Son de historias-18

 

El implacable magisterio.

Un gobernante derrocado.

El filo de la cuchilla de la navaja de la democracia ha cercenado la cabeza del opresor y ésta ha rodado a los pies de la poderosa Maestra Elba Esther Gordillo.

En la inmensa cárcel en la cual esta prisionero el esclavo de la soberbia, yace una inútil vida, inerte, llena de sufrimiento, entristecida por la herida del pesar, abrumada por lo visceral de sus acciones.

La sombra del sufrimiento, sometida por el remordimiento, es símbolo de las lecciones amargas que revelan el ridículo comportamiento de un gobernante despreciable.

Quien se atreve ha abrir las fauces de un pueblo, es iluminado por las luces del infierno ante tan deplorable ignominia de haber tenido la ruindad absolutamente infame de la soberbia y la  corrupción.

Es éste un espectáculo trágico, sombrío, que los pueblos que han sido acometidos con la embestida de la ofensa, se cobran como tributo de la deshonra.

Hace ya casi dos años, que quienes arribaron al poder en Veracruz agredieron y sometieron a los trabajadores del Estado, sirviéndose de la arbitrariedad y la degradación.

Ante la necesidad imperante del empleado por mantener su empleo, que significa llevar los alimentos y atender las necesidades más elementales, éste, permitió con indignación el insulto, que como, cual campo de concentración, los empleados fueron expulsados de sus áreas de trabajo, y confinados en los patios de las dependencias para decidir quienes permanecerían en sus empleos y quienes no.

Expuestos ante la inclemencia del frío de aquel diciembre del 2016. Ante el totalitarismo de una denigración holocáustica, fueron sometidos a vejaciones insolentes, señalándoles con dedo flamígero de cómplices del gobierno de Javier Duarte,  sin respeto alguno a sus derechos laborales, violentando el Derecho Humano.

Muchos fueron y son serviles colaboracionistas de este atentado. Que después del 1º de julio, tienen ya la sentencia condenatoria para ser guillotinados de los cargos que ejercen, condenados a portar ante las sociedad la marca indeleble de la inmoralidad,  después de su breve paso como hombres y mujeres empoderados, con la resolución del tribunal supremo de la justicia del pueblo.

En los Servicios de Salud de Veracruz, ahí esta el doctor Gabriel Riande Juaréz. Un colaboracionista anodino, corto de entendederas, que se sublimó a los humus etéreos del poder. Que se dice en los corrillos de las oficinas centrales, enclavadas en el Macuiltépec, se encuentra involucrado en procesos indebidos de la administración pública. Los mismos comentarios de señalamientos de incorrecto proceder administrativo, transitan por los corredores de la SIOP y de la SEDARPA.

Ante estos hechos, cabe recordar el poema de Don Salvador Díaz Mirón:

Al zar de las rusias

Ya fuiste bendecido y coronado,
esplendorosamente consagrado
en medio de una pompa sin igual;
óyeme, pues, escucha los consejos
de quién fue sin tu venia a los festejos:
¡Yo soy la Libertad!

Tú mandas cien millones de lacayos;
diez mil cañones que vomitan rayos
rompen en truenos a tu voz triunfal;
cuatro mares, esclavos de tu acero,
besan tus plantas imperiales pero…
¡Yo soy la Libertad!

Sé bueno y justo porque Dios se irrita,
ama a ese pueblo que a tus pies se agita
con latentes hervores de volcán;
no me persigas más, dame la mano,
tiéndemela, si no… ¡Tiembla, tirano!
¡Yo soy la Libertad!

Sintácticas

Del escritor croata Miroslav Mageliliemnoc´:

El convoy de la vida arrastra un cúmulo de sueños y derrotas, que al final de la estación, el pasajero alucina la maravilla del viaje, las más de las veces sin darse cuenta de que el trayecto ha terminado.

Giuseppe Verdi. La Forza del Destino Overture. Berliner Philharmoniker. Conductor: Herbert von Karajan.