Por Bernardo Gutiérrez Parra

El lunes 11 de este mes, cinco jóvenes se disponían a comer en un restaurante de Tierra Blanca cuando elementos policiacos los interceptaron, los acusaron de circular a exceso de velocidad y los subieron a una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública.

Desde entonces nadie los ha vuelto a ver.

Desesperado, uno de los padres levantó la denuncia y los amigos dieron la voz de alarma en redes sociales. El clamor se levantó. La Fiscalía Estatal se movilizó y logró detener a cuatro elementos de la SSP como presuntos responsables. Javier Duarte se apresuró a exigir todo el peso de la Ley contra los malos policías. Estos fueron interrogados pero los jóvenes no aparecieron.

El domingo anterior continuaron las aprehensiones y se detuvo a Marcos Conde Hernández, delegado de Seguridad Pública de aquella zona junto con el policía Otoniel Cruz Linares. Este lunes se detuvo al sexto policía que dio una pista: los jóvenes fueron entregados a un grupo de la delincuencia organizada.

Ya pasó más de una semana, han declarado los siete sujetos detenidos y es la hora en que no aparecen José Benítez de la O, Mario Arturo Orozco Sánchez, Alfredo González Díaz, Bernardo Benítez Arroniz y Susana Tapia Garibo.

El hecho de que la Fiscalía General del Estado esté diciendo que los jóvenes pudieran estar en manos del crimen organizado, da una idea de lo infiltrado que están los criminales en los cuerpos policiacos de Veracruz.

Y quiérase que no vuelve otra vez la zozobra. Aumenta el miedo que se les tiene a los policías. Y crece el clamor de que la Fuerza Civil que creó al vapor Javier Duarte no es más que otra de sus burlas. “Son los mismos elementos corruptos e infiltrados por el crimen a los que nomás se les cambió de uniforme”.

Si en el norte y centro de la entidad las cosas están mal, en el sur están peor. Es la zona donde más se han reportado desapariciones y asesinatos. Es la zona donde más quejas y señalamientos hay contra los cuerpos policiacos, principalmente contra los de Seguridad Pública.

¿A quién recurrir en demanda de ayuda?

En otros lugares, cuando falla la policía, se recurre a la instancia superior que es el gobernador de la entidad. Pero ¿cómo recurrir a un gobernante que en estos momentos está en otro canal?

Javier Duarte está más preocupado por medio parchar su pésimo gobierno y por tender puentes para evitar futuras órdenes de aprehensión, que por atender a unos padres de familia desesperados por la desaparición de sus hijos.

Un rasgo sintomático de que la SSP no es pero ni con mucho la policía eficiente y confiable que presume la actual administración, es el hecho de que a casi diez días del suceso el responsable directo de esa secretaría, Arturo Bermúdez Zurita, no haya sido visto en público ni haya declarado absolutamente nada.

¿Dónde está el señor Secretario? ¿Acaso está dirigiendo personalmente la búsqueda?

Casi desde que tomó posesión Javier Duarte, se le exigió que cesara al responsable de la seguridad pública estatal y nunca hizo caso. Removerlo ahora es lo de menos.

Lo urgente son dos cosas: cambiar a toda la policía de Veracruz por el Mando Único y que aparezcan con vida los cinco jóvenes secuestrados.

No es posible que se los haya tragado la tierra y es impensable que Tierra Blanca se vaya a convertir en sinónimo de Ayotzinapa.

Eso simplemente sería inconcebible.

bernardogup@nullhotmail.com