Hace algunos años, andando en campaña política para diputado federal,  un candidato trataba de explicar a los habitantes de una comunidad las responsabilidades de un legislador; durante el evento, le habían pedido una serie de mejoras para una escuela, la pavimentación de algunas calles y la construcción de banquetas y guarniciones para sortear los malos caminos durante la temporada de lluvias.

El candidato decía que su función sería, en caso de ganar la elección, hacer leyes y buscar que se destinaran recursos públicos a través del presupuesto a las entidades federativas para atender ese tipo de demandas. Eso a la gente les parecía demasiado complejo, burocrático y muy tardado; insistían en que hiciera el compromiso de que esas obras se realizarían si ganaba. Tuvo que decir lo que la gente quería escuchar.

En estos días, hemos escuchado de los pre candidatos a la Gubernatura del Estado una serie de frases, slogans y discursos que poco entienden los electorales, aun cuando en teoría sólo se trate de proselitismo al interior de los partidos políticos que impulsan su candidatura.

Todos han expresado una serie de ideas desarticuladas que buscan evadir la realidad –la presente y la futura- e intentan llegar con poco éxito al músculo emocional de la gente. Una de dos: o sus publicistas no conocen la idiosincrasia y el contexto que vive Veracruz, o de plano contrataron a nóveles anunciantes que sólo están experimentando.

En el caso de Miguel Ángel Yunes Márquez, se ha insistido en dos aspectos fundamentales: la continuidad del cambio del régimen y la expansión de los logros –reales o resultado de la propaganda- de su administración. El hijo del gobernador utiliza la frase “Vive el cambio”, como si este fuera la sensación que produce una bebida energética o un paquete turístico a alguna playa del país. Utilizan el verbo vivir en un estado donde la muerte es algo cotidiano.

Ha dicho también que han luchado mucho –se infiere que su familia- para impulsar la alternancia en Veracruz y que ahora es tiempo de consolidar el cambio. Es decir, hoy la alternancia y el cambio son sinónimo de continuismo y empoderamiento de un nuevo clan político. Eso nos hace recordar que en sus inicios, el propio Porfirio Díaz era anti reeleccionista hasta que llegó al poder.

Llevar los logros de Boca del Río al resto de Veracruz es harto difícil. El estado no es el malecón de la zona costera; las necesidades son distintas y el hijo del gobernador –al igual que sus hermanos- apenas conocen el estado, aún cuando como a los Salinas de Gortari, los hayan preparado para gobernarlo.

Pepe Yunes ha apostado por su experiencia, sin embargo, el mensaje publicitario tampoco ha sido claro. Su pre campaña se apoya en un slogan de “dar la espalda” a la inseguridad, el desempleo o la desigualdad, como una expresión de rechazo; sin embargo, entre los electores se ha entendido al revés: como una forma de evadir los problemas y no darles la cara sino la espalda.

Al igual que la anécdota del candidato a diputado, Pepe suele exponer su experiencia legislativa, en la economía y en la administración pública en sus eventos; sin embargo, su audiencia sigue esperando propuestas concretas antes de una cátedra de economía política. Ayer, por ejemplo, dijo que el gobierno estatal no ha sabido articular un esfuerzo que permita el desarrollo.

El mensaje está dirigido a un pequeñísimo segmento de población; articular es una palabra que pocos utilizan, el esfuerzo puede ser entendido como política pública o sólo la voluntad personal del gobernante y no explica a qué tipo de desarrollo se refiere. Es evidente que el carisma de Pepe debe ser reforzado con un mensaje que sea asequible al elector.

Por último, Cuitláhuac García ha recurrido a los lugares comunes y a replicar el viejo y gastado discurso de Andrés Manuel López Obrador. Fiel a la estrategia de Morena, el actual diputado federal ha prescindido de una campaña electoral tradicional –y en consecuencia de una estrategia de comunicación política- y apuesta todo su escaso capital político a que la inercia de la popularidad de López Obrador lo lleve a Palacio de Gobierno. La vez pasada, sin el Peje como candidato, tuvo una votación más que relevante.

La creación de Universidades como medio para combatir la delincuencia y la solución de los problemas de inseguridad y corrupción como mandato divino, son sólo algunas de las ideas disparadas al azar. Tal vez por eso es que Andrés Manuel lleva dos semanas en Veracruz.

En otra entrega hablaremos de sus campañas en redes sociales; la guerra soterrada de ejércitos cibernéticos sólo ha alimentado la polarización social en torno a los pre candidatos. Las redes suelen ser el lugar más apartado de la verdad, y tal vez por ello, apuestan al escarnio y la burla como método de disuasión y convencimiento.

Pero por el momento, aún no está claro lo que nos quieren decir los pre candidatos.

La del estribo…

  1. En Veracruz hay más ejecuciones pero menos inseguridad, dijo ayer el gobernador en su tradicional conferencia dominical. Es otras palabras, se está matando a más gente pero estamos más seguros. El gobernador dijo en realidad que aumentaron las muertes violentas pero que se cometen menos delitos comunes. Las cifras del Sistema Nacional confirman que eso no es cierto.
  2. Renato Tronco, los García de Pánuco y los Sánchez Macías de Martínez. Los Yunes hablan de consolidar el cambio. Ajá.