Siempre hemos sostenido la teoría de que es la opinión pública la que califica la calidad del trabajo de los comunicadores.

Si lo que haces tiene calidad, te leen y, si no, te ignoran, así de sencillo.

No son los autoelogios ni las ligas de esas que mediocres forman para la autoalabanza, ni los premios que otorgan gente sin autoridad profesional o académica, lo que hace que un periodista sea mejor. No, siempre el mejor juez será la opinión pública.

En los últimos tiempos han surgido infinidad de personajes que se tratan de incrustar en el gremio ostentando un sitio que no se han ganado en el ejercicio profesional. Hablamos de quienes sin contar con la preparación académica suficiente y menos la experiencia, publican verdaderas melcochas estropajosas, mediante las cuales creen tener ganado un importante espacio dentro del periodismo veracruzano.

No tienen idea de lo que son la prosa, los géneros periodísticos, pero sí pontifican y critican sin ton ni son porque, según ellos, ese es el periodismo que los trabajadores de los medios deben practicar, el que han inventando ellos en su inmensa ignorancia.

Y, bueno, les pasa como a los animales, por raza se juntan, se asocian y no faltan “políticos” que ven en ellos instrumentos útiles para la calumnia, la difamación y la intriga, y los cultivan, los apapachan y los hacen creer que son importantes cuando lo que terminan siendo son auténticas “pirujas de la pluma”.

No nos ocuparíamos de ellos sino es porque cada día son más, y con la usurpación que hacen del trabajo periodístico desprestigian a quienes son profesionales de la comunicación.

Al final, como decimos al inicio de este comentario, es la opinión pública la que los coloca en su sitio, ignorándolos. No representan a nadie porque no crean opinión pública, pero cómo hacen daño al periodismo serio, comprometido y responsable.

Lo dañan porque no faltan quienes califican con el mismo rasero a todos y esa concepción es totalmente equivocada.

De plano, cada quien en su sitio; allá los mercachifles, como los llamaba el siempre bien recordado maestro José Miranda Virgen, y aquí los que dignifican permanentemente con su tarea informativa a la sociedad, los que orientan con sus comentarios o los que tienen la preparación y experiencia para desarrollar cualquier género periodístico para deleite de los lectores.