Hace un par de meses, de los aspirantes priistas a la gubernatura inconformes por la elección del próximo gobernador en 2016 para un periodo de sólo dos años, el más “sácale punta” era el senador Héctor Yunes Landa.

A principios de enero, por ejemplo, luego de haber abandonado el acto conmemorativo del centenario de la promulgación de la Ley Agraria que encabezó el presidente Enrique Peña Nieto en el World Trade Center de Boca del Río, Yunes Landa difundió un comunicado en el que expresaba que “cada día es más palpable en Veracruz una ausencia de rumbo y un afán de fracturar, más que de unir”.

“Se percibe un afán sectario, de pequeñez, que permea en todos los ámbitos de la vida pública. Es indudable que hay inestabilidad, atraso social, recesión. La clase política está confrontada con el gobernador. El PRI, dividido por una injerencia anacrónica y lamentable”, exponía el ex dirigente estatal priista y ex subsecretario de Gobierno, quien puntualizó que junto con su homólogo Pepe Yunes Zorrilla había decidido abandonar el acto agrario que presidiría Peña Nieto precisamente “para evidenciar que no existe unidad, que no existe acuerdo ni talento negociador (y que) toda pretensión de mostrar lo contrario es un montaje en el que no vamos a participar”.

“En la entidad no existe unidad al interior del PRI, la unidad que pretende mostrar el gobernador del estado es supuesta e impuesta (…)”, reiteró Yunes Landa, a la vez que se dijo “sorprendido” por la forma en que se está conduciendo a la entidad. “Hay mucha preocupación, dentro y fuera del PRI, por lo que ocurre en Veracruz. Hay desacuerdo sobre la forma como se conduce la cosa pública. Hay tentaciones autoritarias y vocaciones retardatarias. La verdad es que acudí por el enorme respeto y lealtad absoluta que le tengo al Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, pero mi salida del evento es para evidenciar una postura muy firme que exprese que las cosas no pueden continuar por este camino”.

El senador priista, nativo de Soledad de Doblado, advirtió en ese entonces que con sus decisiones el Ejecutivo estatal conducía a Veracruz “a la ingobernabilidad y al atraso social”, afirmando que “el estado no es ningún campo experimental ni botín de grupos” sino que “es el cuarto estado más importante electoralmente del país”.

Sin embargo ayer, cuando el ex dirigente estatal del PRI, Edmundo Martínez Zaleta, su amigo y aliado –quien el pasado jueves 5 asumió el cargo de director general de Tránsito del Estado–, el cual estaba sentado a sus espaldas, le informó que el senador Pepe Yunes acababa de abandonar el presídium justo cuando el gobernador Javier Duarte estaba por iniciar su discurso de clausura de la sesión extraordinaria del Consejo Político Estatal del partido tricolor en el que Alfredo Ferrari y Corintia Cruz Oregón fueron ratificados en la presidencia y secretaría general del CDE para concluir el periodo 2014-2018, Yunes Landa ni se inmutó y decidió quedarse a aplaudir toda la pieza oratoria del Jefe del Ejecutivo del estado, quien de nueva cuenta convocó a sus correligionarios a la “unidad”, misma que hace un par de meses el líder de Alianza Generacional tachaba de mera “simulación”.

Pero este domingo, a diferencia del 6 de enero pasado, Héctor Yunes no sólo evitó solidarizarse con su homólogo Yunes Zorrilla y abandonar juntos el Teatro del Estado, sino que al final del evento partidista todavía bromeó con Duarte de Ochoa acerca de la salida del senador nativo de Perote, quien después de cumplir con su responsabilidad como consejero priista y de escuchar los discursos de José Encarnación Alfaro, secretario de Organización del CEN del PRI, y de Ferrari Saavedra, habría tenido que salir presuroso hacia el aeropuerto de El Lencero cuando por mera coincidencia estaba por hacer uso de la voz el mandatario veracruzano. Sin embargo fue más que evidente el frío saludo entre ambos a la llegada del gobernante, el cual no pudo evitar el presidente de la Comisión de Hacienda del Senado de la República.

Empero, independientemente de cuál haya sido la verdadera razón de la intempestiva salida de Pepe Yunes, lo cierto es que esta incongruencia de Yunes Landa obviamente ha motivado a cuestionar qué más habrá negociado, aparte de la Secretaría de Protección Civil para su comadre Yolanda Gutiérrez Carlín, con el gobernador Duarte en aquella misteriosa reunión en Casa Veracruz celebrada a principios de febrero, casi un mes después de su numerito en el WTC de Boca del Río.

La encuesta

Por cierto, antes del inicio de la sesión extraordinaria del Consejo Político Estatal del PRI, un grupo de encuestadores realizó un sondeo entre los consejeros del partido tricolor, a los cuales se les pidió indicar con qué aspirante de los que se mencionan para la gubernatura de Veracruz en 2016 simpatizaban más, sin importar el partido.

Según los resultados que arrojó esta encuesta, el senador priista Pepe Yunes habría obtenido 195 menciones, seguido de Miguel Ángel Yunes Linares, del PAN, con 80; Héctor Yunes con 79; el ex secretario de Gobierno y candidato por el distrito de Acayucan, Erick Lagos, con 78, y el ex secretario de Educación y abanderado por Xalapa Rural, Adolfo Mota, con 77. Muy atrás, empatados en 10 menciones, quedaron el diputado federal xalapeño Alejandro Montano, y el ex titular de la Sefiplan y flamante secretario de Infraestructura y Obras Públicas, Tomás Ruiz.