“La elección se definirá en la intimidad de la urna” Yo

Siempre lo hemos dicho y sostenido como resultado de una observación imparcial: el exgobernador Fidel Herrera Beltrán posee una inteligencia superior, todo lo que se ha propuesto en la vida lo ha logrado, no dudamos de que su IQ ande por arriba de los 190, por eso es que tiene capacidades especiales; puede atender tres asuntos al mismo tiempo poniendo atención en cada uno, habla seis idiomas, lee todos los días todas las columnas de comentario político (unas treinta) que le interesan; procesa información con una rapidez extraordinaria y siempre va adelante de sus adversarios.

Lo malo de una mente privilegiada como la de Fidel es que la use exclusivamente para la maldad, que sus niveles de perversidad también estén igual que su masa encefálica, que sus traumas de la infancia, adolescencia y juventud lo hayan hecho como es, con un resentimiento social que nadie tiene tan desarrollado como él.

Es una pena que sus dotes no los haya empleado en su gobierno para sacar al estado del hoyo en que lo encontró y que no haya dedicado sus talentos para hacer el bien y favorecer a sus gobernados, los veracruzanos. Otro gallo nos cantara, dijeran los priistas de la vieja guardia que lo conocen desde que era un estudiante de la Facultad de Derecho de la UV.

Nosotros conocimos a Fidel Herrera Beltrán en 1974 ahí en la casa que fue del poeta Salvador Díaz Mirón, junto al restaurante Vadiros, durante una reunión con el candidato al gobierno de Veracruz don Rafael Hernández Ochoa. Negrito, esmirriado, de pelos largos chinos (como se usaba en esos tiempos de melenas largas e ideas cortas), confundido entre Gonzalo Morgado (el jefe consentido de don Rafa), Carlos Brito Gómez, coordinador general de la campaña; Isaías Rodríguez Vivas, Miguel Ángel Yunes Linares, José Luis Lobato Campos, Guillermo Zúñiga Martínez y otros muchos más que detestaban al joven Fidel por considerarlo oportunista ya que él no se la había jugado con Hernández Ochoa, sin embargo, ahí estaba tratando de colarse.

No lo consiguió. Fidel fue rechazado ampliamente por todos y regresó a la Ciudad de México, a ocupar cargos públicos de mediano nivel como titular de Fonhapo, de donde envió a “El Gallo Palacios” al bote para librar responsabilidades que eran de él por desvío de recursos. Como es su costumbre, pone a robar a otros para su peculio y, a la hora de los guamazos, corre.

Fidel, el parlamentario

Las habilidades oratorias de Fidel se comenzaron a notar en el Congreso. Tres veces diputado federal y Senador de la República fueron suficientes para que, desde la tribuna, hiciera gala de su vasta cultura política y de su facilidad para argumentar. Fidel venía a Veracruz solo en busca del voto popular para convertirse en legislador y regresaba a la ahora Ciudad de México donde hizo su vida. Dice que desde siempre hizo un proyecto para la gubernatura, pero eso dudamos que sea cierto. Cuando Patricio Chirinos fue designado candidato por Carlos Salinas de Gortari, Fidel trató de desbancarlo. Para ese entonces habían surgido algunas diferencias entre Fidel y Miguel Ángel Yunes por cuestiones de novias que se quitaron uno al otro, pero el enfrentamiento que marcó un rompimiento para siempre fue el hecho de que Fidel hubiera intentado “grillar” a Patricio Chirinos con Carlos Salinas para él entrar como candidato, eso sí no se lo perdona Yunes Linares.

Mientras Patricio Chirinos fue gobernador, Fidel Herrera no puso, en esos seis años, un pie en Veracruz; sabía que con Yunes Linares, el poderoso Secretario General de Gobierno, no se andaría por las ramas y mejor no le buscó.

Fue hasta que salió como candidato al gobierno de Veracruz Miguel Alemán Velasco que Fidel se le pegó, como sanguijuela, y ya no se lo pudo quitar a pesar de que los colaboradores cercanos al caballeroso político advirtieron a tiempo el peligro que representaba Fidel en un futuro inmediato.

En cuanto tomó confianza con Alemán, Fidel se hizo coordinador general de la campaña y al mismo tiempo presidente del CDE del PRI. Sabía que Alemán ganaría con facilidad la gubernatura y que la coyuntura para brincarle al gobierno la tenía enfrente. Fidel no quiso ser Secretario General de Gobierno, recomendó a doña Noemí Quirasco Hernández para que fuera su títere y, a través de ella, obtuvo recursos suficientes para comenzar a amasar fortuna y seguir militando en la política.

Salió como candidato al Senado de la República, colgado de las valencianas de don Fernando Gutiérrez Barrios, a la muerte de “El hombre leyenda”, Fidel se fue, lisito, controlando el Senado cuyo presidente era Enrique Jackson, a quien Fidel pendejeaba cada que se le daba la gana. Y desde el tercer año de gobierno de Miguel Alemán, el de Nopaltepec inició un recorrido por todo el estado, en precampaña en busca de apoyos, de gente para reclutar en torno a su proyecto. Es ahí donde nos enganchamos con él, convencidos de que solo Fidel lograría mantener al PRI en el poder ya que Alemán no contaba con cuadros de peso para parar a un PAN que crecía en cada proceso electoral, ganando más presidencias municipales, más diputaciones federales y locales.

Finalmente, las truculencias de El Tío, como le dicen sus discípulos, se impuso y fue candidato al gobierno por el PRI, compitiendo con el panista Gerardo Buganza y Salmerón, quien le ganó la elección, solo que la experiencia como mapache profesional de Fidel hizo que le arrebatara el triunfo a un Buganza lerdo, timorato y penco. Fidel convenció a Dante Delgado Rannauro, quien participó en la contienda, de que le levantara la mano y, luego de acuerdos tomados en lo oscurito, Dante aceptó y le levantó la mano a Fidel legitimando un triunfo que no obtuvo en las urnas.

El proyecto de 30 años

Fidel arrancó su gobierno con el establecimiento de un pacto entre los dirigentes de todos los partidos políticos así como de organizaciones y asociaciones políticas y religiosas. Todos signaron un acuerdo para cooperar con el nuevo gobierno que prometía llevar a Veracruz hacia mejores condiciones de vida; a cambio, Fidel asignó a los líderes de los partidos más importantes, como el del PAN y el del PRD, sueldos de 150 mil pesos mensuales, “por su cooperación con el acuerdo”, con lo que los agarró de los tompiates y eliminó cualquier asomo de insurrección.

Rodeado de sus alumnos (Carolina Gudiño Corro, Erick Lagos Hernández, Salvador Manzur Díaz, Jorge Alejandro Carvallo Delfín, Alberto Silva Ramos y Javier Duarte de Ochoa), Fidel comenzó a mencionar un proyecto para treinta años en el gobierno, repartiendo los sexenios entre sus muchachos. Tan fue así que la clase política estatal fue desplazada y los mencionados miembros de la pandilla “fiel” ocuparon los más importantes cargos.

El primero en arrancar ese proyecto de 30 años, después del maestro Fidel, fue Javier Duarte, le seguía Salvador Manzur quien cometió una pendejada del tamaño del mundo y quedó fuera por ignorante e ingenuo; la segunda sería Carolina Gudiño Corro, solo que su arrogancia la hizo enfrentarse a Javier Duarte y salió perdiendo, y aunque Fidel la intentó rescatar en el pasado proceso electoral federal, haciéndola candidata por el distrito de Boca del Río, a güevo, no logró salvarla.

Al término de la malograda administración duartista, el proyecto fideliano de los treinta años está a punto de descarrilar. Los tres Yunes (Héctor, Pepe y Miguel Ángel) pactaron un acuerdo para echar a la pandilla fidelista del poder. Al enterarse Fidel de este intento de albazo acuñó una frase que es un reto para él: “mientras yo viva, ningún Yunes será gobernador”. Y cuando todos piensan que ese propósito del zorruno Tío está en el bote de la basura, comienzan a surgir sospechas de una truculenta maniobra que podría levantar del suelo a los fidelistas para continuar en el poder.

Nadie duda que, tanto el gobernador Javier Duarte como otros actores políticos identificados con Herrera Beltrán, han hecho todo lo que está en sus manos para sembrar de irregularidades el proceso de manera que lo encaminan hacia la judicialización, procurado tener en empate técnico a los primos Yunes de tal forma que, gane quien gane, habrá elementos suficientes para la impugnación y la anulación de los comicios.

El cuidado que los fidelistas están poniendo en los candidatos a diputados locales es una señal clara de que Fidel y Duarte quieren un congreso de ellos, a modo, para que al anularse la elección el Congreso designe a un interino, que en estos momentos puede ser Alberto Silva Ramos o Erick Lagos Hernández, quien se encargue de organizar otra elección en la que seguramente ya no estarán presentes ninguno de los Yunes.

Todo es posible con una mente brillante como la de Fidel Herrera Beltrán, activa. Quienes opinan que su proyecto de los treinta años ya peló están equivocados, Fidel vive sus mejores momentos dedicado, exclusivamente, a mantenerse en el poder en Veracruz… Pinche tragedia la nuestra.

Reflexión

Miguel Ángel, lobo con piel de oveja

De primaria, absurda y hasta tonta resulta la autodefensa que hace Miguel Ángel Yunes Linares ante los señalamientos en su contra por pederastia. Muy a su estilo, con habilidad, pero sobre todo sin pruebas, se queja de guerra sucia y asume el papel de víctima, pero los argumentos que esgrime no resultan convincentes, independientemente de que mucha gente ya no le cree. Dicen que para ser mentiroso se debe tener buena memoria y Miguel Ángel se ha enredado ente tanta mentira y ya no sabe ni cómo defenderse. Lo verdaderamente cierto es que sus bonos están a la baja y en la última encuesta de Ipsos, se le ubica hasta el tercer lugar, de ahí su estrategia de volverse víctima…ajá, el lobo con piel de oveja. Escríbanos a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas