El libro Cempoala. Lugar de veinte aguas, publicado por la Editorial de la Universidad Veracruzana (UV) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es un hito en la historia de la arqueología por su contenido y el aspecto gráfico que es una joya, expresó el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma durante la presentación realizada en el Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México, el jueves 21 de febrero. 

Acompañado por la rectora de la UV, Sara Ladrón de Guevara, el connotado académico reconoció la labor de las instituciones que publicaron el libro, el cual da cuenta del trabajo de Francisco del Paso y Troncoso y la Comisión Científica de Cempoala con sus recorridos posteriores por otras zonas de Veracruz. 

Ante la presencia del director del INAH, Diego Prieto, y del director del Museo Nacional de Antropología, Antonio Saborit, el investigador comentó que a través del trabajo de los autores del libro (Félix Báez-Jorge, Antonio Saborit, Sergio Vázquez Zárate y David Maawad) el lector obtiene detalles de la Comisión Científica y los trabajos que desarrolla. Es también de gran valor, dijo, la presencia del fotógrafo Rafael García y del dibujante José María Velasco. 

Dada la trascendencia de su figura para la arqueología de nuestro país, Eduardo Matos pidió a la Rectora de la UV realizar las gestiones para que el espacio donde se encuentran los restos de Del Paso y Troncoso, el recinto sede del Instituto Veracruzano de la Cultura, se renueve y dé cuenta de uno de los grandes sabios no sólo de Veracruz y de México, sino del Universo. 

En su intervención, Sara Ladrón de Guevara resaltó el trabajo de Francisco del Paso y Troncoso en la expedición por Cempoala y otras zonas veracruzanas y señaló que el libro también se inserta en una serie de conmemoraciones: hace casi cinco siglos que Hernán Cortés fundó el primer cabildo en tierra firme y visitó la gran urbe de Cempoala. 

Recordó que hace 80 años se creó el INAH, hecho que se ha traducido en la conservación, estudio y difusión de nuestros patrimonios culturales. La Rectora deseó larga vida al instituto y que tenga mejores escenarios que le permitan robustecer los beneficios para sus integrantes, que constituyen el más valioso de los patrimonios. 

Destacó dos conmemoraciones más: el 75 aniversario de la fundación de la UV y hace más de un siglo que Francisco del Paso regresó a su tierra natal Veracruz para seguir los pasos de Cortés para encontrarse con restos aún más antiguos, los asentamientos prehispánicos en diversas zonas como Villa Rica, Cempoala, Nautla, Cotaxtla, Tajín, entre muchos otros; con ello, dijo, revivió algunos otros hallazgos realizados anteriormente como los de Alexander von Humboldt. 

Francisco del Paso reivindicó el valor del dato arqueológico que más adelante habría de servir para proveer con una serie de piezas y fotografías una exposición en la Madre Patria ante la entonces próxima celebración de cuatro siglos de la llegada de Colón al continente americano. Del Paso, agregó la Rectora, posicionó su trabajo en el campo de los pioneros que cotejaron las fuentes históricas y la cultura material recuperada. 

En tanto, Diego Prieto coincidió con la Rectora de la UV al mencionar las conmemoraciones en torno a la publicación del libro y que su presentación en el Museo Nacional de Antropología se realizara en el Día Internacional de las Lenguas Maternas, ya que el propio Francisco del Paso y Troncoso enseñó la importancia de recuperar la diversidad lingüística y las lenguas originarias de nuestro territorio. 

Antonio Saborit habló de la personalidad de Francisco del Paso, a quien calificó como su propio enemigo por el alto nivel de exigencia que siempre se planteó para su trabajo, vivió y murió con la convicción de no haber logrado nada de lo que se propuso. 

Comentó que en la misión por Europa el gran proyecto de Del Paso y Troncoso fue hacer una copia del Códice Florentino. “En la correspondencia editada por Silvio Zavala en 1939 da cuenta de todo el empeño por hacer este facsímil para traer a México una copia del Códice Florentino, que es uno de los documentos más apasionantes. No lo logró”; sin embargo, continuó Saborit, “al mismo tiempo transcribió, editó y publicó una cantidad bárbara de documentos reunida en dos series importantísimas para el estudio de nuestra historia, pero eso no le importaba, el problema era el Códice Florentino”, concluyó.