Para Roberto Sánchez Picasso, guitarrista y académico del Centro de Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana (Jazzuv), es necesario que se generen propuestas y métodos de educación de los jazz acordes a las distintas realidades del país.

Como alumno de la primera generación de la Maestría en Pedagogía de las Artes, adscrita a la Facultad de Danza de la UV, Sánchez Picasso realizó una estancia académica en la Universidad de Costa Rica (UCR), resultado de su postulación en el Programa de Movilidad edición 2019-1 (concretamente, en una convocatoria extraordinaria para estudiantes de posgrado).

Su propuesta consistió en trabajar con Guillermo Rosabal-Coto, integrante del Instituto de Investigación en Arte de la UCR, quien fue uno de los profesores invitados en el I Foro Internacional de Educación Musical Veracruz 2019, que se desarrolló del 30 de enero al 3 de febrero en la Facultad de Música de la UV.

“Al estar aquí, hizo algunos vínculos con las instituciones y después expresó su interés de recibir un alumno de posgrado para apoyarlo en su proyecto de investigación. Yo participé con mi tesis: La educación del jazz en México. Contextos, teorías y aplicaciones, una aproximación pedagógica para la contextualización y su metodología didáctica”, relató el guitarrista.

La participación de Sánchez Picasso fue alentada por la afinidad de su investigación de posgrado con el quehacer académico de Rosabal-Coto, especialista en temas como el de la descolonización de la educación musical.

“Como se sabe, el jazz es un género en cierto modo extranjero y el tema de mi trabajo es precisamente contextualizar nuestra educación al entorno, al país, a nuestras realidades, a nuestros alumnos y me pareció interesante la propuesta de Rosabal-Coto”, expuso el académico, quien estudió composición en el Conservatorio de las Rosas en Morelia, México, y la Licenciatura en Música en Jazz Guitar y Producción, en el Conservatorio de Utrecht, Holanda, donde se graduó con honores.

Citó que al verse favorecido con la movilidad, también gestionó una estancia como profesor del Jazzuv, lo que le permitió impartir un ciclo de clases a estudiantes de la Escuela de Artes Musicales, concretamente a quienes conforman el Colectivo de Jazz de la UCR.

La estancia comprendió del 4 de junio al 3 de julio, tiempo en el que Sánchez Picasso trabajó con Rosabal-Coto la metodología de la investigación en educación musical; además, lograron una introducción al ámbito de la descolonización de ésta.

“Para mí fue una experiencia muy buena, porque sí enriqueció muchísimo mi proyecto. Tuve oportunidad de enfocarme al trabajo de investigación y Rosabal-Coto me dedicó mucho tiempo”, dijo satisfecho.

De acuerdo con el entrevistado, es importante como profesores de jazz generar sus propuestas pedagógicas, “no solamente hacer copy-paste (copiar-pegar) de las teorías o propuestas eurocentristas o norteamericanas, pues gran parte de la bibliografía en el arte son ediciones europeas o norteamericanas”.

Las propuestas pedagógicas, dijo, deben considerar las visiones y perspectivas del país, toda vez que México tiene una gama de realidades: “Estamos en un momento en que necesitamos tomar la mayoría de edad y realmente dejar de esperar que nos dicten cómo hacerlo, sino más bien mirar adentro, encontrar nuestras realidades y necesidades y buscar innovar; decir ‘Presente’ en temas de investigación, teorías, bibliografía, entre otros ámbitos”.

Cabe mencionar que como parte de su investigación, Sánchez Picasso desarrolló una encuesta con egresados y fundadores de la Licenciatura en Jazz en México (en el país sólo tres entidades la imparten: Instituto Nacional de Bellas Artes, Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas y la propia UV).

De ese trabajo de campo lo que más destaca es la distancia entre las expectativas que hay al ingreso y egreso de la licenciatura: “En las encuestas los egresados expresaron que su intención era convertirse en músicos de jazz de tiempo completo, era una expectativa muy alta”.

Sin embargo, ya en la realidad laboral, un gran porcentaje ha logrado más bien incorporar los conocimientos a la música popular, dedicarse a la docencia, y la que era la primera expectativa de ingreso quedó en un cuarto o quinto lugar. “Sólo un 30 por ciento (de los entrevistados) ha logrado ser músico de jazz de tiempo completo”, remarcó.

Para él, es un indicador de lo necesario que es atender otras áreas de conocimiento transversalmente, toda vez que los planes de estudio están hechos, prácticamente, para ejecutantes; sin embargo, la realidad laboral es más diversa.

“Un músico no necesariamente puede ser concertista, sino docente, componer música para películas, teatro, videojuegos. Se trata de cambiar la perspectiva utópica de que el músico tiene que tocar como los más virtuosos, porque eso genera un estrés muy fuerte en los alumnos.”

En su opinión, otras áreas que es necesario reforzar son la gestión, la investigación, la docencia, las tecnologías de información y comunicación, la producción musical y la composición, por citar algunas.

En ese tenor, regresó a su tema de investigación y lo necesario que es para el país la generación de bibliografía que enriquezca sobre el asunto. “Esto no es tan difícil de revertir, porque realmente todos nuestros profesores lo hacen, pueden escribir sus métodos, sus materiales didácticos, quizá haya que generar mecanismos para motivarlos”.

UV/ Karina de la Paz Reyes