Una distinguida y estimada lectora me pide que -al igual que hice ayer- ponga aquí una muestra más de mi novela Pueblo Viejo, que gracias a la UPAV del maestro Guillermo Zúñiga presentaremos hoy mismo a partir de la 1 y media de la tarde en el Colegio de Notarios, ubicado en la calle de Bravo #15, en pleno centro de Xalapa.

La entrada es libre, gratuita.

Del mismo modo, la lectura de los fragmentos siguientes:

“La Chacha fue la muchacha más hermosa que vivió en el pueblo, nacida a principios del siglo XX con el nombre de Justa García Kast. Los hermanos Martínez Gil, enamorados como todos de ella, le compusieron y cantaron la famosa canción que lleva su apodo: ‘Chacha, mi Chacha linda, cómo te adoro mi linda muchacha’… Dicen en el pueblo que era tan bella, que nunca encontró un hombre a su altura para casarse con él o para amarlo, y terminó virgen, vieja, sola y pobre, encorvada, arrastrando un burro que le permitía ganar su escaso sustento, como la veíamos pasar todos los días por la calle principal, rumbo a su ranchito en las afueras.”

“Llegó el primer cajero automático a Pueblo Viejo. Las colas no se hicieron esperar ante ese ingenio que dispensaba billetes sin que interviniera mano humana alguna. Y no es que en el pueblo muchos tuvieran tarjeta bancaria, sino que el aparatito estaba en un cuarto pequeño con puerta a la calle que tenía aire acondicionado. En las temperaturas oprobiantes del verano, permanecer cuatro, cinco minutos en ese frescor artificial era un lujo y una maravilla para el organismo agobiado por los calores de los malos.”

“Pero si era famosa la leyenda de buen samaritano del doctor Camilo, no lo era menos la sapiencia de sus diagnósticos, que con una simple mirada y un recorrido por su innumerable memoria -tenía en la mente la hoja clínica de todo el pueblo- podía desbrozar los misterios insondables de cada organismo, y descubrir la enfermedad que no se podía resistir a su diagnóstico preciso, atinado, certero. Por eso muchos lo iban a ver, no tanto por la miseria que cobraba por cada consulta sino por lo buen doctor que era.”

“—Don Togillo, dice mi mamá que si tiene huevos que le mande 10 pesos.

“—Mira, niño, dile a tu mamá que ahí están los 10 pesos, pero que no es manera de pedirlos.”

“Eloy se nos fue como mueren los héroes de la lógica laboral: era el delegado de tránsito en el pueblo y falleció en un accidente automovilístico, tan fatídico que hasta la fecha el lugar donde ocurrió le seguimos diciendo ‘la curva donde murió el difunto Loy’.”

“—Oiga don Manuel, fíjese que fui el domingo a Veracruz y mis primos me llevaron al cine. Fuimos a ver una película en donde sale Marlon Brando encueradita.

“—¿Marlon Brando? ¿Encueradita…? ¡Ehh…! No seas tonto, no es Marlon Brando, es Marilyn Monroe.

“—Ésa, don Manuel, ¡ésa!”

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