Al interior del Partido Acción Nacional de Veracruz se viven tiempos decisivos.

Luego del triunfo de Joaquín Guzmán Avilés en la elección por la dirigencia estatal, el aspirante que fue derrotado, José de Jesús Mancha Alarcón, recurrió a las instancias internas del partido para denunciar supuestas irregularidades en la jornada.

En ese proceso se encuentran, pero todo apunta a que una vez que el comité nacional panista valide el triunfo de Guzmán Avilés, las impugnaciones llegarán a tribunales.

Aun así, se observa muy complicado el escenario de una nueva anulación.

En el PAN todo parece enfilarse a que el partido y los tribunales determinarán que Guzmán Avilés será el próximo dirigente estatal.

Los panistas esperan que esta semana, la próxima cuando mucho, el de Tantoyuca rinda protesta y comience la integración de su comité.

Será el Consejo Estatal del partido, más de cien miembros, los que elijan al tesorero.

Una vez que el comité estatal quede constituido, vendrá la renovación de la Comisión Permanente.

Será entonces cuando el diputado Sergio Hernández Hernández, todavía cabeza formal de la bancada panista en la Legislatura del Estado, deje dicho espacio, como lo anunció ya Guzmán Avilés.

Hasta ahora se ha mencionado, como posible relevo de Sergio Hernández en el Congreso, el nombre del diputado Enrique Cambranis, cuyos bonos al interior del panismo veracruzano quedaron sumamente fortalecidos luego de la victoria de Guzmán Avilés.

A Cambranis se le ubica como uno de los artífices del resultado del 8 de septiembre.

Sin embargo, no sería la única carta del grupo de Joaquín Rosendo Guzmán, sobre todo porque Cambranis Torres, al parecer, no va por dicha posición.

En los pasillos de Palacio Legislativo se menciona que uno de los nombres de quienes sí tendrían esa intención es el de Rodrigo García Escalante; pero el de Pánuco enfrenta dos problemas básicamente: uno, que no tiene militancia panista; el otro, que podría ser objeto de una especie de veto por parte del grupo de diputados que apoyaban a Pepe Mancha.

Otra arista: el grupo de diputados que apoyaba a Macha Alarcón ha dejado entrever que si Sergio Hernández es relevado de la coordinación de la bancada, formaría un grupo legislativo diferente al reconocido de forma oficial por el comité estatal de Guzmán Avilés.

El cambio en la coordinación, sin embargo, es un asunto definido; si bien no se ha filtrado todavía el nombre de la nueva cabeza de la bancada, es un hecho que Sergio Hernández tendrá que abandonar el espacio que actualmente ocupa.

Mientras eso ocurre, en el panismo veracruzano saben perfectamente que una vez que Guzmán Avilés rinda protesta, deberá comenzar un proceso para cicatrizar las heridas que dejó un proceso desgastante.

En el PAN, por cierto, circula la versión de que el grupo del ex gobernador Miguel Ángel Yunes ha dejado sólo a quien fuera su carta para mantener la dirigencia estatal; en ese contexto, Mancha Alarcón habría impugnado la elección ante las instancias internas, sabiendo de antemano que su queja sería desechada.

Hay que recordar que la elección del 8 de septiembre ha sido probablemente la contienda interna más vigilada en la historia del partido en Veracruz: sólo durante la semana previa a la jornada, una centena de representantes de instancias nacionales estuvieron en el estado para vigilar que no se registraran irregularidades que pusieran en riesgo la legitimidad del próximo dirigente.

De acuerdo con los tiempos que se manejan en el partido, esta semana, la próxima cuando mucho, Guzmán Avilés rendirá protesta y a partir de ahí comenzarán a desplazar a quienes ocuparon espacios directivos durante los años recientes.

@luisromero85