Hace algunos años, en alguna entrevista, el Papa Francisco dijo una frase lapidaria para los gobiernos latinoamericanos, que aplica muy bien a la cultura política tenocha: “a la gente la empobrecen para que luego vote por quienes los hundieron en la pobreza”. Este mensaje fue lo primero que me vino a la cabeza esta mañana cuando en “fast track”, los diputados del Gobernador le aprobaron el presupuesto del estado para el año 2018.

Se supone que las condiciones económicas de Veracruz supondrían un debate medianamente abierto. Pero cuando se ha decidido que el dinero se va a destinar a que los pobres voten por su hijo –o su candidato si es que el junior se cae-, pues para qué perdemos el tiempo en frivolidades. Y así, se permitió modificar un dictamen que ya había sido firmado en la Comisión de Hacienda, se obvió la entrega anticipada del documento a los diputados, y se incluyó un nuevo cheque en blanco para poder adquirir más deuda hasta por seis mil millones de pesos, por aquello de no te entumas.

En su última zacapela antes de irse de vacaciones, los diputados de oposición criticaron un aumento al gasto corriente de más de 8 mil millones de pesos, y un incremento de más de 200% al presupuesto en desarrollo social. Es decir, se podrá contratar a más personal –operadores políticos, pues- para que trabajen en la compra de pobres a través de la Secretaría del ramo. Los damnificados de la estrategia electoral fueron nada menos que la Universidad Veracruzana y el Poder Judicial, quienes tendrán que esperar mejores tiempos para que alguien les respete su autonomía presupuestal del 3 y 2 % respectivamente.

Y todo será para el ganador. Resulta que una de las oficinas que gozará del aumento al gasto corriente será… exacto!, la oficina del Gobernador, como lo hicieron en su momento Fidel Herrera y Javier Duarte; el chiquero sigue siendo el mismo. En el presupuesto de 2018 la principal oficina de Palacio contempla la creación de 478 empleos -¿dónde los van a meter?-; 188 de base, 16 de contrato y 275 Empleados Temporales Administrativos (ETA).

El despacho del mandatario recibirá 120 millones de pesos, más de lo asignado a las secretaría de Desarrollo Económico y Portuario, Comunicación Social, Trabajo, Turismo, Protección Civil, Medio Ambiente y la Oficina del Programa de Gobierno. ¿En qué lo va a gastar? En lo que él quiera. En lo que sirva a la causa. En lo que se pueda comprar con dinero. Así que el gobierno “despilfarrador, corrupto e ineficiente” -como él lo llamaba- nunca se fue; y el gobierno “austero, limpio, eficiente y cercano a la gente”, nunca llegó.

Pero hay aspectos dentro del presupuesto 2018 que aún se deben revisar a fondo, y que resultarían un verdadero insulto a la decencia y el dolor de las familias de personas desaparecidas. A reserva de confirmar como quedó finalmente, para el próximo año, el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares había presupuestado casi 7 millones de pesos en la creación de una Unidad de Redes Sociales -dedicada a promover una imagen positiva de la actual administración-. En contraste, sólo destinó 6 millones para la atención de víctimas del delito y de agresiones a los derechos humanos. De ese pelo.

Y dirán las buenas y desmemoriadas conciencias, que eso es exactamente lo que hizo el PRI durante 70 años; que el dinero público se ha utilizado históricamente para operar elecciones, como lo hizo el propio Miguel Ángel Yunes cuando fue un connotado priista y presidente de ese partido en el estado. Y que ahora no se pueden desgarrar las vestiduras quienes antes siempre estuvieron de acuerdo. Es correcto.

Pero entonces, one more time, ¿dónde está el cambio? ¿por qué confunden la transparencia con el cinismo? ¿cómo explicar la reducción del presupuesto al campo, al sector primario, al que genera empleo, para dárselo a desarrollo social, que sólo lo va a repartir dinero a cambio de votos? Miguel Ángel Yunes aplicó la misma fórmula que sus dos antecesores: utilizar al gobierno como una eficiente maquinaria electoral.

Así que en medio de la pobreza y la emergencia económica, el gobierno se dispone a dilapidar miles de millones de pesos del presupuesto en ganar una elección. La tarea es comprar a los pobres.

Las del estribo…

  1. Ahí va una pregunta para quienes no tienen ni vergüenza ni memoria. Para quienes ejercen una indignación selectiva e interesada. ¿Qué hubiera pasado si el mensaje sobre los motivos de la muerte de Gumaro, sin cambiar una sola coma, lo hubiera dicho en su momento Javier Duarte? ¿Y la autonomía de la Fiscalía?
  2. Como esta columna tiene la encomienda de dedicarse a comentar sobre los asuntos públicos, la temporada navideña nos ha dejado sin material de trabajo. Así que el columnista y sus lectores compartirán un merecido descanso. No obstante, el buen periodismo nunca descansa, así que si las noticias nos atrapan, nos veremos uno de estos días; si no, será hasta el próximo 2 de enero cuando nos leamos nuevamente. Gracias totales.