«Déjala llorar, déjala que llore». Con ese canto iniciaron la marcha madres de desaparecidos que un año más pasarán el Día de las Madres añorando a sus hijos, hijas, nietos que son como hijos, seres queridos que un día desaparecieron y mientras otras celebran, ellas luchan.

Frente al panteón Palo Verde, las mujeres con camisetas impresas con los rostros de sus amados, se abrazaron, lloraron, aplaudieron y revivieron su luto, como cada minuto. La fuerza en algunas sorprende, duele, porque en sus rostros hay exigencia, hay ganas de seguir buscando.

«Hoy la oscuridad me invade», cantaban las integrantes del grupo Río de Canto, y con esas letras las madres comenzaron a caminar en esa marcha eterna que solo se detiene cuando encuentran a sus seres queridos.

Las dolientes avanzaron ante la sorpresa de los automovilistas que al ver afectado el tránsito pitaban, pero que en cuanto se daban cuenta de lo que ocurría avanzaban detrás de ellas, callados, con pena por lo que observaban.

“Tal vez las autoridades se cansen de buscarte, hija, pero yo nunca”, exclamó una madre que durante siete años ha caminado entre campos, panteones y fosas buscando a su hija.

La letra de la canción de Etelvina Maldonado logra el llanto más de quienes presenciaron la marcha que de quienes la realizaban, tal vez porque sus lágrimas las reservan en privado, pero el canto doloroso del Grupo suelta la estrofa que hace romper en llanto a todos por igual.

“Déjala llorar, mamita que ella volverá, mamá, déjala llorar”. Las madres se abrazan y sirven de consuelo y descarga al mismo tiempo. Su paso arrecia, marchan y gritan consignas “No quiero un regalo, este 10 de mayo quiero el abrazo de mi hijo desaparecido”.

El grito combativo abarca la exigencia ante la omisión de las autoridades. “Fue el Estado”.

“Mañana me voy de aquí con todos mis trastes viejos, voy dando la media vuelta pobrecito e’ mi pellejo”, dice la letra de la canción que consigna una despedida, pero ellas no se van. Ellas seguirán marchando, no solo un día, sino todos hasta encontrar a sus amados.

Perla Sandoval/Avc