia siempre ronda el tufo a muerto. Escriba  mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas