Las contradicciones que han detectado las autoridades de la Fiscalía General del Estado, que encabeza Jorge Winckler Ortíz, en su investigación sobre el supuesto secuestro del exrey del carnaval de Veracruz y “periodista” Marcos  Miranda Cogco, conocido como Marmiko, permiten suponer que el evento fue un mero montaje para levantar la imagen de las autoridades estatales y seguir culpando a la Fiscalía del Estado de la terrible ola de violencia que azota todos los rincones del territorio veracruzano, con la impunidad de que gozan los delincuentes que no encuentran quien los combata previniendo sus acciones (cuerpos policiacos) ni quien los castigue cuando por alguna circunstancia son detenidos (la Fiscalía). Entre las inconsistencias que dio a conocer Winckler en entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, en su noticiero de Televisa, destacan que mientras el comunicador afirma que por pura casualidad una patrulla circulaba por donde lo llevaban sus secuestradores, el gobernador subió a las redes un mensaje de felicitación al secretario de Seguridad Pública, Hugo Gallardo, por el exitoso rescate resultado de un trabajo de investigación e inteligencia realizado por la corporación a su cargo, lo que Marmiko desmintió en cadena nacional a través del canal de las estrellas. Otra, que el rescate se produjo en medio de una balacera protagonizada por los secuestradores y los policías, que se encontraban en dos vehículos a cinco metros de distancia, y resulta que ninguno registra un solo impacto pese a que elementos de la Fiscalía encontraron en el lugar de los hechos 47 casquillos. De esta lluvia de balazos ni uno solo atinó al vehículo donde estaban los secuestradores que salieron corriendo dejando tiradas sus armas. El vehículo donde supuestamente transportaban a Marmiko es un Nissán March, muy pequeño, en el que es imposible que en la parte trasera el reportero pueda  recostarse, como lo declaró, para evitar ser alcanzado por las balas. Muchas inconsistencias que los investigadores de la Fiscalía deben aclarar por el bien de Veracruz y porque está de por medio la credibilidad de una persona que se dedica al periodismo. Hay quienes, desde la óptica de la policía federal, apuestan a que, con este caso, nuevamente quedará en ridículo el gobierno de la 4T en su desastroso afán de quitar del cargo a Jorge Winckler Ortíz, quien junto con su jefe Miguel Ángel Yunes se deben de estar frotando las manos con el presunto secuestro de uno de los más críticos del gobierno yunista, Marcos Miranda Cogco.